La dictadura de los Somoza se extendió por más de 40 años y se caracterizó por un período de tiranía y represión.
Este miércoles se cumplen 85 años desde que el dictador nicaragüense Anastasio Somoza García obtuvo el poder y condenó a su país a más de 40 años de dictadura, tiranía y represión.
La dinastía de los Somoza gobernó los designios del país centroamericano desde 1936 hasta julio de 1979, acusada de promover miles de delitos y crímenes contra el pueblo de Nicaragua.
Uno de los principales crímenes atribuidos a Somoza García fue el asesinato del dirigente revolucionario Augusto César Sandino.
El 21 de febrero de 1934, tras acudir a una cena en La Loma (Palacio Presidencial), junto con el escritor Sofonías Salvatierra (ministro de Agricultura de Sacasa) y sus lugartenientes, generales Francisco Estrada y Juan Pablo Umanzor, invitados por Juan Bautista Sacasa, Sandino es detenido por el mayor Lisandro Delgadillo, que le condujo a la cárcel de El Hormiguero.
Los tres generales Sandino, Estrada y Umanzor fueron asesinados a las once de la noche por efectivos del batallón que los custodiaba.
Posteriormente, dos años después, Anastasio Somoza tomaba las riendas de Nicaragua, derrocando al presidente Juan B. Sacasa, quien era su tío político. Somoza afirmó que había recibido órdenes del embajador estadounidense Arthur Bliss Lane para matar a Sandino.
Mantuvo el poder por más de 20 años. Durante su mandato, a Somoza García se le acusó de convertir a la Guardia Nacional en un cuerpo a su servicio personal y, posteriormente a su servicio familiar.
Desde su Gobierno, enfrentó la creciente oposición de obreros, campesinos, estudiantes y hasta de algunos de grupos propietarios. Para evitarlo, llevó adelante una fuerte represión, a través de un impresionante incremento de los miembros las fuerzas policiales y militares, la creación de numerosas cárceles, la persecución, los secuestros y la aplicación de torturas por parte de la Guardia Nacional.
Luego fue sucedido por sus hijos, Luis Somoza (quien fallecería a los pocos años de un ataque al corazón) y Anastasio Somoza Debayle, quienes extenderían el período de tiranía hasta finales de la década de 1970 en el país y serían responsables de actos de tortura, represión y fallecimientos de figuras ilustres como el periodista nicaragüense Pedro Joaquín Chamorro.
Sin embargo, son muchas las voces que destacan que muchos de los crímenes cometidos permanecen impunes. En marzo de 1990 fue aprobada una ley de amnistía total que protegía a todos “los nicaragüenses militares y civiles que hubiesen cometido delitos en la persecución e investigación de hechos delictivos” contra “la seguridad interior y exterior del Estado y comunes conexos con éstos”.
El Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), con 39 diputados de un total de 92, votó en contra de la ley, porque a su juicio esa iniciativa borraría "los crímenes cometidos por la dictadura somocista".
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