La muerte de Henry Kissinger vuelve a poner en foco la gran cantidad de documentos secretos en relación a sus ideas, conversaciones y directivas con respecto a temas y países varios que incluyen a la Argentina.
El hombre fuerte de la política exterior norteamericana durante décadas llamaba “papeles personales” a más de treinta mil páginas de conversaciones telefónicas que él grababa secretamente y sus secretarias transcribían. Este material fue recuperado y desclasificado mediante gestiones realizadas por el Archivo Nacional de Seguridad.
La insistencia de Henry Kissinger en grabar prácticamente cada palabra que dijo, ya sea a los presidentes a los que sirvió (sin que ellos supieran que estaban siendo grabadas) o a los diplomáticos , sigue siendo el regalo que se sigue brindando fuentes de estudio a los historiadores", comentó Tom Blanton, Director del Archivo de Seguridad Nacional. “Los ayudantes de Kissinger comentaron más tarde que necesitaba realizar un seguimiento de qué mentira le dijo a quién. Kissinger intentó mantener esos documentos bajo su propio control, su escritura de donación a la Biblioteca del Congreso los habría mantenido cerrados dentro de cinco años, pero el Archivo emprendió acciones legales y forzó la apertura de los documentos secretos que muestran una imagen decididamente mixta del legado de Kissinger y enormes costos catastróficos para los pueblos del Sudeste Asiático y América Latina”, añadió.
Algunos dan cuenta de las muchas violaciones a los derechos humanos que se llevaban adelante en la Argentina en 1976. “Si hay cosas para hacer deben hacerlas rápido y volver a los procedimientos normales lo antes posible”, expresó el Secretario de Estado al Ministro de Relaciones Exteriores de Argentina, Almirante Cesar Augusto Guzzetti.
"El principal problema en Argentina es el terrorismo. Es la prioridad del gobierno que asumió el 24 de marzo. La solución tiene dos aspectos. El primero es garantizar la seguridad interna del país; el segundo es resolver los problemas económicos más urgentes en los próximos 6 a 12 meses. Argentina necesita la comprensión y el apoyo de Estados Unidos…”, expresaba el canciller argentino.
En medio de un clamor generalizado por parte de la comunidad internacional, universidades, instituciones científicas, el Congreso americano y hasta la Embajada en Argentina ante las aberrantes acciones embestidas contra líderes obreros, estudiantes y militantes políticos expresó: "Somos conscientes de que se encuentran en un período difícil. Es un momento curioso, en el que las actividades políticas, criminales y terroristas tienden a fusionarse sin una separación clara. Entendemos que deben establecer autoridad".
Pero es el memorándum de una conversación sostenida entre Kissinger y Guzzetti lo que oficia de luz verde, al menos en la interpretación de los militares, en cuanto a los métodos para alcanzar sus objetivos.
El documento desclasificado y recientemente dado a conocer fue obtenido por el Proyecto de Documentación del Cono Sur del Archivo de Seguridad Nacional a través de una solicitud de la Ley de Libertad de Información al Departamento de Estado presentada en agosto de 2002 y alcanzada en febrero de 2004. El documento tenía una fecha errónea del 6 de junio de 1976. La reunión tuvo lugar durante la mañana del 10 de junio de 1976, cuando el Secretario Kissinger se reunió con varios dignatarios extranjeros que asistían a la Asamblea General de la OEA en Santiago.
Al momento de la reunión, el Departamento de Estado sospechaba que los regímenes militares del Cono Sur estaban llevando a cabo un ataque coordinado contra refugiados en Argentina; de hecho, Kissinger recibió un telegrama especial de Washington informándole sobre este tema justo antes de reunirse con Guzzetti esa mañana. Pero el Memorando de Conversación no contiene ninguna referencia del Secretario Kissinger sobre las preocupaciones en materia de derechos humanos planteadas por la cooperación en materia de seguridad en el Cono Sur.
Los documentos afirman que a fines de 1976, 10.000 argentinos habían sido desaparecidos o asesinados por las fuerzas de seguridad argentinas; media docena de ciudadanos americanos habían sido secuestrados y torturados. En el frente internacional, la cooperación entre las fuerzas militares y de inteligencia argentinas y otros ejércitos del Cono Sur dejó a cientos de uruguayos, chilenos, bolivianos, paraguayos y brasileños desaparecidos, torturados y/o muertos.
Junto con las frases mencionadas más arriba, hay pasajes de la conversación entre ambas personalidades que abonan la interpretación del apoyo norteamericano a las acciones militares:
- Guzzetti: "Los terroristas se esfuerzan por aparecer como víctimas ante la opinión mundial, aunque sean los verdaderos agresores".
- Kissinger: "Queremos que tenga éxito. Haré lo que pueda…”.
Fuente : agenciapacourondo.com.ar
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