El pedido del senador nacional Oscar Parrilli para que se cite a Gustavo Béliz a la Comisión de Minería, Energía y Combustibles volvió a poner en el centro del debate la demora que acarrean algunos programas de infraestructura que beneficiarían al país.
Por José Cornejo (*)
El 26 de abril, hace ya un mes, el senador nacional por el Frente de Todos Oscar Parrilli presentó una nota en la Comisión Unicameral de Minería, Energía y Combustible solicitando que se cite a Gustavo Béliz, actual secretario de Asuntos Estratégicos de la Nación, para que se informe sobre el estado de situación de diversos programas de infraestructura, tales como la construcción de Atucha III, las represas Chihuido I, Jorge Cepernic y Néstor Kirchner, el proyecto AMBA I de reforzamiento energético y la Central Térmica Manuel Belgrano II.
El comunicado, dirigido al presidente de la Comisión, el sanjuanino José Rubén Uñac, destaca que la obra Chihuido I fue aprobada el 19 de diciembre de 2014 y ya tiene un consorcio asignado, pero que no pudo concretarse la ejecución por “desentendimientos en relación a la financiación”. La represa resulta importante para Neuquén, territorio del cual Parrilli es senador, dadas las crecientes e inundaciones del Río homónimo, además de su contribución al desarrollo del Plan Energético Nacional, según se indica.
Parrilli señala que desde el Ministerio de Obras Públicas y desde la Secretaría de Energía le manifiestan que ya se ha dictaminado de forma favorable la financiación del proyecto y que la decisión final recaería en la Secretaría de Asuntos Estratégicos, a cargo de Béliz. La demora e indefinición para que sea convocado provocó la reiteración del pedido, esta vez abarcando la totalidad de los programas mencionados.
La relación entre las iniciativas es que todas implican algún tipo de acuerdo con China y la desconfianza y el malestar nacen posteriores al encuentro que a principios de abril Béliz, junto a otros funcionarios del Gobierno, tuvo con la estadounidense Ann Ganzer, subsecretaria de Política de No Proliferación del Departamento de Estado, quien habría advertido sobre “la calidad y seguridad” de China para construir la cuarta central nuclear en nuestro país. En aquella oportunidad participaron también Juan Manzur, jefe de Gabinete, los ministros Daniel Filmus, Matías Kulfas y Jorge Taiana y el vicecanciller Pablo Tettamanti.
Los cuestionamientos se centran en Béliz ya que bajo su área pasan todos los proyectos con financiamiento internacional. Las represas Cepernic y Kirchner están frenadas, la central Manuel Belgrano II ni siquiera comenzó, y AMBA I, que implicaría reforzamiento energético en el conurbano bonaerense, todavía aguarda financiamiento. No son pocos los vínculos que Béliz arrastra con Estados Unidos desde su paso por el gobierno de Carlos Menem como ministro del Interior y, en especial, gracias a sus quince años como funcionario del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), entre 2005 y 2019, cuando fue convocado por Alberto Fernández.
En sus momentos alejados de la función pública, Gustavo Osvaldo Béliz aprovechó su tiempo para dar clases en el exterior, puntualmente en las universidades estadounidenses de Southern, Harvard y Stanford –las últimas dos sobre cuestiones de política internacional-. Stanford es la casa de estudios con mayor vínculo con Silicón Valley y que también sostiene relación con el Partido Demócrata.
Por otro lado, Béliz es uno de los funcionarios que siempre asiste a las reuniones del gobierno nacional con empresarios. A ellas usualmente es convocado el empresario Marcos Bulgheroni, CEO de Pan American Energy, que copreside el Foro Estratégico Argentina - Estados Unidos, que depende del Centro Internacional de Estudios Estratégicos y que discute distintos temas de la región, incluyendo la elección de candidatos para el BID, a la que Béliz intentó postularse.
De fondo, dos son las problemáticas que más tensionan la relación con Estados Unidos. En primer lugar, la reciente adhesión de nuestro país a la Iniciativa de la Nueva Ruta de la Seda, estrategia central de la política exterior china que consiste, precisamente, en la inversión masiva en infraestructura física y digital en distintos continentes. Si bien no parece haber contradicción a nivel oficialismo, los programas se siguen demorando. Luego, la disputa por el 5G entre Huawei y compañías estadounidenses. La decisión fue retrasada pero, cuando se acuerde el momento, la misma estará a cargo de Jefatura de Gabinete, Cancillería y la Secretaría del propio Béliz.
(*) Director Agencia Paco Urondo
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