La Conmebol y el anfitrión de la Copa América hicieron un verdadero papelón en la edición 2024. Bielsa y sus verdades que ofenden. Infantino, titular de la FIFA, se perdió la final y su escándalo porque estaba de joda.
La final no arranca. Hinchas con entradas falsas o sin entradas intentan (algunos lo consiguen) ingresar al estadio. El caos en la previa obliga a la organización a retrasar el inicio del partido. Es 2022 y se está por jugar la final de la Champions League entre Liverpool-Real Madrid, en el Stade de France. “Eso en Europa no pasa, capítulo 25937”, se ríe un meme cuando la última final del certamen europeo de clubes (Real Madrid-Borussia Dortmund) se interrumpió a segundos del comienzo por el ingreso de hinchas al campo de juego. Aquel facilismo de civilización europea y barbarie sudamericana se volvió a instalar con fuerza en la previa a la final de la Copa América (Argentina-Colombia) con desbordes que hicieron comenzar el partido casi una hora y media después de lo previsto.
“La Conmebol, como organizador del torneo, tiene la mayor parte de responsabilidad. Y obviamente que Estados Unidos también tiene lo suyo. Lo que pasa es que el torneo es de la Conmebol, y debió vigilar que el fútbol iba a seguir siendo como es el fútbol”, dice en diálogo con El Eslabón el periodista Ariel Senosiain, que cubrió el certamen para TyC Sports.
Para Alejandro Domínguez, titular de la Conmebol, la victoria da derechos. “Presidente de la Confederación Campeona del Mundo”, se jacta en su cuenta de X. En la ceremonia inaugural de la Copa, en la que jugó el verdadero campeón del mundo, incluyó al pastor evangélico de su iglesia (antiaborto y contra las personas trans) pese a que la FIFA lo prohibe en su reglamento.
Lejos de bendecir el torneo, lo que vino después fue el caos: canchas en mal estado y con medidas antirreglamentarias, campos de entrenamiento en pésimas condiciones, calor sofocante, peleas de puños entre jugadores e hinchas, y un entretiempo (el de la final) eterno, propio de Super Bowl. “Estados Unidos arma torneos de acuerdo a sus características y no de acuerdo al fútbol que está totalmente instalado”, se queja Senosiain y agrega: “EEUU no inventó el fútbol y lo quiere reformular a su manera. No hay necesidad de reformular un espectáculo que multitudinariamente en el mundo está tan aceptado y genera tantas pasiones”.
Domínguez, a todo esto, no acusaba recibo: en absolutamente todos los partidos que presenció, la transmisión oficial lo captaba sonriente en el palco.
Foto: Reuters
Estados Unidos es como el niño dueño de la pelota que juega siempre por más que sea un tronco. Organizador de la Copa América por segunda vez en 8 años –pese a ser miembro de la Concacaf y no de la Conmebol–, también tendrá el Mundial 2026 (compartido apenas con México y Canadá) y el Mundial de Clubes el año que viene. Bajo esta lógica, suspendió al entrenador Lionel Scaloni porque su equipo, la Selección Argentina, ingresó unos minutos tarde a jugar el segundo tiempo, a la vez que celebró el show de Shakira, que llevó el entretiempo a más de 20 minutos, sin tener que dar explicación alguna. Como si faltara algo, la policía metió preso al presidente de la Federación Colombiana de Fútbol, Ramón Jesurún, tras una pelea con agentes de seguridad que no le permitieron ingresar a la cancha cuando estaba autorizado.
“Hubo tantas fallas –analiza Senosiain, una de las pocas voces críticas de la TV– porque la Conmebol no se responsabilizó; además no imaginaron, no tuvieron previsión de lo que podía pasar en la final”, en el Hard Rock Stadium de Miami, donde el público sin entrada podía merodear a centímetros de los molinetes de ingreso, sin cacheos previos. “La Conmebol asegura que sugirió medidas que se podían llegar a hacer, pero EEUU quizá no esté tan acostumbrado al desborde”, agrega el periodista de radio, gráfica y televisión.
Foto: Omar Vega
“Este fue un país capaz de armar el FIFA Gate y ahora les echan la culpa a los jugadores”, dijo un Marcelo Bielsa fuera de sí, en una conferencia de prensa en la que defendió a sus dirigidos de la Selección de Uruguay. Esa histórica investigación del FBI a la que hizo referencia el Loco le explotó a los máximos dirigentes de la FIFA en 2015, en las puertas del lujoso hotel suizo Baur Au Lac, donde estaban reunidos. Años atrás, habían dejado a EEUU con las ganas de organizar el Mundial. La fiscal de esa causa, Loretta Lynch –íntima amiga de Bill Clinton, el hombre detrás de aquella candidatura fallida– se convirtió, poco tiempo después, en funcionaria de Gianni Infantino, reemplazante del histórico Joseph Blatter, caído en desgracia tras esa investigación.
Cuando dirigía al Athletic Bilbao, en 2013, el propio Bielsa lanzó una frase que cobra mayor vigencia a medida que pasa el tiempo: “El mundo del fútbol cada vez se parece menos al aficionado y se parece más al empresario”. En la reciente conferencia previa al partido por el tercer puesto –por la que la Conmebol analiza sanciones– el entrenador le habló a los verdaderos dueños del fútbol, con críticas inéditas de un protagonista. “Lo califico de acuerdo a lo que es Bielsa históricamente. Una persona que ha sido coherente, que nunca ha tenido problemas en criticar a alguien, independientemente de su cargo”, subraya Senosiain, autor de la biografía Lo suficientemente loco. “Puede haber gente que esté en desacuerdo sobre el momento, pero me interesa más el contenido, y me gustó lo que dijo”, agrega.
Desde aquel episodio del FIFA Gate, EEUU empezó a dejar atrás el viejo soccer para hablar de fútbol: se adueñó de los Mundiales (de selecciones y de clubes), de la reciente Copa América, reforzó la MLS con Lionel Messi, tiene en sus manos la mitad de la exitosa Premier League y además se quedó con los derechos televisivos de gran parte del continente, Argentina incluido.
Su anhelo de ser sede de la FIFA empezó a hacerse realidad el año pasado con la mudanza de varias oficinas y personal desde Zurich, la casa actual, a Miami. “EEUU está muy fuerte. No sé si a la larga va a prevalecer tanto porque la FIFA es una entidad muy fuerte y el fútbol se desarrolla mucho más en otros países que en EEUU. Pero está clarísimo que ha pasado a tener una injerencia que pocos imaginaban hace algunos años”, opina Senosiain.
¿Será este el fútbol del futuro en manos yanquis?¿Qué garantías hay para que esto no ocurra en el próximo Mundial?¿Qué dirá la FIFA al respecto? Por ahora nada. Mientras Argentina y Colombia definían la la Copa América (y España e Inglaterra hacían lo propio con la Eurocopa) Gianni Infantino hacía trencito en la boda más “fastuosa”, “lujosa” y “extravagante” del año, como adjetivaron varios medios para describir el casamiento de Anant Ambani (hijo del hombre más rico de Asia) y su novia Radhika Merchant, que costó unos 600 millones de dólares. Por la plata baila Gianni.
Fuente : redaccionrosario.com
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