Entrevista a Lucas Pedró, secretario de Culto de la UTEP e integrante de los Misioneros de Francisco, y a Diego Mendieta (foto), pastor pentecostal de la comunidad evangélica Fe y Vida, integrante de la secretaría de culto y de la pastoral social evangélica, y militante de Nuestramérica Movimiento Popular. La presencia de elementos religiosos en la lucha política de la Economía Popular.
Por Laureano Gonzalez (*)
APU: Este sábado se celebró la festividad de San Cayetano, y luego del acto virtual del año pasado, las organizaciones de la Eco Popular volvieron a movilizar de Liniers a Plaza de Mayo. ¿Cuál es la particularidad de San Cayetano 2021? ¿Cuáles son las demandas y el mensaje que quieren dar en este contexto?
Lucas Pedró: Con respecto a este año, está la particularidad de que volvemos a la calle después de casi un año y medio, después de mucho tiempo sin movilizar. Todos los problemas en nuestros barrios, que veníamos señalando, se han profundizado por la pandemia, y también estamos reclamando el Salario Básico Universal. También además de pedir Paz, Pan y Trabajo, a San Cayetano fuimos a agradecer; dentro de los agradecimientos esta semana tenemos la alegría de que se ha logrado la personería, que los trabajadores y trabajadoras de la Economía Popular tienen sindicato propio y eso es una alegría que celebramos este 7 de agosto.
Diego Mendieta: Los trabajadores de la Economía Popular, durante la pandemia, han cumplido un rol verdaderamente esencial en el sostén y la organización de la vida en el territorio, en los barrios, en la promoción de la salud con los promotores de salud y género, en los espacios de contención comunitaria de abordaje al consumo problemático, el acompañamiento a las mujeres en la producción de alimentos, y en un sinfín de tareas que el sector realiza. Han cumplido un rol esencial y han estado en la primera línea junto a otros trabajadores enfrentando uno de los momentos más difíciles de nuestra historia. Las demandas con las que se peregrina y se marcha, al grito de Tierra Techo y Trabajo, son el Salario Básico Universal para garantizar un piso de dignidad de los que menos tienen y el fortalecimiento de la Economía Popular, de sus unidades productivas y todo lo que el sector significa en este tiempo. El mensaje que queremos dar es que si está la voluntad de comenzar por los últimos para poner a la Argentina de pie eso se hace justamente atendiendo las urgencias que la realidad misma nos va imponiendo a través de situaciones como las que estamos atravesando y creemos firmemente que eso puede hacerse tocando intereses, es la única manera por la que podemos garantizar igualdad, la dignidad y el pan en la mesa de los últimos de la fila.
APU: A lo largo de estos cinco años, la marcha de San Cayetano se convirtió en un emblema para las organizaciones y un espacio de visibilización muy fuerte, ¿por qué creen que sucede esto con la festividad de San Cayetano? ¿Tiene algún significado especial este santo para los trabajadores de la Economía Popular y sus organizaciones?
LP: La fiesta de San Cayetano es muy importante para la UTEP. Creemos que de alguna manera es un evento fundador. A partir de esa histórica movilización en 2016, de la unidad en la calle que esa movilización mostró, se fue construyendo la UTEP con todo ese conjunto de movimientos sociales como la CCC, Barrios de Pie, el Evita, el MTE, entre otros. El 7 de agosto está en el corazón del pueblo, de la misma manera que la religiosidad popular, que la Virgen de Luján y su caminata, el 7 de agosto y San Cayetano en la cultura de nuestro pueblo, en el corazón de los argentinos y argentinas, son importantes. Y esto se ve reflejado en la movilización y en el pedido y agradecimiento de trabajo. Por eso el 7 de agosto para nosotros, que entendemos que la salida es el trabajo y que eso es lo que ordena a la sociedad, al hombre y a la mujer, es una fecha importantísima.
MD: Para los sectores populares y los trabajadores, el 7 de agosto se ha transformado en una fecha de clamor y de resistencia donde la fe, la religiosidad y la espiritualidad popular se van entrelazando con las luchas y reivindicaciones históricas de nuestro pueblo. Podríamos hablar del San Cayetano que acompaña la lucha de los trabajadores enfrentando una dictadura cívico militar empresarial y eclesiástica sangrienta allá en el 81. Pero también San Cayetano tiene que ver con los movimientos populares porque el 7 de agosto de 2016 se cristaliza o consolida la unidad de los movimientos populares que confluían en ese entonces en la Confederación de los Trabajadores de la Economía Popular, que junto a otros sindicatos marcharon repudiando el modelo económico que el macrismo estaba instalando en la Argentina que representó una crisis muy profunda de la cual todavía nos cuesta salir. Recuerdo que en esa movilización miles de personas marcharon de Liniers a Plaza de Mayo entonando cantos, oraciones al sonar de los bombos, las trompetas y veíamos a San Cayetano, a la Virgen, al Guachito Gil entremezclados con las banderas de las organizaciones, con los colores que iban tejiendo esa espiritualidad, esa religiosidad popular con la lucha de los trabajadores, de los humildes; en ese tiempo la demanda era el salario social complementario para los trabajadores del sector y la declaración de la Emergencia Social.
Lucas Pedró, secretario de Culto de la UTEP y integrante de Misioneros de Francisco.
APU: ¿Cómo piensan estos puntos de encuentro entre la política y la religiosidad? ¿Cómo se expresan estos vínculos en el territorio?
LP: Bueno, en palabras del Gringo Castro, nuestro secretario general, “la fe y la lucha están unidas, no separamos la fe de la lucha como tampoco separamos la fe de la vida”, y es por eso que entendemos que la fe y la política también van de la mano. Entendemos a la política como la herramienta para construir el bien común, como nos dice el Papa Francisco, la política tiene que ser un acto de caridad, donde intentemos transformar nuestras comunidades, nuestros vecindarios, cuidando la casa común y trabajando por el bien para todos y todas. Por eso entendemos que la espiritualidad desde su simpleza, su transparencia, desde la fraternidad, la hermandad y el compañerismo, son todos valores que aplicados en la política podrían hacernos mucho bien.
DM: El vínculo de la política y la religiosidad popular en el territorio tiene que ver con que esa fe y esa espiritualidad popular se vive donde los pies pisan. Entonces intrínsecamente tienen una relación muy fuerte lo religioso, lo político y lo social, de ahí que la religiosidad popular siempre que se vive y se expresa desde lo colectivo, desde la comunidad, en los barrios, en el territorio, termina siendo un elemento convocante. Entonces es común ver una asamblea dentro de una Iglesia, sea evangélica o católica, es muy común ver una asamblea alrededor de una ermita, convocando a tratar o a conversar o a resolver alguno de los problemas que golpean en el territorio.
APU: En tu caso particular Diego, perteneciendo a la Pastoral Social Evangélica, ¿cómo sentís y lees esta referencia a elementos religiosos católicos (como San Cayetano) por parte de la organización? ¿Cómo interpretan los compañeros evangélicos esta participación en este tipo de festividades?
DM: Como vengo de una comunidad evangélica pentecostal que tiene un camino andado en el dialogo ecuménico interreligioso, nos alegra enormemente participar cuando el pueblo que cree, que se organiza, que lucha, se convoca por cuestiones y fechas puntuales y lo entrelaza con sus reivindicaciones históricas. Respecto a la pastoral social evangélica, los pastores, las comunidades, los hermanos y las hermanas que integran la pastoral, encontramos un profundo respeto de la diversidad religiosa y de la espiritualidad popular. Obviamente que cosechamos algunas incomprensiones, pero es más fuerte el respeto y el reconocimiento de otras formas de concebir la fe.
APU: Esta semana aprobaron desde el Ministerio de Trabajo el estatuto de la UTEP. ¿Cuál será el rol de la Secretaría de Culto en el sindicato de la Eco Popular?
DM: La resolución del Ministerio de Trabajo que otorga la personería social a la UTEP es verdaderamente una conquista de los trabajadores y las trabajadoras que venimos luchando desde hace años, planteando la necesidad de este reconocimiento. La herramienta gremial es fundamental para visibilizar las reivindicaciones del sector, para seguir consiguiendo derechos de una cantidad enorme de trabajadores y trabajadoras que hacen al sector de la Economía Popular. La secretaría de culto es una secretaria en construcción donde el compañero Lucas encabeza y ahí estamos coordinando en una mesa que piense las tareas que deba tener en el acompañamiento de los trabajadores y trabajadoras de la Economía Popular. Creo que una de las tareas importantes que tiene la secretaria es justamente el abordaje en el vínculo que tiene la fe, la espiritualidad y la religiosidad popular con la lucha de cada trabajador y cada trabajadora que compone el sector. Seguramente actuará también como una mesa interreligiosa, ecuménica, con los hermanos católicos, evangélicos, judíos, musulmanes, etc. que integran la UTEP y obviamente en recuperar la historia de tantos hombres y mujeres que desde la fe han entregado sus vidas por proyectos colectivos, por la transformación de nuestra patria y sobre todo por el amor al prójimo.
LP: Al rol de la Secretaría lo estamos pensando y lo iremos descubriendo también en el camino, y entiendo que el pueblo nos irá enseñando y nos irá mostrando cuál debe ser nuestro rol. Nosotros creemos que los procesos son siempre de abajo para arriba y no a la inversa. Pero bueno, lo que yo me imagino es que tenemos que abrazar a todas las religiones y cultos, todas las maneras en que el pueblo expresa su fe. Abrazarlo, acompañarlo, motivarlo también. Resguardar en esta fe, en esta esperanza que está en el corazón de nuestro pueblo y avanzar juntos hacia la patria que queremos construir.
(*) Sociólogo y becario doctoral de CONICET
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