Mariano Nieva lo dictará los miércoles a las 20:30 h, a partir del 31 de marzo, en el Instituto Alfredo Palacios: "En la renovación musical de los 80 que se dio en nuestro país, hubo un cambio de paradigma por la nueva estética sonora y visual que va a proponer la new wave".
Por Mariano Nieva
En este período comprendido entre los años 1980 y 1982 se vivía la sensación de que había aflojado un poco la represión por parte de la dictadura militar. Por eso, en algunos sectores de la sociedad se empezaba a soñar con la posibilidad del retorno a las urnas, aunque todavía quedaba un largo trecho por recorrer. Incluyendo el doloroso momento que significó la guerra de Malvinas.
En ese contexto, Raúl Porchetto, que venía haciendo discos notables bajo el sello EMI como Chico cósmico (1977) , Volando de vida (1978) y Mundo (1979), en 1980 va a renovar su banda incorporando a tres músicos que años más tarde formarán el grupo GIT (Pablo Guyot, Willy Iturri y AlfredoToth) y edita “Metegol”. Dándole un giro estético a este proyecto, va a sumarle algunos elementos de la new wave que empezaba a asomar en todo el mundo. Con letras muy punzantes como las de las canciones “Algo de paz” que significaba una clara toma de posición del artista acerca del conflicto bélico con Chile por el Canal de Beagle y que el enviado del papa Juan Pablo II, Cardenal Samoré, impidió con su mediación en 1979. Y “Metegol”, que le da nombre a la placa, donde Porchetto va a retratar el clima de esos años con la frase: “Todo lo que hagas, pibe, no es bueno. Hoy ser joven no tiene perdón. Sos la pelotita de este juego. Un metegol”.
En este año también, más precisamente en el mes de abril, aparece la Televisión a color en nuestro país y el gobierno militar encabezado por el general Roberto Viola ideó un cambio de táctica con respecto a intentar acercarse al rock. Con ese fin, convocó a productores y managers de los principales artistas para “conversar” sobre qué es lo que querían los/as jóvenes. Por eso, haciéndose eco de esta reunión, David Lebón escribió el tema “Encuentro con el diablo” incluido en el tercer LP de Serú Girán, Bicicleta (1980).
Mientras, Luis Alberto Spinetta funda un nuevo grupo llamado Jade con quienes graba el álbum debut Alma de diamante (1980) al que le siguió Los niños que escriben en el cielo (1981) y Bajo Belgrano (1983). En el medio de estos dos últimos, el Flaco (por fuera de Jade) lanzó un disco muy autorreferencial y, según sus propias palabras, “el más solista de todos”: Kamikaze (1982), que incluyó material compuesto años atrás, incluso de la época de Almendra.
Por su parte, Miguel Cantilo retorna de su estadía en España donde había formado, con parte de La Cofradía de la Flor Solar (Quique Gornatti, Morcy Requena e Isa Portugheis, más un músico español llamado Fernando Huici en teclados) el grupo Punch. Allí, al calor del clima post franquista, compusieron un amplio repertorio que presentaron el 30 agosto de 1980 en el Auditorio de la Universidad de Belgrano (UB) ubicado en la avenida Federico Lacroze, entre las calles Villanueva y Luis María Campos de la Ciudad de Buenos Aires. De soporte se presentó un nuevo y desconocido grupo llamado Virus. Quienes con su propuesta tan moderna y de avanzada para la época lograron que el público que había ido a ver a Miguel (quien a su vez también modernizó su música y que a duras penas lo habían tolerado) dijeran: “¡Basta! Esto es demasiado”. Un sector de la gente comenzó a hostigar a Federico Moura y sus compañeros ni bien pisaron el escenario mientras que la otra mitad, tomó con agrado la novedad de escuchar música con una carga más eléctrica.
En esta etapa Virus será fundamental porque traerá a la escena una nueva estética, con otro mensaje. Otra manera también de ver el rock mucho más que ver con la revolución que se venía dando en la música del mundo. La banda de los hermanos Moura fusionó de gran manera la new wave y el punk con el baile, el humor y la ambigüedad sexual, que para nuestro rock era algo inédito. Logrando sacudir tanto a la intelligentsia rockera como a periodistas, público en general e incluso a los propios colegas músicos/as.
1981 es el año donde también es elegido presidente de los Estados Unidos (EEUU) Ronald Reagan, desatándose con su administración el fenómeno de los yuppies. Jóvenes que se enriquecían rápidamente gracias a la bicicleta financiera que se desarrollaba en ciudades como Manhattan, por ejemplo. Mientras que en Gran Bretaña se hacía cada vez más fuerte la figura de Margaret Tatcher, quien había sido elegida Primera Ministra en 1979, y que con la aplicación de políticas conservadoras va a impactar negativamente en el clima social, laboral y político de buena parte del planeta. Entonces se empieza a instalar la premisa ya no de salvarse colectivamente como eran los ideales enarbolados hasta hace poco tiempo, sino que ahora se promueve el deseo de ponerse a salvo uno mismo. Lo de “My generation” no va más. Se desplaza el “nosotros” y se instala el “yo”.
En febrero de 1981 llega, en la cumbre de su carrera, Queen a Buenos Aires para dar cinco shows inolvidables, tres en el estadio de Vélez Sarfield y los dos restantes en Mar del Plata y Rosario. La visita de La Reina que hacía meses había lanzado The game (1980) ubicó definitivamente a nuestro país en el mapa del rock mundial. Por otro lado, Riff con Pappo a la cabeza saca un disco incandescente como Ruedas de metal. Manal se separa para siempre luego del regreso y posterior disco en vivo en el estadio Obras. Vox Dei también se despide de esta etapa luego de una gira veraniega.
Siguiendo con el retorno de los músicos pioneros de nuestro rock, Miguel Abuelo es convencido de regresar al país por un notable músico, bajista, y hoy devenido productor internacional: “Cachorro” López. De esta manera nace la segunda formación de Los Abuelos de la Nada con Gustavo Bazterrica en guitarra, un muy joven Andrés Calamaro que venía de tocar teclados en el grupo Raíces, Polo Corbella (proveniente de una histórica banda llamada The Beats, fundada incluso antes que los mismísimos Gatos) sentado a la batería, Daniel Melingo en saxo, el propio “Cachorro” en bajo y, naturalmente, Miguel Abuelo en voz. El nuevo grupo que en vivo era realmente aplastante, compone y graba su primer álbum homónimo en 1982 con la producción de Charly García en dónde se reparten la autoría de las canciones Calamaro y Abuelo.
Virus, en tanto, se sigue consolidando siendo parte de los números artísticos que van a actuar en el Prima Rock, el Festival que se hizo en las piletas de Ezeiza el 21 de septiembre de 1981 donde mostraron los temas de su primer álbum llamado Wadu wadu (1981).
B.A. Rock IV
Lito Nebbia también vuelve a la Argentina y llega para actuar en noviembre de 1982, después de una pausa de 10 años, en la cuarta edición del Festival BARock creado por Daniel Ripoll (dueño de la revista Pelo y la editorial Magendra) y Jorge Álvarez, que luego de las experiencias de Mandioca y Microfón se había ido a producir discos a EEUU y España donde tuvo bastante que ver con la movida pop madrileña. El BARock, que se hizo al aire libre en las instalaciones del club Obras Sanitarias, fue todo un muestrario de la escena rockera de la época en donde empieza a despegar también la figura de un músico un poco injustamente olvidado, pero que a mediados de los 80 se va a convertir en una máquina de vender discos. Miguel Mateos con su grupo Zas, que de la mano de su álbum en vivo llamado Rockas vivas (1985) vendió 750 mil copias declaradas. En BARock también estuvieron Luis Alberto Spinetta, Los Abuelos de la Nada, Riff, la banda que El Carpo formó luego de disolver Pappo´s Blues y que va a interpretar una recordada versión del tema “Pantalla del mundo nuevo” que habla de una distopía futura. Y otro proyecto fundacional del heavy metal vernáculo, V8, integrado por un personaje como Ricardo Iorio que es toda una leyenda para la patria metalera argenta. Memphis la Blusera por su parte, con su actuación, logrará condensar el espíritu del blues porteño con una especie de herencia que había dejado vacante Manal.
El festival también tuvo la inteligencia de darle lugar a figuras que estaban asomando como Daniel Melero quien, a la postre, sería muy importante en el desarrollo del pop electrónico local creando, además, su propio sello llamado “Catálogo Incierto”, donde van a grabar por primera vez grupos como Todos Tus Muertos, por ejemplo. En esta época comienza a entrar en vigencia el sampler y la música pasa a grabarse digitalmente. El tecno pop inglés encarnado en bandas como Depeche Mode, Erasure , The Human Leage y Mirage, por ejemplo, inundan el mundo con sus materiales hechos a base de sintetizadores. Sonidos que irán llegando como influencia a nuestro país.
Melero, en aquel momento, tenía una poderosa banda llamada Los Encargados, sostenida con teclados y en su repertorio un tema cuyo título (“Trátame suavemente”) luego hará híper conocido el trío conformado por Gustavo Cerati, Charly Alberti y Zeta Bosio, y que formará parte de la placa homónima debut de Soda Stéreo, producida por Federico Moura y lanzada en 1984.
Algo de paz. El Festival de la Solidaridad Latinoamericana.
Con la herida sangrante de Malvinas abierta y la dictadura en irremediable salida, el rock nacional consiguió amplia difusión producto del conflicto bélico, sobre todo en programas radiales surgidos en aquellos años como “9 PM” y “El Destape”, ambos conducidos por Lalo Mir y Horacio Maurette a los que luego se sumó Elizabeth Vernaci en Radio del Plata, y “Entre nosotros” referenciado en Graciela Mancuso, por el aire de Radio Rivadavia. Se organizó el Festival de la Solidaridad Latinoamericana con el cual el gobierno de facto quería agradecer a los países de la región el apoyo dado frente a la guerra contra Inglaterra, que tenía como epicentro las islas ubicadas en el atlántico sur. En este contexto y ante la propuesta, los músicos se debatían entre aprovechar esta coyuntura favorable de difusión de sus materiales por un lado, y no quedar como colaboracionistas por el otro. Participar o ignorar el festival. Ahí estaba la cuestión. Por su parte, Charly García graba su primer álbum solista Yendo de la cama al living (1982) donde expresa, en parte, lo que vivía aquella sociedad atravesada por el horror de la guerra con temas como “No bombardeen Buenos Aires”. La edición en vinilo incluía la banda de sonido de “Pubis Angelical”, la película dirigida por Raúl de la Torre, compuesta por el propio García y basada en la novela homónima de Manuel Puig.
Finalmente, y con la producción de Daniel Grinbank, Carlos “Pity” Iñurigarro, Oscar López y Alberto Ohanian (quienes, a su vez, tenían en sus carteras los números mas destacados del rock argentino) se decidió llevar a cabo el evento en las canchas de hockey del estadio Obras Sanitarias, el 16 de mayo de 1982. La entrada constaría de una donación de ropa, cigarrillos y alimentos no perecederos para enviar a los soldados que estaban en el frente. El festival fue transmitido en directo por el canal 9 de televisión y por las radios Del Plata y Rivadavia.
De esta manera y durante las cuatro horas que duró el megaconcierto con tantos sentimientos encontrados, las figuras más destacadas de la escena rockera local desfilaron por el escenario un domingo lluvioso de otoño. Luis Alberto Spinetta, Pedro y Pablo (Miguel Cantilo y Jorge Durietz), Dulces 16, Rubén Rada, Raúl Porchetto, León Gieco, Lito Nebbia, Charly García y muchos más. Sin embargo, hubo una banda que rechazó la invitación a participar de la jornada, Virus. El motivo era más que justificado. Jorge, uno de los hermanos Moura, había ingresado a las filas del ERP (Ejército Revolucionario del Pueblo) y participado activamente del recordado asalto al cuartel de Monte Chingolo en diciembre de 1975. Bajo el nombre de guerra Sargento Manuel fue detenido por un grupo de tareas en marzo de 1977 y aún permanece desaparecido.
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El seminario "Rock y polìtica" de Mariano Nieva se realizará a partir del 31 de marzo, los miércoles a las 20:30 h, en el Instituto Alfredo Palacios. Se entregará certificado de asistencia.
Informes: institutoapalacios@gmail.com
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