No conforme con el genocidio en Gaza, Israel inició una serie de ataques al Líbano como nunca antes en la historia de la guerra moderna, con un saldo de 1.300 muertos, 6 mil heridos y 600 mil desplazados.
El gobierno del primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, decidió extender el área de exterminio con bombardeos al Líbano. Hace años que Israel bombardea ese país. Pero la magnitud del ataque que comenzó el lunes 23 de septiembre no tiene precedentes en dos décadas. Al cierre de esta edición, asesinaron a más de 1.300 personas (entre las que se cuentan unos 100 niñas y niños). Hay más de 6 mil heridos. Y 600 mil debieron huir de sus hogares. A esta carnicería hay que sumarle la de Gaza: 45 mil muertos, 10 mil cuerpos desaparecidos bajo los escombros, 100 mil heridos y más de 2 millones de desplazados, casi la totalidad de su población, que antes de los ataques era de 2.300.000.
No es casual que buena parte de las víctimas sean niñas, niños y mujeres. Lejos de eso, deja claro que el genocidio en marcha implica además una “limpieza étnica”: para borrar de la faz de la tierra a un pueblo, una etnia o una comunidad, los genocidas tienen que asegurarse de que no se reproduzcan, que no tengan descendencia.
Si sumamos las víctimas de ambos ataques (en Gaza y en Líbano), las fuerzas israelíes mataron a 46.300 personas, hirieron a 106.000 y desplazaron a 2.600.000.
Las bajas sufridas por Israel por el ataque de Hamas fueron 1.200, los heridos 6 mil, y 200 personas fueron secuestradas. O sea que el Índice Netanyahu de Venganza contra Gaza asciende a 40: por cada israelí muerto, 40 palestinos.
Alrededor de las 15.30 hora local del martes 18 de septiembre, los servicios de inteligencia israelíes lanzaron un ataque masivo y simultáneo dentro del Líbano como nunca antes se había visto en la historia de la guerra moderna. Miles de buscapersonas (beepers), cargados en secreto con explosivos plásticos, fueron detonados a distancia con la notificación de un mensaje enviado por los fabricantes de bombas, describe la crónica del medio estadounidense The Nation, que lleva la firma de Séamus Malekafzali y se titula “Los ataques terroristas de Israel han desatado el infierno en el Líbano” (“Israel’s Terrorist Attacks Have Unleashed Hell in Lebanon”).
El informe asegura que en un instante, casi 3 mil personas resultaron heridas y más de 10 murieron, entre ellas niños y trabajadores sanitarios. Estaban comprando en supermercados, caminando por la calle, conduciendo coches. Algunos estaban trabajando en hospitales, otros en sus casas con sus hijos. Mientras que muchos se hallaban en el sur del país, otros estaban en los suburbios del sur de Beirut, a kilómetros de las líneas del frente donde Israel y Hezbolá siguen intercambiando fuego.
Cuando el sistema hospitalario de Beirut se vio completamente desbordado por miles de mutilaciones simultáneas que destrozaron y desfiguraron a las personas, Israel inició otro ataque masivo contra el Líbano al día siguiente, señala el informe, que agrega que más explosivos, esta vez escondidos en walkie-talkies, fueron detonados, aparentemente sincronizados para coincidir con un funeral masivo de un niño y un trabajador del hospital que habían sido asesinados el día anterior. Los dispositivos explotaron en manos de los guardias de Hezbolá mientras una multitud de dolientes se agolpaba en la ceremonia.
Los walkie-talkies, como los buscapersonas, también son utilizados por los trabajadores médicos, y se encontraron dispositivos cargados de explosivos en ambulancias en Beirut, así como en las casas de los servicios de emergencia en el sur del Líbano.
The Nation recuerda que, en el pasado, Israel utilizó explosivos colocados dentro de dispositivos de comunicación (como teléfonos celulares) para asesinar a sus oponentes, pero estaban dirigidos a objetivos específicos, personas que podían ser rastreadas antes de que los explosivos fueran detonados. Israel y sus defensores intentaron describir el ataque masivo de la semana pasada como una operación quirúrgica contra los combatientes de Hezbolá. “Esto es una mentira”, afirma la nota de The Nation.
“Las explosiones ocurrieron sin importar dónde estaban sus objetivos, quién los tenía en su poder y quién estaba atrapado en el radio de las explosiones, muchas de las cuales tuvieron lugar en áreas densamente pobladas. Murieron miembros de Hezbolá, pero también trabajadores de hospitales, donde todavía se utilizan comúnmente los buscapersonas”, asegura el medio estadounidense.
The Nation es la revista semanal más antigua que se publica en los Estados Unidos y se la considera de tendencia “progresista”.
“Pero ni siquiera eso fue suficiente; dos días después, Israel llevó a cabo ataques aéreos masivos en los suburbios de Beirut. Una vez más, Israel describió su ataque como una misión precisa contra los combatientes de Hezbolá. Una vez más, mintió. El ataque no se produjo como un ataque selectivo, como luego se describió en los medios, sino que implicó la destrucción completa de un bloque de viviendas. Familias enteras siguen desaparecidas y bajo los escombros, con familiares luchando por obtener cualquier información sobre sus seres queridos, mientras que el ejército israelí da una vuelta olímpica de triunfo frente a la prensa”, señala la nota, que agrega que el espectro de “una guerra total” se hace más grande con cada minuto que pasa.
Los ataques de Israel han hecho que los ciudadanos del Líbano sientan terror por los dispositivos que tienen en sus manos. También temen por todo tipo de artefacto que ingrese a su país, y saben que es posible una invasión a gran escala por parte de Israel, que demostró en los últimos 11 meses que no reconoce límites en la guerra, sólo oportunidades. Tropas israelíes ya están preparadas cerca de la frontera para iniciar una incursión por tierra.
The Nation denuncia que pese a la brutalidad del ataque de Israel contra población civil del Líbano, “los medios de comunicación tradicionales y los políticos occidentales no pudieron ocultar su alegría”.
Los columnistas del New York Times elogiaron “uno de los ataques más precisos en la historia de la guerra”, mientras que sus reporteros describieron una “llamativa demostración de la destreza tecnológica de Israel”. Los canales de noticias británicos bromearon sobre “Israel llamando” (en referencia al tema London calling –Londres llamando– de The Clash) y hablaron de un “golpe espectacular sobre el que se podría leer en una novela de suspenso”. Los periodistas israelíes publicaron que cuando se produjeron las explosiones fue el “día más divertido y feliz” después del 7 de octubre.
Ninguno de esos medios denunció “que se trataba de un acto de terrorismo destinado a la población civil en lugar de su objetivo militar ostensible”, señala la nota. La mayoría de las referencias al terrorismo por parte de Israel se pueden encontrar en medios como el South China Morning Post. Y hubo una notable excepción: el ex director de la CIA, Leon Panetta, dijo a CBS Sunday Morning: “No creo que haya ninguna duda de que es una forma de terrorismo”.
Cuando las inevitables noticias de la muerte de niños llegaron a los pasillos del poder y a las salas de prensa occidentales, los funcionarios y los voceros se apresuraron a desestimar las cuestiones de la moralidad del ataque. El diputado estadounidense (partido Demócrata) Brad Sherman describió a los civiles heridos como resultado del “uso por parte de Hezbolá de escudos humanos y de soldados de 18 años”.
Cuando las circunstancias en que fueron asesinados niños y niñas tampoco pudieron ignorarse, los canales israelíes y británicos los desestimaron como simples daños colaterales, algo que no podía restar valor a un éxito tan asombroso. Otros artículos del New York Times describieron a los civiles como simples “no combatientes [que] también se vieron arrastrados a la refriega”, y la revista estadounidense The Atlantic, en cambio, optó por no referirse a los civiles en absoluto, describiendo a los miles de heridos como simplemente “miles de combatientes [de Hezbolá]”.
“Cualquier cosa, con tal de evitar las conversaciones difíciles y llegar a la parte buena. Los estadounidenses se han deleitado con una nueva forma de burlarse de sus supuestos enemigos: aquellos que ven a los árabes como seres humanos. Un caricaturista político y miembro del personal del medio Detroit News retrató a Rashida Tlaib, la única palestina estadounidense en el Congreso, con un buscapersonas que explotó sobre su escritorio. Los partidarios de Israel han añadido emojis de buscapersonas en sus posteos en X para indicar su alegría”, agrega el informe.
“Las mutilaciones y desfiguraciones masivas de innumerables libaneses nunca van a ser la preocupación de los partidarios de Israel. Los niños, las enfermeras y los médicos, considerados sagrados en los países occidentales, no reciben esa humanización si tuvieron la desgracia de ser maldecidos con sangre árabe. Todos ellos son, en cambio, terroristas potenciales, terroristas secretos, daños colaterales, desafortunados escudos humanos atrapados en un fuego cruzado misterioso e impenetrable”, señala la nota firmada por Séamus Malekafzali, periodista y escritor especializado en Medio Oriente.
El medio catarí señala que los que advierten sobre las enormes consecuencias de estos ataques “no son escuchados”. Es un momento de alegría, pese a que a personas inocentes no israelíes les destrozaron los rostros, les destruyeron las manos, y les diezmaron sus familias. “Se ha deshilachado el tejido social de todo un país, se ha llevado al límite la psique de millones de personas, y esto se considera un éxito masivo”, indica el medio estadounidense.
En medio de los meses de crecientes tensiones en la frontera libanesa, Estados Unidos intentó afirmar que está tratando de evitar la guerra mientras que, al igual que en Gaza, le da a Israel todo lo que desea.
“Israel no quiere la paz. Estamos más cerca que en décadas de una guerra a gran escala en el Líbano, ya que las Fuerzas de Defensa de Israel comienzan a advertir a los libaneses que evacuen sus hogares cerca de los emplazamientos de Hezbolá y los ministros del gabinete hablan en términos específicos sobre la despoblación y las zonas de amortiguación”, concluye la nota.
El columnista de Al Jazeera Andrew Mitrovica cuenta la historia de Fatima Abdallah Jaafar. La nota se titula “La «brillante» forma en que Israel mata a inocentes” (“The ‘brilliant’ way Israel kills innocents”). Fatima, una niña de 10 años, fue asesinada cuando cientos de dispositivos buscapersonas explotaron en una ola mortal en todo el Líbano.
Al Jazeera es una cadena de noticias en inglés con sede principal en Doha, Catar. Se trata de uno de los tres canales más importantes del mundo de noticias en inglés y es la estación hermana del canal árabe homónimo.
“A esta altura, salvo su familia y amigos, la corta vida y la terrible muerte de Fatima Abdallah Jaafar, de 10 años, probablemente ya se habrán olvidado. Pero la enfermiza circunstancia de cómo, dónde y por qué fue asesinada debe ser recordada. Requiere ser recordada porque su muerte fue repentina y desfigurante. Y porque es necesario un antídoto contra la celebración casi vertiginosa de las formas «ingeniosas» que Israel idea para asesinar a sus adversarios”, señala Mitrovica, columnista del medio catarí con base en Toronto, Canadá.
Fatima acababa de llegar a casa después del primer día del nuevo año escolar. Estaba en cuarto grado. Su tía recordaba lo ansiosa que estaba por aprender inglés.
El cronista señala que Fatima se hallaba en la cocina cuando un buscapersonas, que estaba sobre una mesa, comenzó a sonar. Tomó el dispositivo con la intención de entregárselo a su padre. En el camino, explotó. “El pequeño rostro angelical de Fatima se convirtió instantáneamente en un desastre destrozado. La habitación ahora estaba inundada con la sangre de la colegiala, un terrible testimonio de la fuerza letal de la bomba improvisada”, describe la nota del medio catarí.
En su funeral, describe Mitrovica, celebrado en el valle de Bekka, en Líbano, los compañeros de clase, afligidos, llevaron en alto una gran imagen de la niña. Su madre, que caminaba junto a un pequeño ataúd cubierto de flores, lloraba. Los dolientes hicieron una pausa en la plaza del pueblo antes de dirigirse a un cementerio cercano, donde rezaron mientras un anciano religioso invocaba a Dios “por justicia”.
La nota de Al Jazzera agrega que la muerte de Fatima tuvo poca o ninguna importancia para la multitud de periodistas occidentales y los llamados “expertos en seguridad” que “se maravillaron ante la complejidad” del “complot” encubierto de Israel para infiltrarse en Hezbolá a una escala tan “colosal”.
Mitrovica denuncia que, “por supuesto, es una historia conocida que los niños –ya sean huérfanos, traumatizados, desmembrados o asesinados en Gaza, Cisjordania ocupada o Líbano– son considerados carne de cañón desechable mientras Israel continúa desatando, sin control, su «rabia asesina»”.
“Fátima y los miles de niños asesinados en Gaza, Cisjordania y Líbano fueron reducidos a un incómodo asterisco en las mentes miopes de los que apoyan a Israel en el extranjero. Entre ellos se encuentra Artur Wilcynski, ex embajador canadiense y alto funcionario de seguridad, que rápidamente se puso a calificar de («brillante») la despiadada táctica de Israel que se cobró las vidas de Fatima Abdallah y Bilal Kanj (otro niño asesinado)”.
“El ataque de hoy contra los operativos de Hezbolá fue brillante. Asestó un duro golpe a un grupo terrorista que ha disparado miles de cohetes contra civiles mientras la inútil misión de la ONU en Líbano se mantiene al margen. Hay un precio que pagar”, escribió Wilcynski.
El hecho de que las muertes de Fatima y Bilal fueran una medida impactante del “precio” que los civiles libaneses tuvieron que “pagar” no disuadió a Wilcynski de un GIF apenas horas después de que comenzaran las explosiones mortales. El GIF presenta dos populares figuras de dibujos animados de Looney Tunes: El Correcaminos asusta al Coyote. El epígrafe dice: “Bip bip”.
Más tarde, en respuesta a un tuit de la aclamada escritora palestina Mariam Barghouti, que señalaba que entre las víctimas del ataque “premeditado” de Israel había niños, Wilcynski publicó otro GIF, esta vez, de una estrella de cine aplaudiendo.
Fuente : redaccionrosario.com
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