El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, respondió a los bombardeos lanzados por Rusia en Ucrania con dos anuncios: por un lado, indicó que no enviará tropas estadounidenses a pelear en el territorio de su aliado y, por el otro, expandió las sanciones impuestas contra Moscú y explicó que no espera que estas frenen la actual avanzada militar rusa, pero sí afecten la economía de ese país en el futuro, lo suficiente como para que su par Vladimir Putin tenga que dar marcha atrás con su política sobre su vecino.
“Putin declaró su guerra”, sentenció Biden y acusó a su par ruso de ser “el único agresor” y de “elegir una guerra sin causa”. Por eso, tras ratificar su solidaridad con Ucrania, anunció un nuevo paquete de sanciones que incluirán hasta seis bancos rusos, “las principales empresas estatales” y “los nombres de la élite” de ese país. “Vamos a limitar el acceso al financiamiento y tecnología para el futuro, y estamos preparados a hacer más”, dijo, sin aclarar a qué se refería.
Eso sí, dejó bien claro que las Fuerzas Armadas de su país no participarán en lo que consideró “una guerra de gran nivel”. “Nuestras fuerzas no se involucrarán en la pelea en Ucrania. No van a pelear en Ucrania. Sí prometió “aumentar la capacidad militar” de sus fuerzas en Alemania, donde hace décadas tiene fuerzas desplegadas, pero explicó que esto será para garantizar “la defensa de todos” los aliados de la OTAN, la alianza militar occidental que llega hasta la frontera oeste de Ucrania, con Polonia, Hungría, Eslovaquia y Rumania.
Tanto la ONU como Estados Unidos ha alertado que estos países fronterizos podrían comenzar a recibir un flujo importante de refugiados desde Ucrania. Por ahora, la estrategia de Biden es no meterse en el frente militar y pelear una guerra económica de desgaste con Rusia. Así lo explicó: “Queremos infringir un costo severo a la economía rusa. Pensamos estas sanciones para garantizar efectos a largo plazo contra la economía de rusia y limitarlos para nuestros socios europeos”. Explicó que su decisión fue consensuada con sus aliados del G7: Reino Unido, Alemania, Francia, Italia, Japón, Canadá.
Según sostuvo, el efecto buscado es “cortar la mitad de las exportaciones de tecnología” y “limitar la capacidad de Rusia de hacer negocios, financiar y ampliar sus fuerzas militares”. “Queremos limitar su capacidad de competir en la industria tecnología”, agregó, dejando en claro que el objetivo es a largo plazo.
“Nadie esperaba que las sanciones evitaran que pasara algo. -reconoció el mandatario- Esto va a tomar tiempo, Putin no va a decir: Oh Dios, voy a replegarme por estas sanciones. Esto va a tomar tiempo”, finalizó el mandatario norteamericano.
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