Estoy caminando por un olivar en el sur de Grecia. En el aire se siente el aroma de frutas y hierbas, y mis acompañantes son cigarras y mariposas, además de un halcón que vuela en la distancia.
No podría ser más bucólico pero arqueológica y etimológicamente, lo que me rodea es la cima de la tecnología, porque téchnē originalmente significaba "ser producido de una semilla" o "construir con madera".
Un tekton en griego antiguo era un carpintero, primo del takshan, que era carpintero en sánscrito.
Téchnē pasó luego a significar cualquier clase de oficio o aptitud.
Pero hay más: este huerto arcádico realmente es la entrada a un lugar excepcional: una ciudad recientemente excavada repleta de tecnología prehistórica.
"Cada vez que mueves la pala encuentras un trozo de historia", dice la antropóloga Deborah Ruscillo, quien ha estado explorando el lugar durante 20 años.
A pesar de que la ciudad tiene más de 3.000 años es increíblemente sofisticada; un lugar que usó téchnē para crear un mundo nuevo y distinto.
"La tecnología, incluso la ingeniería, era mucho más sofisticada de lo que pensamos".
"La nivelación de los pisos es sorprendente. Encontramos plomería, canales de agua, hay un taller de cerámica y otro de metales. Hay varias señales de que era una comunidad tecnológica muy vibrante", señala Ruscillo, quien usa tecnología moderna para entender la prehistórica.
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Image caption Historia entre los olivares. Ruscillo trabaja en el proyecto arqueológico que explora Iklaina, una ciudad con vista al mar Jónico, que parece haber sido un importante capital del distrito de la Edad del Bronce Tardío (ca. 1600-1100 a.C.)
"Usamos drones para tomar fotografías aéreas. Nos ayuda a entender las cosas más fácilmente pues podemos organizar todas esas paredes, líneas y zanjas que vamos encontrando. Es mucho más fácil que con el método de triangulación de antes".
"Aparatos como los magnetrómetros nos ayudan a decidir dónde excavar, para no hacer huecos en los lugares equivocados".
En las versiones más tempranas del griego, téchnē significaba aptitud o habilidad práctica.
Pero los antiguos parecían tener sentimientos encontrados sobre su valor.
Se preguntaban si su aplicación hacía que la sociedad humana fuera mejor.
"Los griegos antiguos siempre eran un poco ambivalentes frente a la tecnología", comenta Angie Hobbs, catedrática de Comprensión Pública de Filosofía en la Universidad de Sheffield, Inglaterra.
"Piensa en el mito de Prometeo a quien Zeus castiga por robarse el fuego. Y esa ambivalencia es evidente en la muy famosa oda al hombre en Antígona de Sófocles, en la que dice cuán maravilloso es por todos sus fantásticos inventos, pero que depende de él usarlos para el bien o para el mal".
Aun poseedor, más de lo que cabe imaginar, de cierta astucia, que es la que le proporciona su habilidad, se desliza a veces en pos del descalabro, otras del éxito"
Extracto de la Oda al Hombre en Antígona de Sófocles
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"Luego viene Sócrates y parece muy entusiasmado con las posibilidades de téchnē, de extender el concepto más allá de los oficios hasta la noción de que podría haber una técnica para el buen vivir", añade Hobbs.
"Su amigo y estudiante Platón retoma esa idea en el diálogo 'Protágoras' en el que dice que es literalmente un arte de medición, en el que se van a pesar los perspectivos placeres y dolores de los cursos de acción propuestos".
Sin embargo, más tarde, Platón empieza a dudar.
"En el diálogo Febro dice que para ser un artista verdaderamente bueno no puedes depender solamente de habilidades técnicas; tienes que poder inspirarte en la locura de las musas", explica la filósofa.
Lo fascinante es que los griegos se preguntaran cuán lejos debían ir con la tecnología, una pregunta muy contundente que nos debemos hacer nosotros en el siglo XXI.
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Image caption Nos inquieta, pero nos gusta.
"Hay varias tecnologías que nos inquietan, por ejemplo la ingeniería genética o la comunicación virtual. Y luego tenemos preocupaciones aún más grandes, sobre si estamos cambiando la naturaleza de lo que es ser humano, si estamos incluso poniendo en riesgo el futuro de la humanidad", dice Hobbs.
"Al mismo tiempo, no destruimos nada porque nos parece muy útil".
Más que eso, observa el historiador Yuval Noah Harari, quien señala que la relación de la humanidad con la tecnología es tan íntima que pronto sobrepasará lo político, lo práctico y hasta lo filosófico. Será física.
"En el último siglo hemos logrado controlar hambrunas, plagas y hasta violencia en gran parte gracias a la tecnología. Pero cada vez que la tecnología soluciona un problema, tiende a crear otro. Y nuevamente esperamos que sea la tecnología la que lo solucione".
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Image caption Quién le da vida a quién.
Si ya es una parte tan integral de la experiencia humana, ¿por qué le tememos? ¿por qué la palabra misma nos inquieta?
"Le tememos porque es tan poderosa. Y hoy en día le tememos porque sospechamos, yo creo que con razón, que parte de la tecnología que hemos creado se vuelva más poderosa que nosotros y que la autoridad pase de las manos de los seres humanos a tecnología como las computadoras y la inteligencia artificial", explica Harari.
¿Habrá alguna manera de aprovechar la tecnología para que nos beneficie de la manera en la que los antiguos griegos sugerían?
"La tecnología no nos dice qué hacer con ella", sentencia Harari.
"Con la misma tecnología se pueden crear sociedades y mundos distintos".
"Lo que se necesita es una ideología que diga qué hacer con la tecnología. Emergerán religiones, ideologías, completamente diferentes a las que conocemos, para decirnos qué tipo de nuevos mundos crear con esa asombrosa tecnología".
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Image caption Cerramos el círculo preguntándonos lo mismo que los griegos hace miles de años.
Como los antiguos griegos, tenemos que recordar que téchnē significaba algo físico pero también era una idea.
"Tenemos que pensar mucho en qué es el buen vivir. Qué tipo de nuevo mundo queremos crear. No podemos frenar la revolución industrial del siglo XXI, pero podemos influir en la dirección en la que nos lleve", concluye Harari.
El uso de téchnē -habilidad, aptitud tanto física como filosófica- ha forjado la dirección en la que ha viajado la humanidad.
El futuro tecnocrático le pertenece a la próxima generación.
Quizás lo más provechoso que podemos hacer por ella es recordar que la palabra téchnē originalmente significó un tipo de recurso productivo, una aptitud, una voluntad benigna.
La tecnología sólo puede ser usada para el bien si, al tiempo que la desarrollamos, fomentamos una actitud ante la vida que sea tanto técnicamente robusta como éticamente efectiva.
Leer mas : bbc.com
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