Dos senadores de EE.UU. exigen mayor transparencia sobre el marco legal del programa secreto y el tipo de información que este recaba.
La CIA se suma a la lista de agencias de EE.UU., como el FBI, implicadas en la recolección de datos de ciudadanos estadounidenses sin autorización del Congreso del país. Así lo sugiere una carta de los senadores Ron Wyden y Martin Heinrich, ambos miembros del Comité de Inteligencia del Senado.
De acuerdo con los legisladores, la agencia ha estado operando un programa secreto de recolección de datos de inteligencia exterior que también incluye información de ciudadanos nacionales, reportan medios locales.
La misiva, enviada el 13 de abril del 2021 a la directora de Inteligencia Nacional, Avril Haines, y al director de la CIA, William Burns, fue parcialmente desclasificada este jueves. En ella, los senadores exigen mayor transparencia sobre el programa, incluyendo el tipo de información recabada.
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Se detalla que el programa secreto opera bajo la autoridad de la orden ejecutiva 12333, firmada originalmente por el presidente Ronald Reagan en 1981, la cual regula en términos generales el trabajo de los servicios de inteligencia de EE.UU.
Wyden y Martin argumentan que el programa ha estado funcionando "completamente fuera del marco legal que el Congreso y el público creen que rige esta recopilación, sin ninguna supervisión judicial, del Congreso o incluso de la rama ejecutiva que conlleva la recopilación de [la ley de vigilancia de inteligencia extranjera] FISA".
Tras la publicación parcial de la carta, desde la CIA han asegurado que la agencia "reconoce y toma muy en serio" su "obligación de respetar la privacidad y las libertades civiles de las personas de EE.UU. en la realización de" su "vital misión de seguridad nacional". "La CIA está comprometida con la transparencia consistente con nuestra obligación de proteger la fuentes y métodos de inteligencia", añadieron.
Además, la agencia publicó una serie de recomendaciones sobre el programa redactadas por un panel de observación interno.
En respuesta, ambos senadores expresaron su aprobación por esas recomendaciones, pero insistieron en que "el público merece saber más sobre la recolección de esta información", precisando que continuarán urgiendo a los directores de las agencias implicadas para "lograr la transparencia que merece el pueblo estadounidense".
Las preocupaciones por posibles violaciones de la privacidad de los ciudadanos estadounidenses no es nueva en el país. Si bien agencias como la CIA tienen como objetivo ocuparse de la inteligencia exterior —y por lo general tienen prohibido investigar a personas y empresas del propio país— la intercepción de comunicaciones extranjeras con frecuencia abarca inintencionadamente información enviada por estadounidenses.
En 2013, el excontratista de la CIA y de la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos (NSA) Edward Snowden hizo de conocimiento público que la NSA accedía a grandes volúmenes de datos de proveedores de Internet y a millones de registros de llamadas de compañías de telecomunicaciones de EE.UU.
Esto se suma al historial de otras agencias del país que espiaron a sus propios ciudadanos, por ejemplo las investigaciones del FBI contra los movimientos por los derechos civiles, que implicaron la grabación de conversaciones de activistas como Martin Luther King, o el uso de drones de vigilancia durante protestas sociales.
Asimismo, la CIA es recordada por la Operación Caos, centrada en investigar presuntos nexos entre los manifestantes contrarios a la guerra en Vietnam con gobiernos extranjeros.
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