Ryan Last.
Solo en 2021 se reportaron 18.000 quejas relacionadas con este tipo de chantaje, que ha provocado pérdidas superiores a 13,6 millones de dólares, además de los "efectos devastadores en los niños y sus familias".
La Policía de EE.UU. investiga la muerte de un estudiante de secundaria en San José (California), que se suicidó el pasado febrero, horas después de que un ciberdelincuente lo extorsionara con la amenaza de publicar una foto en la que se le veía desnudo a cambio de una suma alta de dinero, informan medios locales.
Ryan Last, de 17 años, entabló contacto en línea con una supuesta mujer joven que le envió una fotografía desnuda, sin saber que se trataba de un extorsionador. El delincuente convenció al adolescente de que compartiera con él una imagen similar, pero luego lo amenazó con enviar ese material a su familia y a sus amigos si no le enviaba 5.000 dólares.
El joven le entregó al desconocido 150 dólares de sus ahorros, argumentando que no tenía más dinero, pero el estafador le exigió más y ejerció una "presión extrema", contó este mes su madre, Pauline Stuart, a la Policía de San José. Finalmente, y al no encontrar una salida a su problema, ese mismo día Ryan se quitó la vida.
Esa madrugada de febrero, la señora Stuart encontró una nota de suicidio en la que su hijo explicaba sus motivos. Según reveló, la extorsión tuvo un "impacto devastador" en él porque pensaba que no había forma de seguir adelante si esas fotos se publicaban en línea. "Pensó que su reputación estaría destruida y estaba aterrorizado sobre lo que pudiese pensar su familia y sus amigos", afirma.
El caso de Ryan ha alertado a las autoridades locales por el aumento de lo que se ha denominado como sextorsión o extorsión sexual. Esta práctica delictiva consiste en revelar información íntima sobre una víctima a no ser que esta pague al autor del chantaje. En este contexto, el FBI de San Francisco, que está recibiendo un número cada vez mayor de denuncias, ha intensificado las campañas para advertir a los padres de los riesgos, ya que la gran mayoría de perjudicados son adolescentes, generalmente entre los 14 y los 17 años.
Según un comunicado de esta oficina, solo en 2021, se reportaron 18.000 quejas en EE.UU. relacionadas con esta estafa, que ha provocado pérdidas superiores a 13,6 millones de dólares y ha generado "efectos devastadores en los niños y sus familias". Se estima que podría haber muchos más casos que las agencias de seguridad no conocen dado que las víctimas no siempre denuncian.
Stuart insiste en que la mejor manera de evitar tragedias como la de Ryan es educar a padres e hijos sobre los peligros que existen en Internet. Al mismo tiempo, el FBI recomienda ser selectivo con lo que se comparte en línea, especialmente en lo que atañe a información personal y contraseñas. También anima a los jóvenes a reportar comportamientos sospechosos a un adulto de confianza. Es importante además bloquear o ignorar mensajes de extraños y recordar que "las personas pueden pretender ser cualquier cosa o cualquier persona en línea".
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