Una pregunta surge a la palestra pública: ¿Cuándo la Unión Europea (UE) acabará de comprender que su alineación con Estados Unidos para tratar de debilitar y destruir a Rusia, le ha costado enormes pérdidas económicas a sus países miembros?
Un reciente informe aparecido en el diario The New York Times indica que las compañías europeas que anunciaron su retirada de Rusia tras el inicio de la operación militar especial para desmilitarizar y desnazificar a Ucrania, sufrieron pérdidas por más de 103 000 millones de dólares.
En cuanto a las pérdidas totales para la Unión Europea, según agencias como Eurostat, éstas se elevan a 185 000 millones de dólares debido a los 12 paquetes de “sanciones” que ya le ha impuesto Bruselas a Moscú.
La salida de las empresas europeas del gigante euroasiático fue motivada por las presiones del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski quien afirmaba que sería una forma de destruir la economía de Rusia y por consecuencia su estabilidad política.
La UE, al rechazar el gas ruso por exigencias de Estados Unidos, ha tenido que pagar un tremendo costo para la mayoría de sus miembros.
Un documento de Eurostat indica que el valor de las importaciones ha subido a una media de 15 200 millones de euros al mes: 7 700 millones para el gas natural licuado (GNL) y 7 500 millones para el gas de gasoducto, mientras que antes eran 3 600 y 2 300 millones de euros, respectivamente.
Ese informe añade que en dos años los gastos ascendieron a 304 000 millones de euros, un sobrepago de 185 000 millones, mientras que el Reino Unido y Estados Unidos al venderle el combustible más caro, se beneficiaron, al ganar 53 000 y 27 000 millones de euros respectivamente. Para el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, Europa perdió casi 1,5 billones de dólares, según “cálculos moderados».
Como consecuencia directa de las sanciones se interrumpió la cadena de suministro y aumentaron los precios de la energía en todo el mundo, a la par que Occidente se enfrentó a una crisis energética.
Asimismo se aceleró la inflación en el mundo y las economías europeas sufrieron una desindustrialización.
La producción de acero de la UE se redujo un 11 % en 2022 y cifra igual en 2023. El caso más significativo ha sido el de Alemania que experimentó un descenso de la producción y hasta se ha aproximado a una recesión por lo que algunos analistas prevén que la quiebra del modelo industrial alemán podría arrastrar a toda la Europa Central y Oriental.
El presidente ruso Vladimir Putin ha indicado en varias ocasiones: «El hecho de que Europa no reciba suficiente gas es su problema; curiosamente, intentan echarnos la culpa a nosotros, de que no vendemos algo (…) No fuimos nosotros quienes cerramos el gasoducto Yamal-Europa, no fuimos nosotros quienes cerramos el segundo ramal del gasoducto a través de Ucrania, no fuimos nosotros quienes volamos Nord Stream y parcialmente Nord Stream 2, lo más probable es que lo haya hecho EEUU«.
En ese mismo sentido, Putin aseveró que las sanciones contra Rusia han perjudicado más a quienes las han impuesto y la continuación de las políticas de restricciones podrían tener consecuencias catastróficas para la economía mundial.
Lo cierto es que los 27 países de la Unión Europea y los 19 integrados en la Zona Euro se han visto envueltos en una difícil coyuntura económica fundamentalmente por seguir las indicaciones de Estados Unidos de imponer todo tipo de extorsiones a Rusia en la guerra contra Ucrania. Gran cantidad de fábricas han reducido sus producciones o han cerrado y el panorama es desalentador con una probable recesión pues sus economías no muestran signos de recuperación.
Las opiniones desalentadoras sobre la economía de la UE son constantes. Una de las más recientes fue la del ex director del Banco Central Europeo y ex primer ministro de Italia, Mario Draghi quien afirmó que “la Unión se hunde en la recesión”, y agregó que ve el futuro de la economía europea con tintes sombríos.
Lo opuesto ha ocurrido en Rusia que se ha crecido ante los intentos de perjudicar su economía a través de sanciones y guerra financiera, ha registrado un incremento del Producto Interno Bruto para el año que ronda en el 3 % lo cual ha dejado estupefactos a los analistas occidentales.
El citado informe del The New York Times elogia además la estrategia del presidente Putin, al señalar que mientras Ucrania estaba preocupada por imperativos de corto plazo, como pedir más ayuda a sus financistas occidentales, la estabilidad de la economía rusa ha permitido que Moscú piense a largo plazo.
Desde el Kremlin han insistido que “las medidas punitivas contra Rusia han perjudicado más a quienes las han impuesto mientras que la UE se ha convertido en una colonia estadounidense”.
Hedelberto López Blanch, periodista, escritor e investigador cubano.
Fuente : rebelion.org
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