Carne de juguete, la emblemática obra sobre Malvinas, escrita y dirigida por Gustavo Guirado, presenta sus últimas funciones. La memoria inclaudicable sobre un hecho atroz de nuestra historia.
En 2015, Carne de juguete salió a escena por primera vez provocando e interpelando en la memoria y la conciencia del público uno de los hechos más atroces de la historia reciente argentina: la guerra de Malvinas. Con más de 140 funciones a lo largo y ancho del país, la obra escrita y dirigida por Gustavo Guirado pone en escena en clave onírica y realista a dos personajes sobrevivientes de esa historia, y otros dos que ya no están, pero gracias al imaginario del teatro y lo fantasmagórico, aparecen y se relacionan entre sí. Un galpón lleno de objetos que debían viajar a las islas, que como sabemos nunca llegaron, y un hombre que las cuida como si todavía pudieran ser enviados.
“Siempre el tema Malvinas, y el 2 de Abril en particular, me generaron mucha angustia”, cuenta Gustavo Guirado, que nació en Ceres, en el norte de la provincia, en 1962. Este actor y director debió haber ido a las islas a pelear pero en el momento del conflicto bélico, en 1982, tuvo su primer hijo y no se alistó. “Sí, fueron amigos de mi pueblo –afirma en diálogo con este periódico–, uno es sobreviviente del Ara General Belgrano. Siempre fue un tema que a mí me atravesó en lo personal profundamente”.
La historia había dado muchas vueltas en la cabeza y el corazón del creador, pasaron años y un día se sentó a profundizar la escritura. La obra primero salió en formato libro, con prólogo del profesor e historiador teatral Jorge Dubatti y, más tarde, fue con las actrices y actores que se terminó de crear la obra teatral.
Carne de juguete es una de esas piezas artísticas que el boca a boca multiplicó entre el público y las rutas de los escenarios. “¡Terrible obra!” o “el que no la vio la tiene que ver yaaaaa”, son algunos comentarios que incluso hoy se cosechan en grupos de Whatsapp de personas cercanas.
En este viaje sobre la historia y la memoria de lo sucedido en ese territorio simbólico y soberano, los ex combatientes siempre tuvieron un espacio participativo, incluso desde las distintas visiones. Así lo manifiesta Guirado: “En cada ciudad que nos hemos presentado invitamos a los Centros de ex Combatientes, nos ponemos en contacto con ellos y los invitamos a que vengan a ver la obra y, a su vez, les damos la posibilidad de que le hablen al público. Si bien a todos los Centros los une la causa Malvinas, algunos tienen una visión más pro-militar y otros una visión por decirlo más progresista. En ese sentido, nosotros rescatamos como bandera la valentía y el coraje de los muchachos, pero también abordamos el papel de los superiores que hambrearon a los soldados, que los estaquearon en el hielo, al aire libre. Es decir, la misma dictadura que los mandó a morir a las islas es la misma que prolongó los métodos propios de la dictadura en las islas, torturando a los soldados. No todos los oficiales, obviamente, pero gran parte de ellos. Y todavía siguen siendo juzgados. Nuestra obra habla también de eso”.
Carne de juguete mantuvo un elenco estable en el tiempo aunque el grupo sufrió la pérdida de uno de sus integrantes, el actor Roberto Stabile. Actualmente tiene las actuaciones de Claudia Schujman, Edgardo Molinelli, Federico De Battista y Yanina Mennelli, quienes en la obra atraviesan a los muertos: un soldado argentino y su madre, almas sin memoria que quieren saber cómo eran y quiénes eran cuando la guerra tronchó sus vidas. Y los vivos: el padre y la novia del soldado, quienes intentan dar respuestas confundiendo todo aún más.
En ese galpón lleno de ropas, objetos y alimentos no perecederos, suspendido en el tiempo por más de 40 años, es que se entreteje la historia atroz de la guerra, de forma dramática pero también con humor y de forma desopilante, como describe el propio autor.
Las coyunturas siempre dialogaron con la obra: “Su actualidad es total. Para nosotros la guerra de Malvinas se sigue librando, y Argentina sigue siendo un campo minado donde el colonialismo, la usurpación y el extractivismo están presentes. La obra retrata no tanto los hechos sino la demencia social que acompañó ese momento. Nos preguntamos cómo millones de padres fueron a vitorear a Galtieri y enviaron a sus hijos a morir alegremente a las islas, haciendo fiestas para recaudar fondos ante la evidencia de lo que después pasó. Entonces nos preguntamos qué pasó con la sociedad que enloqueció de esa manera. En esta oportunidad la mencionamos como «Malvinas y la demencia social de un país, 1982-2023», porque hoy esa demencia, esa locura, esas comparaciones hiperbólicas que se disparan para cualquier lado y el fenómeno Milei, todo eso sigue vigente y tiene mucha relación con lo que ocurrió en esa época, esa cosa protofascista o directamente fascista de una porción importante de la ciudadanía”.
Guirado anuncia que la obra se baja de las tablas después 8 años, con las dos últimas funciones en Rosario, este viernes 27 y sábado 28 en el espacio Micelio de Valparaíso 520, y una última función en Viedma, en un festival: “En algún momento hay que despedir esta obra, la amo profundamente, es una obra que mí me singulariza con mayor profundidad como actor, como director y como dramaturgo, aunque yo no soy dramaturgo”, concluye.
Fuente : redaccionrosario.com
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