El relator marplatense, autor del maravilloso poema futbolero Nunca jamás, desembarcó en Santa Fe para seguir las campañas de Unión y Colón. “Yo leo en voz alta lo que los jugadores escriben con los pies”, sentenció.
“Cómo vas a saber lo que es el amor si nunca te hiciste hincha de un club”, rezan los primeros versos de un texto que hace años circula entre los amantes del deporte de la redonda pero que muy pocos sabían a ciencia cierta quién era su autor. “Cómo vas a saber lo que es la vida, hijo mío, si nunca jamás jugaste a la pelota”, es el remate final del poema en cuestión, bautizado Nunca jamás y escrito por Walter Saavedra, oriundo de la ciudad feliz que sabe perfectamente lo que es la vida porque de pibe se hizo hincha de un club y jugó a la pelota, y de grande se dedicó a gritar por radio los goles que convierten los demás.
Relato de vida
Antes de trabajar con su voz, Walter Saavedra debió poner manos a la obra, literalmente, para ganarse el pan: porque fue peón de albañil, pintor de obra, letrista, artesano, vendedor de ropa y electrodomésticos. Aunque primero fue futbolista: “Cuando era pibe era jugador de fútbol, y sólo tenía una pelota en la cabeza”, recuerda entre risas. Pero a los 17 años le cortaron (o lo lesionaron, bah) la pierna. “Jugué en las divisiones inferiores de San Lorenzo de Mar del Plata, que fue uno de los primeros clubes que participó en los viejos campeonatos Nacionales, y entraba mentalizado para ser futbolista. Así que cuando me rompí la rodilla y no pude seguir, fue una frustración muy grande”, lamenta el otrora arquero, que hoy, con cuatro décadas al hombro como periodista, asegura: “Si hoy me encuentro con el tipo que me rompió la rodilla lo invito a comer, cuanto menos. Porque como futbolista no creo que hubiese llegado a nada, y como relator por lo menos pude hacer una carrera”.
Es que el marplatense había apostado todo a sus dos piernas (y sus manos de guardavallas), y descuidó los estudios. “Todo lo que estudié fue en la escuela primaria, no tengo secundaria, ni carrera universitaria, así que salí a la calle a ver qué había de parecido al fútbol, y pasé por todas las profesiones y por todos los oficios, pero ninguno me llenaba, nada me agradaba”. Hasta que llegó la chance radial, y no la dejó pasar. “Un día, de casualidad, apareció la posibilidad de empezar a colaborar con una radio de Mar del Plata, la única que había en su momento, y a partir de ahí descubrí lo que era la radio, el periodismo, y un poco más tarde el relato. Se podría decir que, al frustrarse la idea que estaba en mí de ser futbolista, encontré algo que de alguna manera lo compensaba”.
Señor de las cuatro décadas
Así fue que en el 81 puso primera desde una cabina de transmisión de fútbol, aunque también narró partidos de básquet y combates de boxeo. Entre sus relatores preferidos, destaca al gran Bernardino Veiga, seguidor de las campañas Xeneizes. “Como no estaba en mis planes la profesión de periodista, ni de relator, la musiquita que tenía en mis oídos era, por ser hincha de Boca y que la escuchaba mucho por mi padre en casa, era la voz de Veiga, que fue acaso el primer relator que hizo campañas partidarias”, indica Saavedra, sobre aquellos tiempos en lo que eran “muy fuertes las presencias de Fioravanti y de Muñoz, y fui absorbiendo casi como una esponja todo eso, pero a mí siempre me sedujo más el relato de Bernardino”. Y argumenta: “Le encontraba en el grito de gol un grito más estentóreo, más prolongado. Los relatores de aquellos tiempos gritaban el gol una vez, muy breve, y después hacían una referencia a la jugada. Bernardino solía incluso repetir el grito de gol y eso me llamaba poderosamente la atención”.
Lejos quedaron aquellos buenos tiempos del periodismo deportivo, según Walter, crítico de la profesión en la actualidad: “Hoy hay un periodismo muy Radiolandia. Parece que da más rédito decir que el 4 sale con una ex Gran Hermano que decir que el 4 pasa bien al ataque pero retrocede mal”.
¿Y qué es el relato para Walter Saavedra? “Yo leo en voz alta lo que los jugadores escriben con los pies”, resume.
De chilena a la gloria
Reconocida su simpatía por Boca, su admiración por su colega Bernardino Veiga, referente del relato partidario bostero, lo curioso es que a Saavedra su carrera le cambió para siempre gracias a un gol ¡de River! Fue en el verano del 86 –año futbolero emblemático si los hay– mientras Walter contaba en una modesta emisora local lo que ocurría en el amistoso entre el Millonario y la selección polaca, disputado en su Mar del Plata natal. “Curiosamente el gol que más satisfacciones me dio fue uno de River, en el 5 a 4 ante Polonia: el gol de chilena de Francescoli en el descuento”, admite el relator sobre la pirueta de El Príncipe uruguayo. “Fue un partidazo: lo perdía River 4 a 2, lo dio vuelta, y Enzo hizo aquel gol impresionante”.
Hasta ahí, todo lo conocido. “Pero esa noche –sigue el entrevistado–, por alguna razón técnica que nunca quedó clara, ninguna de las radios de Buenos Aires pudo salir al aire desde Mar del Plata. Como yo relataba para una emisora local, cuyos dueños eran los mismos de Radio Rivadavia de Buenos Aires, al ver que no salía la transmisión de Rivadavia, tomaron la mía y salí para todo el país”.
Así fue que el pueblo futbolero argentino conoció la voz, que más adelante dejaría huellas por Mitre, LT9 y LT10 de Santa Fe, LV2 de Córdoba, Radio América, Radio Colonia, Concepto, Radio Nacional, Radio 21 y LV12 de Tucumán, Radio 9, entre otras. “No sé las cosas que dije de ese gol, que fue muy emotivo, y a los dos o tres días empezaron a llegar a Mar del Plata diferentes personas: recuerdo a (Luis) Yorlano y (Carlos) Molfino, de Rosario, y a (Rodolfo) Raviolo de Santa Fe, que querían contratarme para llevarme”, rememora, con un dejo de nostalgia, y añade: “Me sedujo en aquel momento el proyecto de Santa Fe capital y me vine. Ese gol, para mí, significó el despegue definitivo. Acá tenía a Colón en la B y a Unión en la A, y eso me garantizaba una continuidad todos los fines de semana, que en Mar del Plata no tenía”.
Por Rosario también anduvo, aunque de manera fugaz: “Relaté algunos partidos allí en LT2, porque Walter Hugo había ido a relatar la Copa América de Ecuador y me convocaron para hacer un par de Newell"s y Central que hubo. Y relaté básquet también para esa misma emisora. Siempre estuvimos cerca, pero también lejos”, se ríe.
Walter invade la tierra
En Mar del Plata es feliz, pero Saavedra asegura que siempre tiene la valija a mano ante cualquier posible pase que seduzca. Así se explica que desde su ciudad de origen luego haya emigrado laboralmente a Santa Fe, Córdoba, Ciudad de Buenos Aires, Tandil, Tucumán. “Soy del interior y entonces eso me tira mucho, lugares como Santa Fe, que se vive el fútbol que en otros lugares no. son buenos desafíos profesionales, así que siempre tengo la valija preparada, no tengo ninguna pereza en ese sentido”.
Con 40 años en esto, su compromiso político le valió una interrupción en su trayectoria, durante los 4 años que gobernó Mauricio Macri. Es que se definió como “negro, bostero y peronista”, ante la consulta de un dueño de medios que vivía de la pauta oficial en esos años grises del país, lo que le valió la negativa a su contratación.
Pero la vuelta al ruedo está próxima, ya que desde el inicio del campeonato pondrá su voz al servicio de Radio Sol (FM 91.5), comenzando así su quinto ciclo en medios de la calurosa Santa Fe. Sobre la actual Liga Profesional, confiesa no tener demasiadas expectativas, ya que “está todo muy confuso, muy desorganizado, un fútbol que no me agrada como se juega”, aunque aclara: “Pero aún así lo amo, porque yo me crié, me hice en este fútbol y lo prefiero antes que a cualquier fútbol de otra parte del mundo”. Y ahora está el ingrediente extra, el de seguir a los dos grandes de la capital provincial: “Quiero que tengan buenas actuaciones, porque eso ayuda mucho al trabajo. Porque si no, con estos tiempos pandémicos, la gente se deprime más todavía. Espero tener una buena temporada, es un torneo corto, de 4 meses, después la Copa América, y después un torneo más largo. Me ilusiono como relator, no puedo evitarlo”.
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