El diputado nacional Eduardo Toniolli propuso incorporar a los trolebuses de Rosario y Córdoba en la propuesta que el gobierno nacional envió al Congreso sobre Movilidad Sustentable. Esto permitirá “ampliar la perspectiva federal”, renovar la red, y será más amigable con el medio ambiente.
En el marco del debate parlamentario en torno al proyecto de Ley de Movilidad Sustentable, que promueve el reemplazo progresivo de los vehículos de combustión interna por otros más amigables con el ambiente, el legislador por Santa Fe propone incorporar los trolebuses –presentes en Rosario y Córdoba– a los beneficios que la nueva normativa ofrecerá a los sistemas de transporte urbano de pasajeros que operen con energías renovables.
Sobre el proyecto presentado por el Ejecutivo Nacional, Toniolli sostuvo que tiene dos objetivos, uno ambiental, “en tanto promueve el reemplazo gradual de los autos y colectivos a combustión interna por los eléctricos, a fin de reducir las emisiones de dióxido de carbono”, y otro productivo, “en la medida que se le da un fuerte impulso al desarrollo de nuevas tecnologías en el marco de la transición energética nacional, y en particular a los vehículos propulsados a baterías de litio, abriendo una enorme oportunidad para la industrialización de ese recurso, del que la Argentina es el cuarto productor mundial”.
La iniciativa legislativa se articula además con la pretensión del gobierno nacional de avanzar en un plan de renovación de las flotas de transporte público de pasajeros, y ahí es donde se inserta la propuesta del diputado santafesino del Frente de Todos: “Entendemos que se podría incorporar en la Ley un formato preexistente de transporte urbano de pasajeros operado por medio de energías limpias, como son los trolebuses, lo que le permitiría a los sistemas de transporte de Rosario y de Córdoba seguir contando con ellos, y acceder a los incentivos y beneficios impositivos que ofrece la nueva normativa”.
El ex concejal rosarino detalló algunas posibilidades en caso de avanzar su propuesta, como “el desarrollo de fabricantes locales de elementos de línea aérea, aparatos de maniobras y sub-usinas; la obtención de mejoras impositivas y de financiación para renovar o tender nuevas líneas, y para renovación de coches o para refabricaciones de media vida; la integración de baterías a los trolebuses que carecen de ellas, para así dotarlos de autonomía para algunos tramos que no cuenten con tendido; y –eventualmente– el desarrollo de tarifas eléctricas promocionales para la operación de este tipo de servicios”.
Según Toniolli, la incorporación de los trolebuses permitiría “ampliar la perspectiva federal” de la norma en debate, y abriría la puerta para que ciudades como Rosario “sostengan, renueven e incluso amplíen su red”, con los beneficios que esta forma de movilidad ofrece en tanto “los troles consumen menos energía y generan menos pasivos ambientales aún que los vehículos a baterías”.
Rosario puso en marcha su servicio de trolebuses en 1959 y en pocos años logró ampliar su red, llegando a contar con 72 kilómetros de líneas, con tres troncales principales (H al Norte, K al Oeste y M al Sur). Luego de una privatización desastrosa impulsada en 1979 por las autoridades militares, el sistema pronto fue reducido a una mínima expresión.
De esa época sólo sobrevivió la línea K, que fue recuperada por el Estado Municipal, y en la actualidad cuenta con 25 kilómetros de línea aérea sobre la cual opera una flota máxima de 17 coches (20 unidades de parque), más otra línea subsidiaria, la Q, que comparte tendido parcialmente con la K y el resto del recorrido lo desarrolla con autonomía por baterías, y cuenta con un parque de 12 unidades.
En 2019, siendo concejal, Toniolli desarrolló un “Plan Maestro de Trolebuses”, que apuntaba a la recuperación de las líneas desmontadas en años anteriores, y a la renovación de todas las unidades de la K, que llevan 28 años ininterrumpidos en servicio. Por eso, el hoy diputado considera que el proyecto de Ley de Movilidad Sustentable “puede ser una oportunidad para avanzar con ese anhelo”, y constituirse –junto a la reactivación de los trenes de cercanía– en “grandes aportes para la construcción de un modelo metropolitano de movilidad sustentable y multimodal”.
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