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Los trumpistas argentinos Son incompatibles con las necesidades mas elementales del pueblo.


18-11-2024 12:59:50
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El triunfo de Trump sacude al mundo y en Argentina tiene una particular incidencia. Milei apoyó abiertamente esa candidatura y cifra sus expectativas en que el gobierno de Trump aporte a la consolidación de su gobierno. En lo político se ve plenamente respaldado, comparten una misma agenda derechista y reaccionaria que incluye el ataque a derechos muy caros para el pueblo como son los laborales, de acceso a la salud y la educación, de la mujer, de las diversidades sexuales, las libertades de protesta y organización, etc. En el terreno económico el panorama no aparece tan claro, el fuerte proteccionismo que impulsa Trump abre una agudización de la “guerra comercial” sobre todo con China que puede agravar la crisis del país asiático, uno de los principales mercados para las exportaciones argentinas; además no asegura una asistencia directa –o una presión yanqui sobre el FMI- que ayude a recomponer las reservas del Banco Central cuando los vencimientos de deuda empiezan a apretar. La política de Trump implica una revalorización del dólar que empuja, por un lado, a la devaluación del peso argentino comprometiendo la principal bandera de Milei que es la baja de la inflación y, por el otro, a un repunte de la tasa de interés norteamericana que va a hacer más gravoso el pago de la deuda externa. Es decir, el gobierno de Trump puede ser un bumerán para el de Milei.

¡Trump, Trump, que grande sos!

El gobierno de Milei no se vio fortalecido solo porque tiene a uno de su “mismo palo” en la Casa Blanca, el triunfo de Trump le dio coraje a la oposición para mileizarse sin tapujos. Y no solo al PRO, que a pesar de las quejas de los Macri sigue siendo sostén de las tropelías parlamentarias de Milei.

El martes se cayó la sesión que había sido impulsada por el bloque del PJ, de Pichetto y de los radicales “sin peluca” para limitar los DNU del gobierno, sobre todo el referido a la posibilidad de abrir un canje de la deuda sin pasar por el Congreso. Pero diputados de todos los bloques convocantes decidieron no dar quórum a la sesión y así Milei obtuvo una victoria, que lo liberó de tener que apelar a sus vetos.

La nota la dio Cristina Fernández de Kirchner, que ha reflotado sus elogios a Trump pero esta vez contra Milei. Primero asimiló –ex profeso- el “nacionalismo” de la principal potencia imperialista del mundo (sojuzgadora de pueblos, dispuesta en avanzar en el exterminio de ellos -¡Gaza!- y apelar a la guerra para imponerse) con el nacionalismo de una nación oprimida o semicolonial -como es Argentina. Las aspiraciones nacionales de un país semicolonial como el nuestro, sacarse de encima el peso agobiante del imperialismo, romper con el seguidismo a este, solo son viables bajo la dirección de la clase obrera y la unidad con los trabajadores de los países imperialistas contra la clase capitalista.

Después CFK le dijo a Milei que debía imitar a Trump porque este quería aumentar los salarios para sostener un mercado interno, es decir, la derecha reaccionaria sería beneficiosa para los trabajadores, cuando el de Trump es -como el de Milei- un régimen de ataque, flexibilización y represión a la clase obrera norteamericana. ¿Llama la atención lo de Cristina? No. Ya ella y otros peronistas, como Moreno, habían señalado su coincidencia con el “nacionalismo” trumpista en la primera presidencia de este. El ascenso de la derecha, acá y en Estados Unidos, es el resultado del agravamiento de la vida cotidiana de millones de trabajadores, de la ausencia de perspectivas, de la pauperización paulatina de las “capas medias”, como resultado de la política de gobiernos como el del Frente de Todos aquí o de los demócratas en Estados Unidos.

La mileización es la versión nacional de la trumpetización, que tiene que ver con que la agenda la fija la derecha -no importa si para ello hay que incluso pasarle por encima a la Constitución como en el caso del tratamiento de la deuda- porque ese es el mandato de la clase capitalista; en el caso de Trump para que Estados Unidos –o sea su burguesía- supere la declinación como primera potencia mundial; en el de Milei para avanzar sobre las condiciones de vida y los derechos de la población y asegurar así una mayor tasa de beneficio a los capitalistas. CFK ya viene levantando en Argentina el reclamo capitalista de reforma laboral, de condicionamiento a las luchas populares, etc. o sea de adoptar el programa con que Milei logró el apoyo de la burguesía.
 

Milei y Trump

El triunfo de Trump sacude al mundo y en Argentina tiene una particular incidencia. Milei apoyó abiertamente esa candidatura y cifra sus expectativas en que el gobierno de Trump aporte a la consolidación de su gobierno. En lo político se ve plenamente respaldado, comparten una misma agenda derechista y reaccionaria que incluye el ataque a derechos muy caros para el pueblo como son los laborales, de acceso a la salud y la educación, de la mujer, de las diversidades sexuales, las libertades de protesta y organización, etc. En el terreno económico el panorama no aparece tan claro, el fuerte proteccionismo que impulsa Trump abre una agudización de la “guerra comercial” sobre todo con China que puede agravar la crisis del país asiático, uno de los principales mercados para las exportaciones argentinas; además no asegura una asistencia directa –o una presión yanqui sobre el FMI- que ayude a recomponer las reservas del Banco Central cuando los vencimientos de deuda empiezan a apretar. La política de Trump implica una revalorización del dólar que empuja, por un lado, a la devaluación del peso argentino comprometiendo la principal bandera de Milei que es la baja de la inflación y, por el otro, a un repunte de la tasa de interés norteamericana que va a hacer más gravoso el pago de la deuda externa. Es decir, el gobierno de Trump puede ser un bumerán para el de Milei.

¡Trump, Trump, que grande sos!

El gobierno de Milei no se vio fortalecido solo porque tiene a uno de su “mismo palo” en la Casa Blanca, el triunfo de Trump le dio coraje a la oposición para mileizarse sin tapujos. Y no solo al PRO, que a pesar de las quejas de los Macri sigue siendo sostén de las tropelías parlamentarias de Milei.

El martes se cayó la sesión que había sido impulsada por el bloque del PJ, de Pichetto y de los radicales “sin peluca” para limitar los DNU del gobierno, sobre todo el referido a la posibilidad de abrir un canje de la deuda sin pasar por el Congreso. Pero diputados de todos los bloques convocantes decidieron no dar quórum a la sesión y así Milei obtuvo una victoria, que lo liberó de tener que apelar a sus vetos.

La nota la dio Cristina Fernández de Kirchner, que ha reflotado sus elogios a Trump pero esta vez contra Milei. Primero asimiló –ex profeso- el “nacionalismo” de la principal potencia imperialista del mundo (sojuzgadora de pueblos, dispuesta en avanzar en el exterminio de ellos -¡Gaza!- y apelar a la guerra para imponerse) con el nacionalismo de una nación oprimida o semicolonial -como es Argentina. Las aspiraciones nacionales de un país semicolonial como el nuestro, sacarse de encima el peso agobiante del imperialismo, romper con el seguidismo a este, solo son viables bajo la dirección de la clase obrera y la unidad con los trabajadores de los países imperialistas contra la clase capitalista.

Después CFK le dijo a Milei que debía imitar a Trump porque este quería aumentar los salarios para sostener un mercado interno, es decir, la derecha reaccionaria sería beneficiosa para los trabajadores, cuando el de Trump es -como el de Milei- un régimen de ataque, flexibilización y represión a la clase obrera norteamericana. ¿Llama la atención lo de Cristina? No. Ya ella y otros peronistas, como Moreno, habían señalado su coincidencia con el “nacionalismo” trumpista en la primera presidencia de este. El ascenso de la derecha, acá y en Estados Unidos, es el resultado del agravamiento de la vida cotidiana de millones de trabajadores, de la ausencia de perspectivas, de la pauperización paulatina de las “capas medias”, como resultado de la política de gobiernos como el del Frente de Todos aquí o de los demócratas en Estados Unidos.

La mileización es la versión nacional de la trumpetización, que tiene que ver con que la agenda la fija la derecha -no importa si para ello hay que incluso pasarle por encima a la Constitución como en el caso del tratamiento de la deuda- porque ese es el mandato de la clase capitalista; en el caso de Trump para que Estados Unidos –o sea su burguesía- supere la declinación como primera potencia mundial; en el de Milei para avanzar sobre las condiciones de vida y los derechos de la población y asegurar así una mayor tasa de beneficio a los capitalistas. CFK ya viene levantando en Argentina el reclamo capitalista de reforma laboral, de condicionamiento a las luchas populares, etc. o sea de adoptar el programa con que Milei logró el apoyo de la burguesía.

Trump, Milei y el cuento chino de los “libertarios” proteccionistas

 

La burocracia colabora

El peronismo no se expresa solo a través de las “clases magistrales” de CFK, o de la rosca a escondidas entre los gobernadores peronistas y Milei, tiene una expresión concreta y práctica y esa la ejecuta la burocracia sindical tanto de la CGT como de la CTA.

El jueves pasado ocurrió un hecho gravísimo para todos los trabajadores. A través del Ministerio de Seguridad el gobierno militarizó Aeroparque para impedir una acción de los trabajadores contra 15 despidos en la empresa Intercargo. El objetivo era más extenso: presionar para que todos los gremios que actúan en Aerolíneas Argentinas aceptaran modificaciones al convenio colectivo, aumentar las horas de vuelo y otras reformas para incrementar la explotación de los trabajadores, y un acuerdo salarial lejos de las pretensiones iniciales. Es decir fue una terrible apretada que la burocracia del sector dejó pasar sin replica y se sentó a negociar un acuerdo que termina aceptando una parte sustancial de las exigencias del gobierno.

Todo indica que el apriete funcionó. ¿Quedará limitado a los trabajadores de Aerolíneas? Bajo ningún punto de vista. Se trata de un caso testigo para todo el movimiento obrero. El gobierno comprobó que la grave amenaza –que incluía a la PSA como rompehuelgas- no mosqueó a la dirigencia de la CGT, cuando esta lo que debía haber hecho es convocar inmediatamente a un paro general para impedir que el gobierno no solo se maneje a través de vetos –que la oposición le deja pasar- sino también a través de la militarización y las amenazas frente a los reclamos obreros.

Lo de la burocracia tampoco asombra –y explica el brutal desprestigio que tiene entre los trabajadores. Es la conducta que ha sostenido a los largo de los 11 meses del gobierno de Milei para impedir una reacción obrera y así pudo avanzar la reforma laboral con la ley Bases, la represión a las luchas populares, el derrumbe de las obras sociales, etc., etc.

Noticias, no “tan buenas”

El gobierno ha tomado el 2,7% de inflación en octubre, además un dato del Indec que revelaría que los salarios en septiembre crecieron 1,2%, para decir que ha empezado la recuperación. Pero no es así.

El 2,7% -como las cifras anteriores- surgen de un cálculo amañado, que estaría planteando una crisis entre el titular del Indec y Caputo. El cálculo se hace sobre una sobreestimación de los alimentos y la subestimación de otros gastos que están en la canasta de consumo y que cada vez tienen mayor peso en la economía familiar y que son los que registran las mayores alzas, muy por encima de la inflación en alimentos: estos son el costo de los servicios entre otros. Si se hiciera esa cálculo la pérdida sería mayor, según la consultora Vectorial en el caso de los salarios registrados -en los primeros ocho meses del año- sería casi cuatro veces superior a lo informado.

La caída de la inflación no implica una mejora del salario en términos reales. Desde que asumió Milei está 15 puntos por debajo de la inflación. Además, como demuestra Luis Campos (Investigador del Instituto de Estudios y Formación de la CTA – Autónoma) en un hilo de tuit “a partir de abril los salarios volvieron a crecer gracias a paritarias que miraban a la inflación pasada con un IPC que mostraba números decrecientes. Este fenómeno está llegando a su fin. En septiembre el aumento del salario real fue el más bajo desde entonces”. Está tendencia es particularmente grave en los jubilados y sobre todo en los de la mínima. La burocracia sindical acompaña firmando aumentos que siguen el libreto de Milei.

Apelando al principio mileísta de“revelación”, la baja de la inflación no mejoró los ingresos reales de la población, y de eso dan cuenta varios datos; uno la caída del consumo, que según la consultora Scentia fue del 20% interanual en octubre, según Came las ventas minoristas acumulan una caída de 13,2% en los primeros diez meses del año y alimentos y bebidas 16,3%. El otro es el endeudamiento, según un relevamiento del Centro de Almaceneros de Córdoba 9 de cada 10 de hogares debieron financiar la compra de alimentos durante octubre, ya sea a través del fiado (42,2%), del uso de tarjetas de crédito (36,6%) o de préstamos de familiares y amigos (10,1%) (La Voz del Interior, 3/11). Es decir, una bola de nieve en un cuadro de no recuperación de la pérdida.

Fuera Milei

A través de Milei y de la oposición patronal, con la complicidad de la burocracia sindical los trabajadores y el pueblo en general quedamos a merced de los intereses capitalistas, totalmente incompatibles con los nuestros. Mientras nos empobrecemos una parte sustancial de la clase capitalista se enriquece.

Con la campaña por el Fuera Milei –con el acto central del Partido Obrero el pasado sábado 9- queremos poner de manifiesto esa incompatibilidad e impulsar las luchas en curso y las que se plantean por todas las reivindicaciones.

Por eso seguimos junto a la juventud y la docencia la lucha universitaria; por eso estaremos junto a los trabajadores del Hospital Garrahan y de otros centros de salud en los paros y acciones del 21 y 22; acompañaremos el acampe de piquetero en La Matanza del 2 al 5 de diciembre, cuando también habría una marcha convocada por las CTAs y otros gremios a la Plaza de Mayo, participando en una columna independiente y levantando las reivindicaciones y el programa de los trabajadores con el planteo del paro activo y el plan de lucha en la perspectiva de la huelga general para derrotar a Milei; en contraposición al colaboracionismo del peronismo sindical que está haciendo pasar la reforma laboral, planteamos organizar una gran marcha para el próximo 20 diciembre a un año que le quebramos a Bullrich y Milei el debut del protocolo antipiquetes.

Por eso seguiremos nuestra campaña de agitación, charlas y actos a lo largo de todo el país.

Fuente : prensaobrera.com

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