73.000 personas con estancia irregular en México fueron rescatadas en el primer trimestre de este año por las autoridades migratorias del país.
Una caravana de migrantes a su paso por Huixtla, México, 16 de abril de 2022Foto: Jacob Garcia / Gettyimages.ru
Más de 234.000 inmigrantes han sido expulsados de la frontera sur de EE.UU. el pasado mes de abril, según datos oficiales. Este número récord supone un aumento de casi el 6% respecto al mes anterior y la tendencia está en la agenda de un foro internacional de la ONU sobre el cumplimiento de los objetivos del Pacto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y Regular, que arranca este martes en Nueva York.
Migrantes, provenientes principalmente de Centroamérica, transitan por México en condiciones precarias o incluso ponen en riesgo sus vidas. Entre enero y marzo de este año, las autoridades migratorias rescataron a más de 73.000 extranjeros con estancia irregular en México. Al mismo tiempo, decenas murieron en accidentes de tránsito por viajar hacinados, siendo víctimas del tráfico ilegal de personas.
"La red de criminales implicados va desde los países de Centroamérica, pasando por México y llegando a EE.UU. y en todos estos países hay personas responsables de este delito", denuncia Eunice Rendón, directora de la ONG Agenda Migrante. La experta sostiene que "además de que han violentado los derechos humanos fundamentales de las personas migrantes, se han aprovechado de ellos, también los han engañado en muchas ocasiones".
Así, estas personas pueden pagar entre 400 y 800 dólares en Puerto Ocós, en Guatemala, para llegar por mar a estados mexicanos como Chiapas u Oaxaca, desde donde pretenden partir hacia California. Un informe de la ONU señala que los migrantes están buscando rutas alternativas para intentar cumplir el sueño americano. Por su parte, la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE.UU. lanzó una campaña digital para evitar que los migrantes contraten a los famosos coyotes en su intento de cruzar la frontera.
La crisis no solo se vive en México. La selva del Darién, entre Panamá y Colombia, ha sido testigo de un incremento en el flujo de migrantes que intentan llegar a EE.UU., pese a ser una de las rutas más peligrosas del mundo. Las autoridades panameñas han alertado de la llegada de niños no acompañados, algo que también ocurre en los albergues mexicanos.
Ante la cancelación de la polémica medida que todavía permite expulsar inmediatamente a los migrantes que buscan asilo en EE.UU. por la pandemia (el título 42), se espera que los flujos migratorios vuelvan a crecer. Las solicitudes de refugio ya estuvieron en los 4 primeros meses de este año en unas cifras superiores al mismo periodo del 2021, aunque México ha advertido que no será un país de libre tránsito.
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