Un estudio de las organizaciones Proyecto Económico y el Instituto Argentino para el Desarrollo Económico (IADE) propuso la estatización de la hidrovía del Río Paraná, el canal navegable que conecta Argentina con Brasil y Paraguay y cuya explotación, actualmente, está en manos del sector privado.
El actual sistema de explotación comercial del Paraná “tiene serias deficiencias y genera graves perjuicios económicos” y su problema central “reside en el déficit en materia de controles y regulaciones, lo que facilita el fraude fiscal y las prácticas ilícitas”, indicó el trabajo que fue dirigido por la diputada nacional del Frente de Todos Fernanda Vallejos.
El estudio propone la administración y control estatal de la hidrovía, la creación de un órgano de control sobre prácticas ilícitas, y centralizar en una base la información económica y financiera de puertos públicos y privados habilitados, así como la de zonas de producción, embarcaciones en operaciones y procesamiento a transporte, de forma de poder monitorear el tráfico comercial.
“Se trata de tener la capacidad soberana sobre las propias aguas, para fiscalizar la operatoria de transporte, carga y descarga de granos, oleaginosas y derivados, así como del conjunto de bienes transportados objeto del comercio exterior argentino, con el propósito de evitar operaciones fraudulentas que lesionen el interés nacional y debiliten el bienestar general del pueblo argentino”, concluye el trabajo.
También impulsa la habilitación y obra del Canal de Magdalena y la recuperación del cobro de peajes por parte del Estado, que deberá fijar las nuevas tasas.
Con respecto al dragado, sugiere una evaluación técnica de la factibilidad, tiempos y costos para que Argentina realice esta tarea, mientras que reclama el aprovechamiento y fortalecimiento de las capacidades nacionales en las tareas de balizamiento.
El Río Paraná es la principal autopista navegable de la Argentina por la que se transporta el 80% de la mercadería que exporta el país e ingresa el 95% de sus importaciones y a lo largo de sus 820 kilómetros operan 18 puertos que reciben por año carga transportada en 1.200.000 camiones y 250.000 vagones de tren.
En 1992, el gobierno del entonces presidente Carlos Menem le quitó a la Administración General de Puertos la gobernanza sobre los puertos, canales y tareas de mantenimiento, descentralizando la administración, y cedió al sector privado la gestión de la actividad portuaria, el mantenimiento de la ruta fluvial y perdió capacidad de control y regulación.
En 1995, las tareas de mantenimiento, dragado y balizamiento del Paraná quedaron en manos del consorcio Hidrovía SA, integrado por la empresa belga Jan de Nul y la argentina Emepa, que hoy cobran los peajes a las embarcaciones que recorren la vía navegables.
La concesión de la Hidrovía venció el 30 de abril último y se estableció una prórroga de 90 días que sostuvo en funciones al consorcio.
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