El expresidente Mauricio Macri y sus exfuncionarios intentan despegarse de la acusación de Alberto Fernández.
El expresidente argentino Mauricio MacriCarlos Garcia Rawlins / Reuters
El Gobierno del presidente Alberto Fernández ya inició una serie de investigaciones para aclarar por qué su antecesor, Mauricio Macri, envió material bélico a Bolivia en noviembre de 2019, cuando se acababa de concretar el golpe de Estado contra el expresidente Evo Morales que permitió el inicio de un gobierno de facto que encabezó Jeanine Áñez.
Desde que el pasado jueves el canciller boliviano, Rogelio Mayta, dio a conocer el documento oficial que comprueba el envío de cartuchos, gases lacrimógenos y granadas durante el inicio de la presidencia de Jeanine Áñez, el macrismo desmintió las acusaciones.
Macri y sus exministros de Seguridad, Patricia Bullrich; Relaciones Exteriores, Jorge Faurie; y Defensa, Oscar Aguad, ya refutaron, a través de cartas o de declaraciones a los medios, haber apoyado a los golpistas, denuncia que podría repercutir en tribunales internacionales, no solamente en los argentinos y bolivianos.
Uno de sus principales argumentos es que el excomandante Jorge González Terceros Lara, quien hoy está procesado por el delito de sedición por haber participado del golpe, aseguró que su firma en el documento que enumera el material bélico enviado estaba falsificada. Sin embargo, la Fuerza Aérea Boliviana confirmó luego que la nota en la que los golpistas le agradecen a Macri el material enviado era real, lo que compromete a los exfuncionarios.
🎙”Quiero pedirle disculpas al pueblo de Bolivia porque un gobierno argentino haya mandado armamento para parar la protesta de un pueblo que se levantaba contra un golpe militar". El presidente @alferdez en el acto por el Día de la Independencia. pic.twitter.com/B8fkzW10GD
— Alberto Fernández Prensa (@alferdezprensa) July 9, 2021
El gobierno de @mauriciomacri proveyó por debajo “material bélico” al régimen de facto de @JeanineAnez en 2019 para reprimir la protesta social y consolidarse en el gobierno por la fuerza.
— Rogelio Mayta (@RogelioMayta_Bo) July 9, 2021
Las masacres de #Sacaba y #Senkata no pueden quedar en la impunidad. pic.twitter.com/8UnTodJVDK
Lo que más llama la atención hasta ahora son las inconsistencias en el reporte del material enviado, ya que el 11 de noviembre de 2019, un día después del golpe a Morales, la Agencia de Materiales Controlados (Anmca) autorizó el envío de un cargamento supuestamente destinado a proteger la sede de la Embajada de Argentina en La Paz.
El listado incluye pistolas semiautomáticas, escopetas, carabinas, ametralladoras, chalecos antibales, escudos, visores nocturnos y municiones, pero al día siguiente el cuerpo de Gendarmería solicitó ampliar el cargamento para incluir 70.000 cartuchos antitumulto, gases pimienta y granadas de mano.
El problema es que en los registros oficiales de Bolivia solo consta el ingreso de 1.350 cartuchos, por lo que sospecha que el resto del material solicitado en la ampliación no era para custodiar la embajada, sino para que lo usaran las fuerzas de Seguridad que ya estaban al mando de Áñez, quien hoy se encuentra procesada y en prisión.
El pasado jueves, Mayta dio a conocer la carta en la que el comandante Terceros Lara le agradece al entonces embajador argentino Normando Álvarez García "la colaboración prestada" a la institución armada, "en el marco del apoyo internacional" entre ambos países, "debido a la situación conflictiva que vive Bolivia".
La misiva está fechada el 13 de noviembre de 2019, tres días después del golpe, y reporta el envío de material bélico consistente en cartuchos, gases lacrimógenos y granadas. La duda que se abre es por qué, si el cargamento era supuestamente para custodiar la Embajada de Argentina, lo agradecen los militares bolivianos.
Además, aunque Macri ha desmentido haber apoyado el golpe en Bolivia, el suyo fue el primer Gobierno en reconocer a Áñez como presidenta de Bolivia, tal y como había hecho con Michel Temer cuando asumió como presidente en Brasil después del golpe parlamentario a la expresidenta Dilma Rousseff.
Por otra parte, Macri, a quien solo le quedaba un mes en el cargo, se negó a dar asilo a Morales a pesar de que su vida estaba en peligro, por lo que el entonces presidente electo de Argentina, Alberto Fernández, y el mexicano Andrés Manuel López Obrador organizaron un operativo de rescate para llevarlo a la Ciudad de México.
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