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Adoptando por completo las formas de la "casta" que tanto criticó, Javier Milei reconoció que el motivo de aliarse con Mauricio Macri y Patricia Bullrich es "llegar al poder", aunque eso signifique entregarle su partido al macrismo. El expresidente busca coparle al libertario cargos estratégicos de su gobierno para, entre otras cosas, "dormir" causas judiciales que lo complican.

La Casta Avanza

En la noche del martes Javier Milei se apersonó en la casa de Mauricio Macri para reunirse con Patricia Bullrich y allí tuvo una reconciliación express con la dirigente del PRO, a la que había llamado “montonera tirabombas que tiene las manos manchadas con sangre”. Ella dijo que estaba dispuesta a retirar la demanda por calumnias e injurias, intimidación pública e incitación al odio que radicó en su contra. Así rompieron el hielo y recompusieron la relación para que ella pudiera apoyarlo públicamente de cara al balotaje.

Pese a que tanto la ex candidata como el entorno de Milei afirman que no hubo ningún "pacto", lo cierto es que los invitados a la cena dan cuenta de que el motivo del encuentro fue político y no personal.

Milei llegó acompañado de su hermana Karina, "El Jefe" (como él la apoda a ella), y Guillermo Francos, hombre central del armado libertario. Por el bando PRO estuvieron el jefe de bloque amarillo en Diputados, Cristian Ritondo y el excandidato a gobernador bonaerense, Diego Santilli.

Lo cierto es que en el mediodía siguiente, Bullrich y su ex compañero de fórmula, Luis Petri, brindaron una conferencia de prensa que dinamitó la alianza Juntos por el Cambio al anunciar su apoyo unilateral a Milei de cara al balotaje que lo enfrentará con Sergio Massa.

En la noche del mismo miércoles, Milei brindó una entrevista al canal TN -donde también estaba presente Bullrich- en el que blanqueó el motivo de la alianza: "La prioridad es llegar al poder", afirmó dejando atrás todo sesgo de lucha contra la supuesta "casta" política, y adoptando las peores formas de la política, dejando cualquier principio en el camino con tal de ganar las elecciones.

Ante la consulta de los periodistas, el minarquista remarcó que seguirá adelante con sus promesas de campaña de eliminar el Banco Central y promover la dolarización pese a que durante la campaña de la primera vuelta cosechó críticas del equipo económico cambiemita.

"Yo no tengo que bajar ninguna bandera", remarcó el economista liberal.

En diálogo con el programa A Dos Voces de TN, destacó que en términos de agenda "coincidimos en 90%" con Bullrich, aunque reconoció que "tenemos diferencias en un margen". Dentro de ese "margen" se encuentra la discusión sobre el Banco Central, un aspecto relevante para la estructura económica del país.

"Yo creo que el BCRA no debería existir porque creo que es una estafa", dijo y señaló que "cada vez que intentamos que sea independiente terminamos sufriendo". La excandidata de JxC cuestionó en distintas ocasiones la propuesta del libertario respecto a la entidad monetaria. Pese a ello, Milei buscó un flojo punto de acuerdo al explicar que "cuando mira los postulados de Bullrich, dice que no quiere emitir. Bienvenido".

Convencido de que con el apoyo del sector más duro del PRO le alcanzaría para ganar la segunda vuelta, Milei no pudo con su genio y aprovechó la entrevista para volver a atacar a los radicales, quienes fueran socios de Bullrich hasta la mañana del miércoles.

“Una parte de Juntos por el Cambio ya se fue a votar a Massa”, sostuvo Milei y volvió a apuntar contra el radicalismo al afirmar que “traicionaron a Bullrich”. En la misma línea, definió al gobierno de Raúl Alfonsín como “uno de los peores gobiernos de la historia argentina” y chicaneó a quienes sienten como una suerte de padre político al expresidente: “Eligieron mal al padre”.

El libertario también embistió contra la Coalición Cívica "colectivista", y contra la "izquierda cobarde" de las palomas del PRO, todos sectores que hasta ayer respaldaron a Bullrich. En ese momento, Bullrich bajó la cabeza para mirar su celular, ausente de la polémica.

La venta de La Libertad Avanza llegó a niveles insospechados en menos de 24 horas. Apenas anunciado el pacto Macri-Milei, el candidato presidencial compartió un nuevo spot que copió en mensaje y estética a la campaña de Macri del 2015. Dejando de hablar de "libertad" y de "casta", el mensaje se centró en el concepto de "cambio".
 

La estrategia no es casual: el discurso de grieta anti-K es el terreno en donde Macri se siente más cómodo, y fue el utilizado por Bullrich hasta las elecciones generales. Llamativamente, fue el discurso que menos prendió en la sociedad: la ex ministra de Seguridad quedó en un lejano tercer lugar detrás de Massa y Milei.

Ahora el libertario toma las banderas de la candidata derrotada, anhelando que eso sea suficiente para seducir a su votante. Sin embargo, las primeras encuestas se presentan desalentadoras para Milei: los primeros sondeos post-generales indican que el minarquista se quedaría con el 24% del votante bullrichista, y las cuentas matemáticas indican que necesitaría de al menos el 80% de ese espacio para asegurar su victoria.

Como fuera, lo acontecido el miércoles fue la concreción de un viejo sueño de Milei, que anhelaba desde hace tiempo una alianza con Mauricio Macri, a quien consideró un "presidente liberal rodeado de socialdemócratas" -pese a que previamente lo había llamado "mentiroso", "farsante" y "fascista"-.

"Tiempo atrás les ofrecimos a Macri y Bullrich armar una nueva coalición coherente con las ideas de la libertad. Y en una interna, el que ganaba gobernaba y el que perdía acompañaba. Y sostuve que esa alianza ganaba en primera vuelta", afirmó Milei en su entrevista en TN.

Lo cierto es que, la alianza con el macrismo generó una ola de cuestionamientos internos en LLA. Tal fue así que el propio Milei debió reunirse con legisladores electos de su partido para calmar las aguas.

Lilia Lemoine, Ricardo Bussi y Juliana Santillán, fueron algunos de los que dijeron presente en el encuentro y quienes amenazaron con dejar el espacio libertario fueron los legisladores César Treffinger, Francisco Paoltroni, Pablo Ansaloni, Lorena Villaverde, Nadia Marquez y Bartolomé Abdala.

Los arreglos judiciales de Macri

Más allá de sus inocultables similitudes ideológicas, Mauricio Macri tiene un especial interés en un eventual gobierno de Milei: su blindaje judicial.

Macri cree que si gana Massa podría haber un cambio de vientos políticos que revivan las más de 200 causas en su contra que duermen en los tribunales del Poder Judicial.

"Si gana Massa me tengo que ir del país", habría dicho Macri en el búnker de JxC el pasado 22 de octubre.

Hay cuatro causas que lo preocupan especialmente: Correo Argentino, parques eólicos, peajes y espionaje ilegal. Los jueces no las hicieron avanzar pero tampoco las cerraron. A tal punto que desconfía hasta del prófugo Fabián "Pepín" Rodríguez Simón, que hizo saber que va a hablar si lo detienen.

El beneplácito de la Corte Suprema al llamado de Massa a un gobierno de unidad nacional, no hace más que alentar los temores de Macri. No fue casual que Gerardo Morales, líder del radicalismo, dijera en conferencia de prensa que Macri y Milei "arreglaron causas penales" en la reunión del martes.

Con su alianza, Macri busca colocar cuatro ministros en un eventual gobierno de Milei. Uno de ellos sería Germán Garavano en Justicia.

Fuente : elagora.digital