En un nuevo año de pandemia por coronavirus se alcanzó un récord de más de 100.000 estudiantes inscriptas a las carreras de la Universidad Nacional de Bs As (UBA). Al mismo tiempo cada vez más docentes denuncian arbitrariedades en la creación de cátedras “amigas” de las autoridades y discriminación a las cátedras y docentes no adictos a las mismas, en el marco de una total ausencia de mecanismos democráticos de gobierno. El despido del profesor titular de la materia Economía Jorge Marchini, con más de treinta años en la misma, aparece en la cumbre de las denuncias. Por Corresponsal Popular para ANRed
Contrastes de la UBA y el país. El prestigio académico y el discurso democrático de la UBA convive con docentes que denuncian sobreexplotación y maltrato laboral, así como falta de reconocimiento de su ciudadanía democrática.
En medio de la incertidumbre social pandémica se produce una oleada de inscriptos al año de ingreso para las carreras de esta renombrada universidad. Sólo dos oleadas de anotados fueron tan impactantes: al momento de la creación del Ciclo Básico Común postdictadura como formato del ingreso irrestricto conquistado por las luchas estudiantiles en 1985 y en el período de la crisis del 2001-2003. En diversos estudios internacionales aparecen carreras de la UBA entre las cien más prestigiosas del mundo. La preparación de los festejos del Bicentenario de la UBA, ya asoman en fachadas virtuales y presenciales.
Al mismo tiempo esos festejos se ven contrariados por un malestar subterráneo entre trabajadores docentes y no docentes de distintos ámbitos de la misma, malestar que emerge en grupos de whatsapp, redes sociales y organizaciones gremiales de diverso tipo en facultades, centros de estudios y museos dependientes de la UBA y en la unidad más masiva de todas, el citado Ciclo Básico Común. Proliferación de hongos en museos ante el ausentismo de las autoridades, cierre de una sede regional del CBC sin previo aviso, decenas de comisiones/cursos que desaparecen de cátedras históricas que reaparecen mágicamente en cátedras creadas de la nada en manos de amigos de las autoridades y docentes interinos que ven como finaliza su “contrato” sin que se les asegure la renovación del mismo (a pesar de trabajar en el mismo hace hasta 36 años sin interrupción).
El caso más resonante fue el de la persecución a la cátedra Marchini, (incluyendo el despido de su titular en septiembre del 2020) que dicta la materia Economía en las sedes de San Miguel en el conurbano y Drago en el tranquilo barrio porteño de Coghlan. Esta cátedra, la más antigua que dicta la materia, hace ya tres décadas, aborda la introducción a la materia como una ciencia social, presentando todas las escuelas económicas desde la neoclásica hasta la marxista, como diferentes fundamentos del abordaje de las herramientas básicas de la economía. Su titular ganó el concurso para jefe de cátedra en dos ocasiones. Pero mientras que la gestión del CBC (de la mano del radical Miguel De Luca y un director adjunto de 30 años desconocido por sus colegas pero que responde al radical Yacobitti, afines a Juntos por el Cambio aunque afirman llevarse bien con Alberto Fernández) y la gestión de la facultad de Ciencias Económicas (históricamente en manos del radicalismo que está con Juntos por el Cambio, con el PJ como socios menores) creaban cátedras “experimentales” para “su gente”, al mismo tiempo armaban un tercer concurso en 2017 para desplazar a Marchini por Sebastián Katz (subsecretario de finanzas de la gobernadora Vidal y que sería luego viceministro de Economía de Macri).
Si bien el jurado del concurso armado contra Marchini resolvió dar ganado el mismo al radical Sebastián Katz, Marchini apeló en el poder judicial ante el hecho de numerosas violaciones al reglamento de concursos, juicio que viene avanzando. Y la cátedra siguió funcionando con Marchini a cargo de la cátedra en 2019 y el primer cuatrimestre del 2020. Las autoridades decidieron desconocer el juicio en curso y emitir una resolución en el que lo despidieron en septiembre del 2020. No tuvieron en cuenta una carta abierta que fue firmada por más de 500 docentes del CBC (con un respaldo mayoritario y explícito por parte de sus compañeros de las sedes Drago y San Miguel) y apoyada por diversos intelectuales e incluso instituciones extranjeras como el departamento de Economía y el sindicato de la Universidad de Londres, entre muchas otras.
Tras el despido del titular, el equipo de docentes de la cátedra dio el segundo cuatrimestre resolviendo la cursada y las evaluaciones sin nadie que tuviera un cargo siquiera de JTP (jefe de trabajo prácticos). Las notas de los estudiantes entraron regularmente aún ante lo anormal de la situación. Pese a ello cuatro docentes de la cátedra han visto cómo su designación ha caído este 31 de marzo sin ser aún renovado.
Y aquí la precariedad de los docentes de la cátedra se conecta con la situación de los más de 2000 docentes ayudantes del CBC que son interinos “permanentes” desde 1985. Todos los ayudantes ven como sus “contratos” cesan cada 31 de marzo y deben ser dados nuevamente de alta cada 1 de abril, así como las comisiones/cursos les deben ser asignados. Este 2021 esos docentes ven cómo gran cantidad de comisiones desaparecen del campus virtual del CBC, cómo sus designaciones “2021” aún no se concretaron y cómo cátedras surgidas de la nada acaparan comisiones y designaciones. Ante lo cual tampoco tienen un ámbito de cogobierno que hayan elegido, del que sean parte y al cual puedan dirigirse, ya que las autoridades del CBC son nombradas integralmente desde el Rectorado, a dedo.
Esta semana en la que comienzan las clases en el CBC se verá cuánto hay de desorden institucional de la UBA y cuánto de abuso y repartija de cargos por las autoridades. Se verá difusa y parcialmente dada la opacidad institucional de la UBA ante la información del uso y gestión de sus recursos, difícilmente captables en la universidad más grande Latinoamérica y una de las más grandes del mundo en cuanto a estudiantes cursándola.
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