El Senado argentino aprobó este miércoles la propuesta para legalizar el aborto en las primeras 14 semanas de embarazo.
Florencia reconoce que, pese a las dificultades que ha atravesado, su situación es privilegiada en comparación con la de muchas otras mujeres en Argentina y en el mundo.
Aun así, no puede ocultar la emoción que sintió la madrugada del miércoles al ver que el Senado argentino aprobaba el proyecto de ley que permite el aborto en las primeras 14 semanas de gestación y obliga a los centros sanitarios a practicarlo si es necesario, incluso si alguno de sus médicos se declara en objeción de conciencia.
El proyecto presentado por el presidente del país, Alberto Fernández, salió adelante con 38 votos a favor, 29 en contra y una abstención.
Cientos de miles de mujeres esperaron impacientes el desenlace, Florencia entre ellas.
"Lo que sí me sorprendió fue ver a muchas chicas en la misma situación, solas. Todas nos mirábamos porque sabíamos que íbamos para lo mismo, pero ninguna se animaba a decir nada por miedo o no sé.
"Fue todo muy rápido, 10 minutos. Salí sedada y hay cosas de las que no me acuerdo. Mi pareja me llevó a su casa, no vivíamos juntos pero él vivía solo y estaba con él la mayor parte del tiempo. No tuve problemas, mi legrado fue bastante bueno porque era con un médico que obviamente era profesional de la salud y sabía lo que hacía.
"Después de eso me tuve que hacer una ecografía de nuevo para saber si había eliminado todo correctamente, si había quedado algo pero, la verdad, es que no, salió todo muy bien por suerte… Bueno, no sé si por suerte o porque tengo el privilegio de en ese momento haber tenido el dinero para poder realizarme un aborto".
Ella conoce el tema de primera mano porque hace dos años se sometió a un aborto.
Fue precisamente en 2018, año en el que el proyecto de ley de despenalización del aborto fue rechazado en el Senado y en el que ocurrió un suceso que marcó la decisión de Florencia de hacer pública su experiencia: la muerte de María Campos a causa de un aborto clandestino.
Florencia le contó a BBC Mundo cómo fue su proceso en un momento en que la interrupción voluntaria del embarazo solo se podía realizar en Argentina en caso de que hubiera habido violación o existiera riesgo para la salud física o mental de la madre.
"Vengo de una familia que es muy 'provida', bastante religiosa, y yo estaba en pareja. Esto ocurrió a principios de año. Tomaba métodos anticonceptivos, tengo mucha conciencia de lo que es la educación sexual, vengo de colegios religiosos, pero tengo mucha información, soy una mujer con bastante educación, con un pasar económico normal, holgado.
"Vivía con mi pareja, era estudiante, trabajaba casualmente en la Cámara de Diputados. Me enteré de que estaba embarazada porque soy una mujer muy regular. Tomaba pastillas anticonceptivas y, por cuestiones hormonales y efectos adversos de la pastilla, tuve que cambiarla. En ese pequeño desfase, en el medio del cambio de pastillas, se ve que algo falló. Fui a mi médico, que era mi ginecólogo, y me dijo que estaba de pocas semanas.
"Siempre he sabido que en mi proyecto de vida hasta el día de hoy nunca ha estado ser madre, ni en el mío ni el de mi pareja. Mi ginecólogo me dijo que él no realizaba la práctica, pero que conocía a otro ginecólogo que sí lo hacía en un sanatorio muy conocido de aquí de Santiago que todas lo conocemos pero que obviamente nunca nadie se anima a decir cuál es.
"Me dio su contacto y me dirigí a la clínica, hice las consultas previas y todo lo que tenía que hacer, el médico me atendió de muy buena manera y predispuesto, aunque luego supe que el precio variaba, me enteré por otras amigas que pasaron por la misma situación.
"A mí en ese momento en el año 2018 me costó 15.000 pesos (equivalentes entonces a unos US$770). Al otro día -era de manera inmediata porque tenía mucha urgencia- solamente me pidió la ecografía y un electro para saber si estaba todo bien, y me hizo firmar un consentimiento.
"El lugar era solamente una salita pegada a donde él atendía en su consultorio, había una camilla, un anestesista y una enfermera. El proceso, la verdad, para mí no fue nada traumático porque lo necesitaba, era consciente y estaba acompañada de mi pareja".
Florencia ha reflexionado mucho sobre esta experiencia.
En su relato está muy presente el recuerdo de María Campos y tantas otras mujeres que no pudieron someterse a un aborto en condiciones seguras.
"Ha sido todo un camino y un proceso desde 2018 hasta aquí el haber hecho pública esta posición, sobre todo en la provincia y en mi lugar de trabajo, que después perdí.
"Lo conté porque estaba realmente muy dolida con el tema de María Campos, con que nadie la haya nombrado, que nunca nadie se haya hecho cargo de esta mujer. El mismo día que se hizo la votación en 2018 en el Senado ningún senador la nombró. Murió a causa de un aborto clandestino en el interior de la provincia.
Fuente : bbc.com
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