Desde hace milenios, los tatuajes han sido parte de nuestra historia. Su existencia se remonta a por lo menos cinco mil años atrás. Hoy en día, se pueden encontrar en distintos lugares del mundo, desde las comunidades maoríes de Nueva Zelanda hasta los centros de trabajo en Nueva York. Sin embargo, en el Medio Oriente antiguo, los autores de la Biblia hebrea desaprobaron la práctica del tatuaje.
Según Levítico 19:28:
Y no haréis sajaduras en vuestro cuerpo por un muerto ni imprimiréis en vosotros señal alguna.
A lo largo de la historia, los expertos han considerado esto como una advertencia en contra de rituales paganos de luto. No obstante, el estudioso de lenguas John Huehnergard y el especialista en la antigua Israel Harold Liebowitz argumentan en un amplio artículo que, en la antigüedad, los tatuajes tenían una percepción distinta.
Huehnergard y Liebowitz mencionan que la mención de la prohibición de los tatuajes aparece inmediatamente después de palabras claramente vinculadas al duelo, lo que podría respaldar la teoría inicial. Aun así, al analizar lo que se conoce acerca de los rituales funerarios en la antigua Mesopotamia, Siria, Israel y Egipto, no descubren referencias a marcar la piel como símbolo de luto. Además, notan que en Levítico y Éxodo hay otros ejemplos donde dos partes de un versículo tratan temas distintos, lo que podría ser el caso aquí también.
Parece que, en la antigua Mesopotamia , los tatuajes se empleaban frecuentemente para identificar a personas esclavizadas (y en Egipto como ornamentos para mujeres de todas las clases). Los cautivos egipcios solían ser marcados con el nombre de una deidad, señalándolos como propiedad de los sacerdotes o del faraón. No obstante, los creyentes también podrían ser marcados con el nombre del dios al que rendían culto.
Huehnergard y Liebowitz plantean que, debido a la importancia de la liberación de la esclavitud egipcia en la ley judía antigua, la Torá originalmente prohibía los tatuajes por ser «el símbolo de la servidumbre». Curiosamente, escriben que hay otra referencia aparente a los tatuajes en la Biblia hebrea.
Isaías 44:5 describe cómo los hijos de Jacob se comprometen con Dios:
Uno dirá: ‘Yo soy del Señor’; otro se llamará descendiente de Jacob, y otro se grabará en la mano: ‘Propiedad del Señor’, y añadirá el nombre de Israel al suyo propio.
En este contexto, un tatuaje parece estar permitido como señal de sumisión, no a un amo terrenal, sino a Dios.
Los debates rabínicos antiguos generaron diversas teorías sobre el significado de la prohibición de tatuarse. Algunas autoridades sostenían que los tatuajes estaban prohibidos únicamente si contenían mensajes específicos, como el nombre de Dios, la frase “Yo soy el Señor” o el nombre de una deidad pagana.
La ley talmúdica , desarrollada alrededor del año 200 d.C., establece que un tatuaje solo está prohibido si se realiza “con fines de idolatría”, pero no si se pretende señalar el estado de esclavitud de alguien.
El significado de la prohibición de tatuarse pudo haber evolucionado a lo largo del tiempo. Sin embargo, en la antigüedad, es posible que la prohibición nunca haya estado relacionada con las prácticas de duelo.
Fuente : grandesmedios.com
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