El primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson.Matt Dunham / AP
La decisión final sobre el paso del destructor británico HMS Defender por aguas territoriales rusas cerca de las costas de Crimea fue tomada por el primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson y fue comunicada al mando del barco dos días antes del incidente, según publica el periódico The Telegraph citando a una fuente del Ministerio de Defensa del país europeo.
Según esta fuente, la idea de enviar al HMS Defender a través de esa ruta por el mar Negro fue la causa de una disputa entre el ministro de Asuntos Exteriores, Dominic Raab, y el secretario de Defensa, Ben Wallace, quien habría propuesto el recorrido. El ministro de Exteriores mostró su preocupación por el hecho de que Moscú pudiera usar el incidente a su favor, apunta el artículo.
"Toda la disputa fue entre Raab y Wallace, luego llegó al primer ministro para una decisión. La decisión fue enviada al Defender el lunes de que iba a realizar un paso inocente a través de esas aguas", contó la fuente al periódico.
El jueves, Johnson evitó responder a la pregunta de si había dado la orden directa de que el destructor se internara en aguas territoriales rusas. El mandatario solo aseguró a los periodistas que el HMS Defender tenía "toda la razón" al navegar cerca de Crimea y que la ruta era "totalmente apropiada".
Además, Johnson insistió en que los buques británicos harían el mismo recorrido de nuevo si era necesario, a pesar de las advertencias rusas.
El miércoles de esta semana, el destructor británico HMD Defender se adentró 3 kilómetros en aguas territoriales de Rusia cerca de Crimea, que abandonó después de que la Armada rusa realizara un disparo de advertencia, según el Ministerio de Defensa del país euroasiático. Moscú considera la maniobra del buque como una flagrante violación de la convención de la ONU e instó a Londres a investigar con detenimiento las acciones de su nave.
El destuctor fue avisado en un primer momento de que se recurriría al uso de armas en caso de producirse una violación de la frontera rusa, pero "no reaccionó a esa advertencia", indicó el ministerio ruso el miércoles.
Por su parte, el Ministerio de Defensa británico negó en su cuenta de Twitter que su buque fuera objeto de fuego de advertencia por parte de Rusia.
No obstante, un periodista de la BBC realizó una llamada a bordo del buque británico y confirmó que, pese a las advertencias rusas, el HMS Defender siguió navegando por la misma ruta, que atravesaba las aguas territoriales de Crimea –"estuvimos a menos de 12 millas e incluso vimos la costa"-, antes de regresar a aguas internacionales con rumbo a Georgia.
Un día después del incidente, el Ministerio de Exteriores de Rusia envió una nota de protesta a la embajadora británica en Moscú, Deborah Bronnert.
La Cancillería rusa considera que las acciones de la nave británica, además de "provocadoras y peligrosas", constituyeron un "desacato flagrante de la convención de la ONU sobre el derecho de mar de 1982".
"Se ha prestado particular atención a que toda la responsabilidad por las posibles consecuencias recaerá completamente sobre la parte británica en caso de nuevas provocaciones de este tipo", expresó el ministerio ruso a través de un comunicado.
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