APU dialogó con el saxofonista que supo acompañar a Charly García, Los Redondos, Los Twist y Soda Stereo, entre otros. Con El Gonzo, grupo que lidera actualmente, está trabajando en su nuevo disco. Soplan nuevos vientos para un músico criado y formado en los `80.
Por Mariano Nieva | Fotos: Juli Ortiz
Gonzalo “Gonzo” Palacios, saxofonista y productor, por estos días está terminando de pulir su nuevo álbum de versiones instrumentales propias y ajenas de blues, soul, rhythm and blues, funk y coqueteos con el jazz. En conversación con AGENCIA PACO URONDO compartió sus reflexiones sobre el profundo impacto que trajo la renovación musical de los ´80 para el rock vernáculo, de lo que significó la aparición de Los Twist con su álbum debut La dicha en movimiento (1983), su nuevo proyecto musical al frente de su banda bautizada El Gonzo que lo arrancó de su vida calma y anónima que lleva en la Isla de Menorca en España desde hace 20 años, y del profundo dolor que le significaron todos los músicos fallecidos por distintas causas a lo largo de los últimos dos años. “Cuando estas muertes las vivís a la distancia hay una tristeza agregada porque no tenés la posibilidad de abrazarte con los amigos para poder soportar tantas pérdidas”, detalló.
AGENCIA PACO URONDO: Contanos de tus inicios con el saxofón.
Gonzo Palacios: Arranqué tocando la flauta dulce, y luego de pasar por la traversa, recién me crucé con el saxo a los 17 años. Y como la digitación de la flauta traversa es muy similar a la del saxo no me resultó difícil hacer la transición. Prácticamente solo adaptarme a la nueva embocadura y empezar a tocar.
APU: Más allá de tu vigencia a través del tiempo, sos claramente un músico de los ´80. ¿Coincidís con esto?
G.P.: Totalmente, yo soy un músico de los ´80. Años que recuerdo como una de las épocas más felices de mi vida. Sobre todo al comienzo, porque fue un momento muy intenso donde se hizo excelente música. Al cambiar la década cambiaron los gustos musicales también, y creo que eso favoreció mi carrera.
APU: Años donde compartiste escenarios con artistas como Charly García y Los Redondos por ejemplo.
G.P.: Fui parte de la banda que acompañó a Charly García en la gira presentación de Clics modernos (1983) y tuve esa suerte por haber trabajado anteriormente con él cuando produjo La dicha en movimiento de los Twist. A Los Redondos llegué a través de Skay, a quien me acerqué durante la prueba de sonido en un festival donde él actuó con Fontova y la Foca y yo con Ástrid, mi primer grupo. Yo seguía de pibe a Patricio Rey desde sus primeros conciertos en Capital así que no desperdicié la oportunidad y bien cara dura, me puse a tocar a su lado. Se ve que le gustó porque intercambiamos teléfonos y al poco tiempo, para mi sorpresa, me llamó para invitarme a algunos shows de la banda.
APU: Por otro lado, fuiste parte de la grabación de La dicha en movimiento (1983), primer disco de Los Twist. Un álbum que sin dudas fue un quiebre para la renovación de la escena rockera local.
G.P.: Como bien dijiste y comparto, este álbum fue un quiebre o como dicen otros un disco bisagra. Un gran trabajo que fue un catalizador más allá de la circunstancia en la que apareció. La dicha en movimiento mostró a su vez que había un público completamente nuevo que triplicaba en cantidad el nicho de lo que había hasta entonces. Por eso, a partir de ahí surge todo lo demás. Virus comienza a vender placas luego de una primera etapa en la que les costó mucho insertarse en la escena a la vez que grupos como Sumo y Soda Stereo consiguen sus primeros contratos discográficos. Es decir que había toda una movida que ya existía pero que todavía no gozaba de un real interés por parte de la prensa y las compañías.
APU: Quizás ese desinterés que decís había de la prensa y las discográficas se debía en parte porque veníamos de una etapa atravesada por un rock más bien solemne.
G.P.: Absolutamente, veníamos de un rock y una época muy solemne, lo cual por otro lado tenía sus motivos. Había mucha necesidad en la gente joven de divertirse, una simple y básica necesidad vital. A través del baile, y las letras costumbristas y descontracturadas buscábamos reírnos un poco de cosas muy duras que nos pasaban por entonces y así poder exorcizarlas.
La producción y las nuevas tecnologías
APU: ¿Cómo te llevás con las redes sociales?
G.P.: Uso las redes sociales solo por una necesidad promocional y de difusión. En cuanto a la difusión de música a través de las plataformas tengo la sensación de que hay una especie de dictadura de los medios y de las plataformas que parecen haber decidido que la gente solo tiene 30 segundos de atención, no más. La verdad es que no me explico cómo hace unos años podíamos escuchar un disco de punta a punta y ahora no. Los hay que nacieron con esto, pero otros todavía estamos asumiendo el cambio, incluso tratando de revertir lo que nos parece el lado más negativo.
APU: Uno de los argumentos que podemos discutir y mucho es que esta nueva forma de comunicación es más democrática y está al alcance de todos/as.
G.P.: Claro que todos tenemos derecho a su uso, el problema es que muchos usuarios suben contenido compulsivamente y una gran parte de ese contenido no tiene gran consistencia. Eso hace que el creador que tiene un producto realmente artístico que mostrar tenga que darse codazos con quien solo está buscando un poco de atención o sentir que sale del anonimato. A la gente se la está bombardeando constantemente con mucha información que en gran parte es banal y superficial. Así es que el artista que está tratando de transmitir un sentimiento tiene que desarrollar estrategias para lograr sobresalir en medio de todo esto.
APU: ¿Te hacés un tiempo para poder escuchar música? ¿Lográs encontrar la novedad?
G.P.: Escucho muchísima música, pero se da la paradoja que suelo encontrar lo que para mí es novedoso o sorprendente en músicas muy antiguas. Sí es verdad que encuentro en la escena urbana de Argentina excelentes arreglos, buenas letras y una gran calidad musical.
APU: Como productor, ¿qué es lo que más tenés en cuenta a la hora de apostar por un/a artista?
G.P.: Sinceramente mi actividad como productor es humilde, en el sentido de que no me encuentro en la posición de cazatalentos ni mucho menos.
APU: ¿Y del rol del ingeniero de sonido qué podés decir? También creo que su función cambió con el paso del tiempo y los avances tecnológicos.
G.P.: Años atrás el ingeniero de sonido además de saber muchísimo te decía que parte de su trabajo era que el músico se sintiera cómodo para poder hacer algo que esté bueno y conmueva. Entonces lo que se pudiera dejar grabado en la cinta tenía que ser importante y trascendental, no había las posibilidades de manipulación que existen hoy en día. Ahora la actitud del ingeniero cambió, te dice: ”Dejá, yo después lo arreglo, te lo afino, acomodo, corto y pego ”. Lo cual empieza a afectar el trabajo porque se nota y no favorece la concentración ni la inspiración. Queda muy evidente esa falta de calor con la que se graba y se siente el exceso de prolijidad. Todo suena perfecto quedando la música como esos montajes fotográficos que son increíbles pero para nada naturales.
APU: Teniendo en cuenta que el estudio de grabación es como un laboratorio. ¿Creés que se puede fabricar un hit?
G.P.: Creo que sí, que se puede fabricar un hit. De hecho hay gente que lo hace, pero yo la verdad no sé cómo. Sí, una vez que un tema está encaminado tal vez se me pueden ocurrir elementos para embellecerlo y quién sabe, aumentar las posibilidades de que sea un éxito. Un ejemplo sería la introducción que escribí para “Estoy azulado”, el tema que Soda Stereo incluyó en su segundo disco Nada personal (1985), aunque la verdad es que no estaba pensando "esto va a ser un hit ". Simplemente respondí a un pedido de Gustavo Cerati quien me pasó unos acordes para que les pusiera una melodía.
APU: Willy Crook, Palo Pandolfo, Horacio Fontova, Pil Trafa, Rodolfo García y Rinaldo Rafanelli son solo algunos de nuestros músicos que por distintos motivos murieron en estos años atravesados por la pandemia de coronavirus. ¿Cómo te pegaron los fallecimientos de esta gente con la que compartiste tanto?
G.P.: Cuando lo vivís a la distancia hay una tristeza agregada porque no tenés la posibilidad de abrazarte con amigos para soportar tantas pérdidas. Los duelos se acumulan, se solapan y todo se termina transformando en una especie de dolor sordo y constante. Y en casos como el de Willy que era más joven que yo, al inmenso dolor se suma cierta sensación de alarma. Además de esta locura que vivimos a causa de la COVID creo que nos empieza a pasar factura la vida que hemos llevado, creíamos que éramos eternos y de repente empezamos a pensar en la posteridad y en qué es lo que dejamos. No quiero ponerme solemne pero que yo me haya puesto después de tantos años a tocar y a grabar de nuevo, retomando otra vez el personaje público, creo que en parte tiene que ver con eso. De no querer irme de este plano sin antes dejar un registro propio porque lo mío en general está asociado a otras personas y a otros grupos.
El Gonzo
APU: Contame del nuevo material que ya casi tenés listo de El Gonzo, tu nueva banda. ¿De qué se trata y que músicos te acompañan?
G.P.: Lo que en principio era mi proyecto solista se convirtió en una banda debido a la implicación y compromiso de los músicos que me hacen el honor de acompañarme. Como ya actuábamos como El Gonzo decidí ceder mi nombre artístico al grupo, sé que a veces es un poco confuso pero asumo el riesgo. Así se podría decir que "El Gonzo" está formado por Dani Castro en bajo, Alejandro Ridilenir en guitarra, Fernando del Castillo en batería, Gustavo Ridilenir en flauta, Fabián Prado en teclados, eventualmente Santiago Castellani en trombón y Gonzalo Gonzo Palacios en saxo alto. El disco en el que estamos trabajando se compone de temas instrumentales que grabamos en una serie de conciertos antes de la pandemia, con algunos retoques y algo de material extra que estamos grabando actualmente. Hay funk, blues, soul, rhythm and blues y coqueteos con el jazz.
APU: A menudo pasa con artistas de tu generación que a la hora de sacar un nuevo material se plantean en que formato hacerlo. ¿Vos ya tenés claro cómo será la edición de tus nuevas canciones?
G.P.: Vinilo, sin dudarlo. No puedo evitar seguir concibiendo un disco como una serie de temas con una envoltura, una coherencia y un orden que te lleve a escuchar la obra completa aunque no se trate de un álbum conceptual. Por supuesto que estamos publicando en plataformas, no somos suicidas, pero intentaremos buscarle la vuelta a lo que hacemos para que la gente nos escuche con atención y se deje emocionar, que es lo que buscamos. Por otro lado, la compañía nos convenció de ir sacando simples, y no esperar a tener el disco terminado. Parece ser que en estos tiempos no conviene agotar el contenido de una sola vez.
APU: ¿Por qué decidiste abandonar un poco la comodidad y la tranquilidad que te da vivir en un lugar como la Isla de Menorca en España para volver al ruedo?
G.P.: Un poco lo que te decía más arriba, pero fundamentalmente me apeteció volver a tocar con algunos de los mejores músicos que conozco, que además resulta que son algunos de mis amigos mejores. Y además extrañaba al público argentino, así que también estaremos dando los siguientes conciertos. Asi que... ¡Allá vamos otra vez!
Próximas presentaciones de El Gonzo
10 de marzo: Lupa Bar, San Antonio de Padua
18 de marzo: Bebop Club, CABA
25 de marzo: Strummer, CABA
7 de abril: Rondeman, CABA
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