El presidente Vladímir Putin va a tomar la decisión sobre los futuros pasos de Rusia respecto a las respuestas de EE.UU. y la OTAN, dijo el ministro de Asuntos Exteriores.
El ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, declaró este jueves que la respuesta de EE.UU. a las propuestas de seguridad formuladas por Moscú no contiene una "reacción positiva" a la cuestión principal: la no expansión de la OTAN hacia el este y el no despliegue por parte de la Alianza de armas de ataque que puedan amenazar a Rusia.
Los puntos clave de la declaración de Lavrov:
Este miércoles, el embajador de EE.UU. en Rusia presentó por escrito a la Cancillería rusa la respuesta de Washington a las propuestas sobre garantías de seguridad formuladas por Moscú. Aunque el documento no fue divulgado, tanto el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, como el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, resumieron la postura de Occidente acerca de las exigencias de Rusia.
Los dos altos funcionarios manifestaron que seguirán respaldando el principio de puertas abiertas de la Alianza, sin hacer excepciones para países vecinos de Rusia. Así, el jefe del bloque transatlántico dejó claro que la OTAN continuará coordinándose "estrechamente con Ucrania, así como con todos los socios de la OTAN, incluidos Finlandia, Suecia, Georgia y, por supuesto, la Unión Europea" e instó a Rusia a "retirar sus fuerzas de Ucrania, Georgia y Moldavia". No obstante, ambos llamaron a continuar e intensificar el diálogo con Rusia. Además, Stoltenberg aseveró que la Alianza está lista para trabajar con Rusia en el tema del control de armas.
En cuanto a Ucrania, señalaron que la respuesta de Occidente fue coordinada con Kiev y expresaron su apoyo a sus autoridades. En particular, Blinken indicó que Washington continuará militarizando el país, enviando asistentes y armamentos "para reforzar a Ucrania ante la agresión rusa".
La respuesta de EE.UU. y la OTAN supondría un rechazo a varios puntos claves de las dos propuestas divulgadas por Rusia en diciembre, en medio de una escalada de tensiones en torno a Ucrania.
El pacto propuesto a Washington consta de ocho artículos. El primero de ellos estipula que ambas partes deben actuar con base en los principios de seguridad indivisible y no provocar daños a la seguridad mutua; el segundo, que tanto Rusia como EE.UU. procuren que cualquier organización internacional, alianza militar o coalición en las que participe una de las partes, respete los principios contenidos en la Carta de las Naciones Unidas.
Otros puntos prevén excluir la expansión de la OTAN hacia el este, no admitir en esa alianza militar a países que fueron miembros de la URSS, no utilizar el territorio de otros Estados para atacar a la otra parte, no desplegar tropas y armamento en zonas donde eso sería percibido como una amenaza, no usar bombarderos pesados ni buques de guerra fuera del espacio aéreo y las aguas territoriales nacionales o internacionales, no desplegar misiles terrestres de alcance corto o medio fuera del territorio nacional o en áreas desde donde puedan alcanzar objetivos de la otra parte y, finalmente, no capacitar al personal militar ni a civiles de países no poseedores de armas nucleares en el uso de ellas.
La versión del eventual acuerdo con la OTAN consta de nueve artículos y es parecida al documento propuesto a Washington. Asimismo, las autoridades rusas insisten en que la Alianza retire todas las tropas y todo el equipo militar que han sido desplegados en territorio de los países que se adhirieron a esa organización después de 1997.
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