Los centros son importantes “para abrirnos la cabeza, saber organizarnos”, destacó la vicepresidenta de la Escuela Nigelia Soria, Juana Basso Schujman. Foto: Jorge Contrera | El Eslabón/Redacción Rosario
A diez años de la sanción de la ley nacional 26.877 de Centros de Estudiantes, que se cumple este lunes 3 de julio, referentes estudiantiles de distintos puntos del país advirtieron que aún falta para que se cumpla eficazmente la norma que ampara sus derechos y advirtieron que muchas veces no son escuchados.
En Argentina, hay 2.619 centros de estudiantes (CE), informaron a Télam desde el programa Participar-Estudiantes de la Dirección de Articulación con la Sociedad Civil del Ministerio de Educación, en base al último relevamiento realizado en 2022.
La ley prevé que las autoridades educativas de todo el país deben reconocer a los CE “como órganos democráticos de representación estudiantil”, además de “promover la participación y garantizar las condiciones institucionales” para su funcionamiento.
La norma “produjo una revolución” porque significó que “cada CE podía organizarse de manera autónoma con más derechos”, resaltó la estudiante bonaerense Luisana Silvero (17), integrante de la Red Nacional de Centros de Estudiantes (ReNaCe) y de la Federación Provincial de Estudiantes Secundarios, al recordar que “la organización estudiantil ya existía” y “preparó las circunstancias para que la dirigencia política tome la decisión de dar la ley”.
Por su parte, la estudiante mendocina Joaquina Quiroga (16), que es secretaria del CE del colegio universitario central de esa provincia, explicó que la norma “hizo que los CE pasaran de ser un privilegio a ser un derecho, al dejar de depender de si tenemos directivos buena onda”.
No obstante, en la actualidad “hay pibes que no conocen la ley y, si la conocen y tienen ganas de armar un centro, cuesta muchísimo”, agregó la joven que también integra la Federación de Estudiantes Secundarios (FES).
“La ley no fue la única lucha que se ganó, también estuvo la del boleto estudiantil, el voto joven, que fueron banderas de les estudiantes y hoy son derechos”, reivindicó la vicepresidenta del CE de la escuela provincial Nigelia Soria, de Rosario, Juana Basso Schujman (15).
La provincia de Santa Fe cuenta con su propia norma (13.392), sancionada en 2013. También producto de la lucha estudiantil.
Este lunes se cumplen diez años de la sanción de la ley nacional 26.877 de Centros de Estudiantes. Foto: Télam
En la actualidad, la mayor cantidad de centros de estudiantes se concentra en la Provincia de Buenos Aires con 970 y le siguen Entre Ríos con 208, Corrientes con 164, Chaco con 163 y Santa Fe con 150, según el relevamiento del programa Participar.
Entre las provincias que menos CE tienen están La Rioja, con 10, y Santiago del Estero, con 15.
Asimismo, Córdoba, Formosa y La Pampa cuentan con 80, respectivamente; Ciudad de Buenos Aires con 70; Mendoza, San Luis, Santa Cruz, Tierra del Fuego y Tucumán con 60 cada una. En tanto, las provincias restantes cuentan con entre 30 y 50 centros de estudiantes cada una.
Si bien la consideran una victoria, la ley “no siempre se cumple eficazmente”, apuntó Juana Basso Schujman y explicó que “no es extraño escuchar que en las distintas escuelas no se permite actuar al centro, pasando por alto los derechos de sus integrantes”. La alumna rosarina también advirtió que “se pierden garantías cuando se elevan -las relaciones- a lo ministerial”, instancia donde se encuentran con “imposibilidad de diálogo, siendo ignorados o pasados por alto por nuestra condición de estudiantes”.
Asimismo, el contexto se complejiza porque “hay chicos disgustados con la política y hay quienes toman eso para ganar más votos”, alertó el presidente del centro de estudiantes de la Escuela Normal Superior Nro. 11 Dr. Ricardo Levene, ubicada en el barrio porteño Parque Patricios, Juan Pablo Asís (15), quien integra la Mesa Federal de Centros de Estudiantes Secundarios (MeFeCes).
Al mismo tiempo, el joven sostuvo que las y los chicos que militan en el CE tienen “el estigma de la sociedad que los pone como rebeldes sin causa o militantes de la vagancia, cuando es todo lo contrario: somos pibes que queremos estudiar en buenas condiciones”.
Al respecto, Joaquina Quiroga (Mendoza) apuntó que “hace 10 años los pibes no le tenían miedo a la palabra política, ni a agruparse por objetivos colectivos”, pero, en este tiempo, “hubo un cambio total” porque “nos falta rebeldía, estamos sumidos en una ola de individualismo”.
“Hoy los pibes y las pibas no entienden a la política como una herramienta y ése es el principal problema”, resaltó la estudiante mendocina.
Sin embargo, agregó Juan Pablo Asís, el estudiante porteño, si no existiera la ley de Centros de Estudiantes, los militantes estudiantiles “hubieran estado aún más estigmatizados”.
En la misma línea, Luisana Silvero denunció que la participación política juvenil “es estigmatizada por los medios hegemónicos de comunicación y grupos reaccionarios de derecha, no solo en Argentina, sino también en Brasil y Chile”.
“Molesta que seamos jóvenes que no estamos diciendo que nos queremos ir del país, sino que queremos ponerle el pecho y sacarlo adelante”, consideró la joven bonaerense, quien también preside el CE de la escuela Ernesto Che Guevara y es responsable política de la Unión de Centro de Estudiantes de Malvinas Argentinas (Ucema).
La ley de centros de estudiantes aplica a instituciones públicas de nivel secundario, de educación superior y establecimientos de modalidad de adultos, incluyendo formación profesional de gestión estatal y privada, cooperativa y/o social.
Las 24 jurisdicciones del país poseen normativas internas que garantizan el derecho a la participación estudiantil organizada a través de los centros. En algunas, se trata de leyes provinciales y en otras de resoluciones, explicaron desde el programa Participar.
“Si bien está la ley en todas las provincias, no todas la cumplen muy bien, como pasa en CABA, que la distorsionan y el Ministerio de Educación -porteño- está constantemente tratando de despolitizar a los estudiantes”, aclaró Asís.
En ese punto, el presidente del CE del colegio secundario Arturo Illia, de Corrientes, dijo a Télam que los centros son importantes porque “son intermediarios entre las necesidades de los alumnos y los profesores y directivos, e incluso con el Ministerio de Educación”. Y subrayó: “Lo que hacemos es política, estudiantil, del colegio donde fuimos votados democráticamente y donde ponemos en práctica las ideas que tenemos para hacer una mejor escuela, sirven para defender los derechos de cada chico y chica de la institución, para poder estudiar en un edificio digno, que no se esté cayendo a pedazos”.
“La ley nos posiciona como protagonistas de la escuela”, sumó Silvero.
No obstante, la joven bonaerense señaló que a esta ley “le falta reforzar la participación política partidaria para que puedan discutir ampliamente sobre las decisiones políticas a nivel nacional”.
Y para Quiroga, estudiante de Mendoza, en la ley “falta darle herramientas a los pibes para mantener el CE, como una guía para gestionarlo, que no es tarea menor y el Estado debe acompañar”.
En la Argentina, hay 2.619 centros de estudiantes. Foto: Télam
La falta de mantenimiento de la infraestructura de las escuelas, la desvinculación escolar a raíz de la pandemia, la salud mental y el abordaje de la violencia, la escasez de viandas y la implementación de la Educación Sexual Integral (ESI) figuran entre las principales problemáticas que preocupan y enfrentan los centros de estudiantes de distintos puntos del país, organizados a nivel nacional.
“La situación de los centros de estudiantes de Rosario no es la más alentadora”, reconoció la estudiante Juana Basso Schujman (15) y añadió que “el estado de las escuelas y el abandono estatal sobre ellas se reproduce en los jóvenes y en su organización, lo que conlleva a que los estudiantes carguen con grandes responsabilidades para buscar respuestas a las necesidades”.
En el caso del CE del cual es vicepresidenta, en la escuela provincial de Danzas Nigelia Soria, luchan por una mejora en las condiciones edilicias y pedagógicas, “sin solución”, a pesar de las movilizaciones que realizaron.
Asimismo, los ocupa la falta de material, la necesidad de buena llegada de la ESI, la habilitación del gas y la falta de mobiliario, precisó la joven.
De la misma forma, la estudiante bonaerense integrante de la Red Nacional de Centros de Estudiantes (ReNaCe) y de la Federación Provincial de Estudiantes Secundarios, Luisana Silvero (17), aseguró “la pandemia afectó a la vinculación con la escuela y generó que los pibes se vayan de los colegios”, por eso la manera que los CE tuvieron para contrarrestar esto fue “ir a buscar a los pibes a las casas, empezar con apoyo escolar, actividades, ir a los clubes”, detalló.
En ese sentido destacó que los centros estudiantiles son “fundamentales en un sistema democrático para poder contener y llegar a los lugares donde el Estado no puede”.
Las principales problemáticas que abordan las y los jóvenes “van cambiando en cada provincia”, según apuntaron. En Córdoba “se discute más sobre el empleo joven y las posibilidades de estudio a nivel universitario”, puntualizó Silvero.
Asimismo, en la provincia de Buenos Aires también se discute “la violencia institucional, el gatillo fácil, el hambre, la desvinculación del colegio secundario”, detalló.
Y en Ciudad de Buenos Aires “uno de los grandes problemas es el de las viandas, que no alcanzan”, amplió el presidente del centro de estudiantes de la Escuela Normal Superior Nro. 11 Dr. Ricardo Levene (Caba), Juan Pablo Asís (15), quien también integra la MeFeCes.
“En mi colegio somos 700 estudiantes y llegan 200 viandas”, precisó, y subrayó que realizan marchas multisectoriales, van al Ministerio de Educación porteño, envían cartas, pero “no nos escuchan”. Asimismo recordó los “miles de problemas edilicios” y la presencia de “ratas, alacranes” en las escuelas porteñas.
En tanto, desde la FES de Mendoza, la alumna Joaquina Quiroga puntualizó que notaron tres problemas “constantes” que marcan los estudiantes: “La mala infraestructura, la falta de bancos y sillas, la falta de gabinetes psicopedagógicos en los colegios, y la falta de implementación y regulación a la hora de dar ESI, una ley vigente desde 2006”.
En tanto, el presidente del CE del colegio secundario Arturo Illia de Corrientes, Álvaro Pelozo (16), dijo que las principales problemáticas tienen que ver con la “violencia”.
Por todo esto, Schujman concluyó que es importante que existan centros de estudiantes “para brindar herramientas, abrirnos la cabeza, saber organizarnos, politizarnos, unificarnos, servirnos a les estudiantes como escudo, espada y paraguas. Para que no se nos pisotee y no nos permitamos pisotear”.
Fuente : redaccionrosario.com
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