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“Señorita directora los chicos de 5to grado F les quieren pedir que el año que viene, en 6to grado, podamos tener a los profes Alejandra y Rubén”, dice sin vueltas la nota que un grupo de chicas y chicos de 5to grado F de la Escuela N° 1.209 Provincia de Chaco de Cabín 9 (Pérez) entregaron a su directora. Alejandra es maestra de 7mo y Rubén hace un reemplazo en la vicedirección.

Bajo el título Firmas juntadas, en cursiva y con birome roja, el petitorio lleva el nombre de alumnas y alumnos del 5to grado F. Se leen los de Ian, Evelyn, Facundo, Thiago, Candela, Emilia y Samuel, entre tantos otros.

La nota la presentaron ante la dirección escolar el martes por la mañana. “Yo recién me entero hoy (por este miércoles) por los chicos, cuando me preguntan si ya me habían avisado que en 6to me tocaba con ellos”, cuenta sorprendida Alejandra Palavecino, la maestra que este 5to quiere tener, junto al maestro Rubén Petrocchi, quien actualmente cumple un reemplazo como vicedirector.

Sin más vuelta, Alejandra se acercó y consultó a la vicedirectora qué había pasado, quería saber más de esa amorosa noticia que le acercaban estas niñas y niños. La vice le confirma que habían recibido la petición y que le respondieron que “aún faltaba mucho” para 6to grado, pero “que lo iban a considerar”. “Me dio la sensación que para 5to la respuesta fue un sí”, comenta entre risas la maestra.

La carta completa con el que el grupo de 5to grado peticionó ante la dirección escolar.

“Mi vínculo con muchos chicos y chicas y sus familias trasciende a la escuela y se refuerza en la biblioteca del barrio, en la plaza, en la calle, esperando El Perecino”, reconoce la maestra de esa vida cotidiana que la acerca más a la vida de las alumnas y alumnos que asisten a esta primaria de Cabín 9. Alejandra enseña desde hace casi 20 años en la 1.209. Además es una de las coordinadoras de la Biblioteca Popular Irulana, que funciona a pocas cuadras de su querida escuela.

Vincula este especial pedido a una actividad muy particular que llevaron adelante este año y generó una relación más cercana con los distintos grados. Cuenta que al inicio del año, cuando organizaron el trabajo de la escuela, y entre esas tareas el cuidado de los recreos, pidió permiso a la dirección para hacer esa función desde la biblioteca escolar. Conociendo la afinidad de Alejandra con la promoción de la lectura, el Sí! no se hizo esperar.

“Así comencé a transitar el año compartiendo los recreos con chicas y chicos de 4to a 7mo grado. En estas pausas que estamos fuera del aula, están las y los que leen, otros que esperan que les lea y también las y los que comparten lecturas y además eligen y se recomiendan títulos. Cuando tardo en llegar a la biblio me van a buscar, me sigue emocionando cuánto quieren aprovechar ese tiempo”, relata Alejandra de cómo aprovecha hasta los recreos para invitar a leer.

En la biblioteca disponen de un cuaderno, en el que anotan cada préstamo. “Les pregunto su nombre, el título del libro y grado y así el vínculo se va ampliando”, describe de ese momento y agrega que le gusta pensarlo como ese “triángulo amoroso” que menciona la escritora colombiana Yolanda Reyes refiriéndose a los primeros lectores, los libros y una persona adulta que les lee.

Alejandra compartió en las redes sociales la nota del 5to grado F y la describe como un regalo, un regalo a la docencia. “Varias veces me preguntaron «Seño de qué grado vas a ser cuando 7mo se vaya? ¿Te gustaría ser nuestra maestra?» Pero hubo un grupo que fue por más”, agradece. Un gesto para abrazar siempre, más en tiempos hostiles para las escuelas.
 

Fuente : redaccionrosario.com