En las distintas facultades de Rosario, el panorama pos pandemia mostró un avance de la Franja Morada y sectores políticos relacionados con el Rectorado. Distintos actores analizan retrocesos y potencialidades tras los distintos resultados registrados.
Lo que trajeron las elecciones estudiantiles de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) como cuestión que ha sido apreciada desde la mayoría de los espacios políticos así como también desde los medios de comunicación que se han dedicado a cubrir el tema, fue el enorme avance de la Franja Morada y distintas vertientes u organizaciones que siguen cierta misma línea en facultades donde ya no tenían presencia. Dirigentes de la izquierda popular así como del peronismo encarnados en distintos espacios, coinciden en que este avance se debe a una decisión del Rectorado de recuperar o construir un brazo estudiantil que responda a los mismos espacios políticos de sus conductores, que tienen que ver fuertemente con la Franja Morada y el radicalismo, así como también con otras corrientes que se presentan bajo el nombre de “reformismo”. Respecto de estas variantes, dijo Lucas González, ex presidente del centro de estudiantes de Derecho por el Frente Patria, en charla con El Eslabón,“el radicalismo quedó separado entre lo que es el Bartolaccismo (referencia al actual rector) y entre lo que era Floriani (Héctor, ex decano de la facultad de Arquitectura, Planeamiento y Diseño). Eso en la facultad (de Derecho) se replicó quedando la Franja Morada por un lado y la 1983 por otro, pero en el esquema macro universitario, las dos son radicalismo, que aparece con estos diversos nombres: en algunos lugares se llama GPS, en otros Franja Morada, en otro Pulsión, en otro Impulso, en otro 1983”.
Entre el 5 y el 7 de abril las distintas facultades de la ciudad vivieron el movimiento propio de las épocas de elecciones estudiantiles, que se realizan cada año y que designan no sólo la conducción de los Centros sino también la participación de los distintos espacios políticos en los consejos directivos, organismos en donde se plantean proyectos y en los que participan también representantes de los otros tres claustros de cada facultad. Así, el panorama estudiantil y la conducción de la FUR (Federación Universitaria de Rosario), hasta ahora bajo la presidencia de un espacio conformado por el Frente Santiago Pampillón, el Alde y el Movimiento Universitario Evita, están frente a un cambio que representa un viraje más cercano a lo que es el radicalismo, llamado “reformismo”, y con una fuerza muy importante que tiene profunda relación con el Rectorado de la facultad, en manos de Franco Bartolacci.
Este avance es significativo en las facultades de Derecho, Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales, Psicología, y también en la de Económicas. En Derecho, la presidencia anterior estaba en manos del Frente Patria, de clara matriz peronista y que fue noticia en su momento. Sin embargo, este peronismo quedó en tercer lugar frente a la agrupación 1983 (radicales, que ganaron el centro y cuatro consejeros) y DNI (socialistas, que quedaron segundos y pudieron ganar dos lugares en el Consejo). Por su parte, los últimos dos consejeros fueron uno para el Frente Patria y el otro para la Franja Morada, que en la construcción de la facultad de Derecho en específico se separó de la agrupación que se quedó con el centro pero que a nivel macro universitario responde a una misma matriz política.
Por su parte, en Económicas la disputa estuvo entre dos grandes sectores alineables con el Rectorado, y los ocho consejeros se repartieron entre GPS, que obtuvo seis; y la Franja que se llevó los dos restantes.
En Psicología, que se encuentra en la Siberia, la alianza entre Pulsión y la Franja Morada se llevó el primer lugar, consiguiendo el Centro y cuatro consejeros, y desplazando al FEU (alianza entre Pampillon, el Alde, el Movimiento Evita y estudiantes independientes), quien venía siendo la conducción en los últimos años. El FEU logró tres consejeros, y el restante fue para el Frente Patria.
En Ciencias políticas y Relaciones Internacionales, otra facultad de la Ciudad Universitaria, la Franja Morada también se quedó con la conducción del Centro de Estudiantes, consiguiendo tres consejeros, mientras que el FEU y el Frente Patria lograron dos cada uno, mientras el octavo fue para el Frente Estudiantil Progresista.
En Odontología, la elección fue ampliamente ganada por la agrupación GIO, que retuvo el Centro y se llevó también los ocho consejeros estudiantiles.
En la facultad de Ciencias Veterinarias, la disputa se dio sobre todo entre Unidad Veterinaria (quien se llevó el centro y cinco consejeros) y la agrupación reformista ADN, que se quedó con los tres restantes.
Luego, en la FCEIA (Ciencias Exactas, Ingeniería y Agrimensura) la 15 de junio, de más cercanía al socialismo, mantuvo el Centro de Estudiantes frente a Convergencia (Pampillon, FUP y Alde) por 26 votos (729 a 703); y cada uno se llevó cuatro consejeros.
En la facultad de Ciencias Bioquímicas y Farmacéuticas se mantuvo en el Centro de Estudiantes la 9 de Julio, agrupación ligada al socialismo, y obtuvo seis consejeros. En segundo lugar jugó la Franja Morada, que logró los dos consejeros restantes.
En tanto, en Ciencias Médicas retuvo el Centro de Estudiantes el Alde (con 3141 votos contra los 1494 de la segunda lista más votada), que también se quedó con cinco consejeros, mientras que los tres restantes fueron para Impulso, agrupación cercana al radicalismo y el Rectorado.
Arquitectura, Planeamiento y Diseño fue la otra facultad donde el Alde pudo conseguir el Centro, que no comandaba desde el 2007. Se impuso también con cinco consejeros, mientras que Dominó se llevó dos y Area uno.
En la facultad de Ciencias Agrarias, la agrupación Estudiantes independientes retuvo el Centro y consiguió seis consejeros, mientras que los dos restantes fueron para el espacio Estudiantes autoconvocados.
En Humanidades y Artes es donde más agrupaciones compitieron por el Centro y con una diferencia de votos muy escasa entre ellas. Finalmente, la agrupación independiente Mate Cocido retuvo el Centro, continuando en la conducción que ocupa desde hace varios años y logrando dos consejeros. Con treinta votos menos, Oktubre, agrupación peronista que se reconoce dentro del QTP (Qué te Pasa), quedó en segundo lugar, con dos consejeros. El FEU quedó tercero, consiguiendo también dos consejeros, y los restantes fueron uno para Somos (espacio afín al Rectorado, que tuvo muy poca fuerza en las elecciones en Humanidades en relación al impulso que logró en muchas otras facultades) y el otro para el Frente de Estudiantes de Izquierda.
Con los resultados enfrente, los análisis de distintos actores se vuelven cruciales para entender qué significan los avances y los retrocesos de las distintas fuerzas en un contexto particularísimo. Al respecto, Paula Machado, militante del Pampillon, estudiante de Trabajo Social y del Profesorado de Psicología y presidenta de la FUR (Federación Universitaria Rosario) comentó, en primer lugar, que fue “un escenario bastante atípico lo que terminó de configurar un resultado bastante atípico”. Esto se debe a los dos años de pandemia, y una de las cosas que señaló Paula es que “hubo pisos de debates mucho más bajos que los habituales”, lo que tendió a despolitizar el escenario. También señaló una menor cantidad de votantes respecto de los años anteriores, por distintas razones: tanto porque algunos estudiantes no se enteraron así como porque otros no terminaron de entender la importancia de la participación en las elecciones.
Por otro lado, señaló que “se puede leer un gran avance del reformismo, más particularmente del sector del radicalismo, o sea, de la Franja Morada, que es el oficialismo, que conduce la mayoría de las facultades y, sobre todo, conduce el Rectorado”, y agregó que “eso se tradujo en una apuesta bastante clara de este espacio por recuperar centros de estudiantes”.
“La Franja”, señala Paula, “hacía casi 5 años que no conducía ningún Centro en la UNR y venía con un espaldarazo nacional, con buenas elecciones en La Plata, en la UBA. Acá estuvo acompañada con recursos que se destinaron desde el partido, o desde Rectorado. Tuvieron una campaña con muchos recursos económicos, con funcionarios públicos, con trabajadores del Estado o de la universidad que se hicieron presentes en las campañas electorales. Eso fue sin duda un factor determinante”, puntualizó.
“Las elecciones también se dieron en un contexto nacional de crisis y malestar social, producto del acuerdo con el FMI, y de ciertos avances de sentidos más reaccionarios y más de derechas, lo cual también cala en la Universidad y en los estudiantes y sobre todo cuando pasamos dos años sin poder juntarnos a discutir lo que pasaba en la facultad y en el país”, agregó. Sobre la vuelta a la presencialidad, dijo que “encontró muy poco organizadas a las facultades, con problemáticas edilicias, en los comedores, con las líneas de colectivos. Todo eso también estuvo presente en el escenario electoral.”
Luego, se expresó sobre ciertos sectores más particulares, resaltando la recuperación de Derecho por parte de la Franja, desplazando al único Centro de Estudiantes universitario que era conducido por el peronismo en Rosario, y marcando también un retroceso “muy grande” de esta fuerza en Psicología. En cuanto al espacio “más reformista perteneciente al socialismo”, señaló que no hizo una elección muy buena. Y sobre su propio espacio, el FEU, comentó que si bien perdieron los centros de Ciencias Políticas e Ingeniería, en general hicieron una elección “estable o pareja, sosteniendo y creciendo en la cantidad de representantes en los consejos directivos, aunque retrocediendo en nuestra representación gremial”.
Por otro lado, El Eslabón también habló con Lucas González, ex presidente del Centro de Estudiantes de Derecho por el Frente Patria y referente del espacio, quien también dio un panorama sobre las elecciones tanto en su facultad en particular como a nivel general. “Si bien en la política no se mide todo en resultados (y menos en mi etapa de formación, que es la universitaria) y hay que contemplar muchas cosas más, en términos generales apuntando a las elecciones hemos retrocedido, el balance no fue positivo, quedamos terceros”, empezó diciendo. A pesar de eso, resaltó que en estos años de pandemia han podido profundizar otras cosas, que tienen que ver con la formación de cuadros políticos: “en ese sentido somos más de los que éramos antes de la pandemia, y eso no es poco”.
Por otro lado, sobre el tema de la formación de cuadros, que considera de especial importancia, señaló que hay tres herramientas que tienen que ver con la misma:: un mapa conceptual claro, una formación académica importante y una praxis. Y sobre eso último, dijo: “La militancia universitaria es esa praxis a la que te va llevando tener todos los años que armar actividades. Hay que tener una responsabilidad, siempre hay que llevar a la práctica lo teórico”. Sobre esta misma cuestión, agregó: “Un cuadro político es aquel que siempre tiene la habilidad o la destreza para mejorar y aprender (un cuadro político está en constante aprendizaje), pero además de ese mejorar y ese aprender, también está el poder transmitir esa misma enseñanza y ese mismo aprendizaje a los más chicos y las más chicas, a sus pares, no cerrarse en ese propio aprendizaje. Creo que avanzamos en ese sentido, y eso es algo muy positivo”.
Por otro lado, y retomando el tema anterior, atribuyó la derrota electoral en Derecho por un lado a cuestiones que tuvieron que ver con la propia gestión y en relación al contexto que les tocó vivir. “Tal vez no pudimos o no supimos dar el acompañamiento virtual necesario, y en medio de la pandemia tampoco pudimos aceitar esos mecanismos”, indicó, pero además de marcar las fallas propias, se encargó de señalar las virtudes de los otros. “Lo que no se le puede negar al Rector y al equipo que él tiene es una manifiesta habilidad para la construcción política universitaria y principalmente estudiantil. Sin embargo, ese saber es una herramienta, pero qué hacer con ella es una cuestión moral. Habrá que ver para dónde traslada (Bartolacci) ese saber, si a los sectores más conservadores de la sociedad (que son los que nos hundieron entre 2015 y 2019) o si abona a algún otro tipo de armado político”, señala en este sentido. Paralelamente, y en consonancia con lo que dijo Paula, Lucas habló de “una fuerza, una estructura de poder que hoy tiene el rector, articulado con la Intendencia y con el decano de nuestra facultad (legítimamente construida, no es nada que esté mal), que influyó mucho en el resultado.”
En cuanto a cuestiones internas de Derecho, trajo a colación el tema de las configuraciones y reconfiguraciones que se dan año a año. “Hoy la Franja Morada quedó más cercana al radicalismo que se alinea con el PRO, y la 1983 con ese radicalismo que está dentro del Frente Progresista. Después, todos estos esquemas van cambiando, el otro día Javkin dijo que quería ser gobernador y tuvo reuniones con gente de Juntos por el Cambio”, señaló, agregando otras dimensiones al análisis de las elecciones estudiantiles.
En cuanto al peronismo en los distintos centros, puso el ojo en que, a pesar del retroceso en Derecho, “no fue algo trágico” justamente por ese avance que comentó en cuanto a la cantidad de nuevos cuadros políticos. Sobre Humanidades y Artes comentó el crecimiento que tuvo la agrupación Oktubre, que quedó segunda y no llegó a la conducción del Centro por solo 30 votos. También trajo a colación el espacio que pudieron consolidar en Ciencias Políticas, en donde metieron dos consejeros estudiantiles, así como mencionó a otros sectores del peronismo, como el Movimiento Universitario Evita, que han tenido representación en las facultades de Ingeniería y Bioquímica. Al respecto, opinó que “el peronismo dentro de la universidad está empezando a dar unas batallas que quizás, cuando yo ingresé, no las dábamos, o estábamos más cercenados. Por eso me parece también importante entender que la Universidad Nacional de Rosario es un espacio de lucha, otro territorio más. Así como hay que dar las pujas por el poder en los espacios culturales, como hay que darlo con los sectores más vulnerables, como hay que darlo también en las clases medias, también hay que darlo en la Universidad, porque son lugares creadores de sentido.”
Después, en un esquema más rosarino, señaló que “ha caído la izquierda particularmente, y se ha fortalecido el radicalismo, que es algo, para los que piensan como yo, hasta peligroso, teniendo en cuenta que ahora Javkin va a jugar en un esquema tal vez provincial con Mauricio Macri o con Horacio Rodríguez Larreta, que son los que se encargaron entre 2015 y 2019 de destruir y cercenar la educación pública”.
En Humanidades lo que sorprendió fue la gran cantidad de agrupaciones que participaron de las elecciones y así también fue con los resultados inesperados por parte de ciertos actores, tanto por supravaloraciones de algunos espacios como por infravaloraciones de otros en los pronósticos previos. Los resultados fueron: 257 votos para Mate Cocido, 222 para Oktubre, 186 para el FEU y recién en cuarto lugar, con 178 votos, se anotó Somos, “brazo estudiantil” del Rectorado. Les siguieron el Frente de Estudiantes de Izquierda con 160 votos, Tupac con 61 y otras agrupaciones que no superaron las seis decenas de sufragios.
Con El Eslabón hablaron distintos referentes de las dos agrupaciones más votadas, dando un panorama de las elecciones y refiriéndose a algunas particularidades de Humanidades: Sofía Vieguer y Marcos Zilli por Mate Cocido; y Juliana Saldías y la docente Agostina Razzetti Koller, por parte de Oktubre.
Del lado de Mate Cocido, la evaluación comienza con el contexto que ningún espacio se olvida de señalar: la pandemia y su consecuencia de dos años sin tener elecciones. “Las últimas fueron en 2019, entonces tuvimos dos años de virtualidad donde la gran mayoría de los estudiantes no pudieron transitar la facultad y de repente gran parte de los de segundo y tercer año era la primera vez que votaban”, comentó Sofía. En la descripción de la situación, se pueden trazar semejanzas con lo que señalaba la titular de la FUR Paula Machado sobre el desconocimiento de los pibes sobre las elecciones, o la poca importancia que les dieron. Sin embargo, el condimento que está más presente en Humanidades que, quizás, en otras facultades, es lo que un decano definió en algún momento como “crisis áulica” y que hoy, en medio de las construcciones no terminadas y con la posibilidad de la virtualidad, hace que muches estudiantes sigan transitando su vida universitaria desde sus casas y prácticamente no pisen la sede. En este sentido, desde Mate Cocido señalan que las clases empezaron el lunes 4, y el martes, miércoles y jueves de esa misma semana fueron las elecciones: así, todo lo mencionado en este párrafo, desde el desconocimiento por la virtualidad hasta la perpetuación de la misma por la famosa crisis áulica, ha alejado al estudiantado del espacio facultativo y ha sido una gran causa de la poca participación en las elecciones.
Por su parte, Juliana Saldías, de Oktubre, señaló que “hubo mucha incertidumbre respecto del resultado, porque se estaba presentando un escenario distinto al de 2019 pero no esperábamos que hubiera un resultado tan diferente”. Para ella, Somos iba a hacer una elección mucho mejor; y también pensaban que Mate Cocido no iba a poder retener el Centro, por “una ausencia durante estos dos años que por lo menos para mí resultó muy notable y se vio en muchos aspectos”. Sin embargo, señaló que lo que hay que reconocer de esta agrupación es “la estructura que tiene en carreras como Música (que está en otro edificio, dentro de la Ciudad Universitaria, a diferencia de la gran mayoría de las carreras de Humanidades y Artes, que están en el edificio con ingresos por calles Entre Ríos y Corrientes), que es una de las carreras con más estudiantado”.
Juliana coincidió en atribuir la escasa participación en las elecciones al factor de las clases virtuales, “sobre todo en la carrera de Bellas Artes”, que es otra de las más numerosas y la que más aulas tiene afectadas debido a las obras. “Fue una sorpresa igualmente para nosotros lo de quedar en segundo lugar y haber disputado el Centro, siendo que yo por lo menos pensaba que quedaríamos relegados a un tercer o cuarto lugar. Quizás lo que nos impulsó fue esto de haber gestionado cosas durante la pandemia, y hacerlo además sin mucho aparato, con pura voluntad política”, dijo con respecto al desempeño en las elecciones de su propio espacio.
Agostina, por otro lado, señaló que en Humanidades se dio un poco “la antítesis” de lo que apareció a nivel Rosario con esta vuelta al protagonismo de la Franja Morada y de distintos sectores del radicalismo. Para ella, en Humanidades es donde mejor le fue al peronismo en el mundo universitario rosarino, posicionándose en un lugar de gran expectativa de cara al año que viene. “Nosotros quedamos a poco más de treinta votos de ganar el Centro de Estudiantes, por lo que salimos muy fortalecidos del proceso electoral. Antes teníamos un sólo consejero estudiantil, ahora tenemos dos; y además tenemos una construcción en varias carreras, principalmente en Filosofía, Historia, Antropología, y empezamos a tomar un rol central o protagónico en la política de la facultad“.
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