Un eléctrico No a la guerra se difundió por los circuitos europeos como si un interruptor se hubiera encendido y, en cuestión de segundos, se convirtió en un clamor unánime: ¡No a la guerra!, ¡No a la guerra!. Millones de europeos desconocedores de tragedias como las de Yemen, Siria, Afganistán, Irak o el Sahel, fueron bombardeadas al unísono con múltiples mensajes para convertirlos en munición de una guerra híbrida que lleva años librándose. Y todo comenzó con ese grito de espanto: ¡No a la guerra!. ¡No a la guerra!.
Y, aunque, ciertamente, resulta complejo llamar a la calma y a la reflexión en tiempos bélicos, máxime cuando dirigentes como Josep Borrell o Vladímir Zelenski oscilan, por diferentes motivos, entre discurso mesiánicos y apocalípticos, cual Dwight Eisenhower o Winston Churchill, creo que es el momento de discernir hechos indiscutibles y cuestionar aquello que los medios de comunicación occidentales prefieren no plantear abiertamente. No obstante, pienso que será mejor ahora que cuando la inflación arrase el continente y lo convierta en un amasijo de niños pobres y adultos despedidos y empobrecidos que ni tan siquiera puedan escuchar los discursos porque resulte casi exótico pagar la luz o internet.
1. Es un hecho incuestionable que la expansión de la OTAN hacia el este ha sido considerada por múltiples autoridades occidentales como peligrosa y desestabilizadora. De acuerdo con ello, ¿por qué la OTAN ha insistido en su expansión hacia el este a sabiendas del peligro que ello constituía?
2. Es un hecho incuestionable que los países occidentales tenían pleno conocimiento, desde hace meses, de que la incorporación de Ucrania a la OTAN podría desembocar en un conflicto armado con Rusia de diferente magnitud (se barajaban tres escenarios posibles). De acuerdo con ello, ¿por qué no se comprometieron los países occidentales a detener la expansión de la OTAN, una organización militar, hacia el este de Europa si ello permitía evitar un conflicto armado?
3. Es un hecho incuestionable, porque así lo aseveran los múltiples analistas occidentales, que Ucrania no tiene casi ninguna posibilidad de revertir, por sí sola, el desarrollo de la guerra. De acuerdo con ello, ¿por qué se están enviando armas a Ucrania si es una guerra que cuenta con pocas posibilidades de ser ganada por Ucrania?
4. Es un hecho incuestionable, aseverado por The Washington Post, que Estados Unidos planifica un escenario futuro en el que Zelenski gobernaría en el exilio y se organizaría una guerrilla en Ucrania. De acuerdo con ello, ¿por qué Estados Unidos pretende organizar una guerrilla en el corazón de Europa con intención de mantener actividad militar durante años cuando ello aumentaría el conflicto armado y las bajas humanas?
5. Es un hecho incuestionable que, en estos momentos, Rusia controla Crimea y gran parte del este de Ucrania y, de facto, la incorporación a la OTAN de Ucrania es inviable. De acuerdo con ello, ¿por qué le parecen, tanto a Europa como a Estados Unidos, inaceptables los términos del alto el fuego ofrecido por Rusia si sus condiciones se basan en hitos ya conseguidos o superados por Rusia (neutralidad de Ucrania, reconocimiento de Crimea e independencia de las repúblicas del Donbass)?
6. Es un hecho incuestionable que la situación a nivel económico y social se encuentra en la actualidad en grave peligro en toda Europa y podríamos estar cerca de sufrir unas consecuencias económicas no conocidas en el Viejo Continente en las últimas décadas. De acuerdo con ello, ¿por qué los líderes europeos aumentan el gasto militar en lugar de buscar una solución pacífica y diplomática?
7. Es un hecho incuestionable que, tanto Irán como Venezuela, han sido maltratados en múltiples aspectos durante las últimas décadas, incluyendo sanciones económicas salvajes. De acuerdo con ello, ¿cómo puede ser posible que los regímenes de Irán y Venezuela fueran tan malos en el pasado y ahora se pretenda comprar su petróleo y su gas, lo que significará un considerable fortalecimiento de tan malignos regímenes?
8. Es un hecho incuestionable que los países de la OTAN han suministrado, obteniendo enormes beneficios económicos, la mayoría de las armas con las que Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y sus aliados han causado más de 377.000 fallecidos, según cifras de la ONU. De acuerdo con ello, ¿cómo puede Occidente defender los derechos humanos siendo cómplice y beneficiario de la mayor tragedia humanitaria del planeta?
9. Es un hecho incuestionable que medios occidentales son vehículos de manipulación. Un ejemplo de ello lo encontramos en RTVE, la televisión española, cuya manipulación ha sido denunciada los partidos generalistas españoles con mayor representación sin excepción. De acuerdo con ello, ¿cómo se pueden cerrar medios de comunicación rusos alegando que desinforman, cuando existen múltiples medios occidentales, públicos y privados, que han sido denunciados por desinformación?
10. Es un hecho incuestionable que, tras rechazar la propuesta de alto el fuego ruso —neutralidad de Ucrania, el reconocimiento de Crimea o la independencia del Donbass—, Occidente solo aceptará una retirada completa e incondicional de Rusia de Ucrania, lo que solo puede ser posible en caso de derrota militar total rusa o colapso interno del país. Tal es la apuesta que, como se ha comentado, Occidente prefiere una guerra de guerrillas o un conflicto estancado en el continente antes que firmar una paz, que, como todas, requiere necesariamente de concesiones. De acuerdo con ello, ¿está dispuesto a sufrir las consecuencias económicas y sociales, en forma de inflación, menor inversión social (habrá más inversión militar) o empobrecimiento generalizado, que acarreará no aceptar los términos de paz ofrecidos por Rusia y mantener la apuesta por la derrota total de Rusia?
La realidad es que los que se hacen pasar por valientes y acaban en el fondo del barranco, como Josep Borrell, realmente son temerarios. Por el contrario, los cobardes que no se suben al coche, realmente son inteligentes. Ya que hemos sido tan estúpidos de dejar que los dirigentes europeos nos pongan a toda velocidad frente a un barranco y queda poco para el desastre, quizá sea el momento de preguntarse y reflexionar. De esgrimir esa cobardía que, en mitad de una epidemia de temeridad, resulta ser lo más inteligente. Más de cien millones de fallecidos durante el siglo pasado no cesan de recordarlo, aunque ahora ya casi nadie escuche sus voces, silenciadas por un No a la guerra cada día más contradictorio, delirante y destructivo.
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