Desde este mes rigen subas promedio del 20 por ciento para luz y gas a nivel nacional, en un contexto de alta inflación. Habrá rebaja de subsidios estatales. La EPE y Litoral Gas también actualizan. Tarifas y proyectos de país en debate.
El conflicto bélico entre Rusia y Ucrania iniciado hace más de tres meses arrastró aumentos de precios a nivel global, sobre todo en alimentos y energía, productos e insumos que exportan ambos países en guerra y que escasean ante la mayor demanda mundial que viene desde la pandemia. En Argentina, donde el índice general de inflación anual ronda el 60 por ciento, el registro más alto de los últimos treinta años, el debate por los aumentos en tarifas de luz y gas y los subsidios energéticos adquiere otra dimensión.
Las subas reguladas en los servicios públicos habilitadas a partir de este mes a nivel nacional, como sucede con los combustibles, impactarán de lleno en la evolución de los precios al consumidor, cuya variación mensual para mayo se ubicaría alrededor del 5 por ciento. Si bien ese valor cae respecto a marzo y abril, el número que mes a mes informa el Indec sigue altísimo y va recortando salarios e ingresos.
En Argentina, gran productor de alimentos, el valor de la comida empuja la dinámica de la inflación ante la falta de medidas oficiales para desenganchar los precios locales de los internacionales. Se suma el aumento de la energía, la devaluación vigente, la inflación oligopólica, la sana pelea por mejores salarios y la ausencia de un plan para detener la inercia inflacionaria. Con este panorama, niveles y criterios para fijar los incrementos de las tarifas de luz y gas, como la política económica en general, provocan chispazos entre las diferentes vertientes del Frente de Todos.
La resolución de la Secretaría de Energía, aplicada por el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (Enre), pone al día los precios para el mercado eléctrico mayorista, administrado por la firma Cammesa. Por su lado, el Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas) aprobó los nuevos cuadros tarifarios para las distribuidoras, entre ellas Litoral Gas, que opera en buena parte de la provincia de Santa Fe y algunas ciudades del norte bonaerense. Los aumentos alcanzan a todos los segmentos de consumo y promedian el 20 por ciento. El secretario de Energía, Darío Martínez, dijo que se establecerá segmentación para usuarios de mayor poder adquisitivo, sobre quienes recaerá, según el Ministerio de Economía, la mayor quita de subsidios que paga el Estado.
En Santa Fe, la Empresa Provincial de la Energía (EPE), que le compra electricidad a Cammesa, y Litoral Gas, distribuidora de gas natural controlada por Tibsa, una sociedad entre International Power y el grupo Techint a través de su empresa Tecpetrol, trasladarán las actualizaciones dispuestas por el Ejecutivo nacional. En el caso de la EPE, que ya había subido la tarifa un 25 por ciento promedio respecto a las boletas vigentes a fines de 2021, aplicado en dos tramos, febrero y abril, el nuevo aumento será en promedio del 8 por ciento. El servicio de Litoral Gas, en tanto, se encarece 20 por ciento.
Los subsidios que distribuyó el Estado nacional a la energía crecieron muy fuerte en la primera mitad de 2022 por el aumento a escala mundial de los precios energéticos, según resaltó el último informe de coyuntura del Mirador de la Actualidad del Trabajo y la Economía (Mate). El gobierno de Alberto Fernández busca ajustar los denominados subsidios económicos a la energía de modo tal de reducir el déficit, atento a las metas establecidas en el acuerdo con el FMI por el pago de la megadeuda macrista, con riesgo latente a incumplirlas.
En la provincia de Santa Fe viene elevado el consumo de energía eléctrica de la mano de grandes industrias y comercios, lo que da la pauta de cierta recuperación económica y productiva en esos sectores, mientras las ventas reales en supermercados de la provincia cayeron por tercer mes consecutivo, de acuerdo a un informe del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (Ceso) sobre el comportamiento de las distintas variables del consumo masivo en Santa Fe.
La gestión Cambiemos aumentó las tarifas de luz y gas, en promedio, ¡dos mil por ciento!, dolarizando la prestación del servicio para todos los usuarios, aunque se las vieron más oscuras los sectores de menores recursos y también pequeñas y medianas empresas a las que, incluida la recesión que trajo el plan económico neoliberal del macrismo, no les quedó más opción que bajar las persianas y cerrar los portones.
A los tres meses de asumir Alberto Fernández se declaró la pandemia del covid 19 y en un contexto de crisis sanitaria y socioeconómica, las tarifas de gas y luz estuvieron pisadas, mientras los subsidios estatales a las empresas prestadoras continuaron creciendo. El gobierno intentó actualizarlas junto a la vigorosa recuperación macroeconómica de 2021, pero el ala referenciada en la vicepresidenta CFK en la interna frentetodista, derrota en las elecciones legislativas mediante, consiguió que se achaten las actualizaciones tarifarias.
Tras las audiencias públicas de mayo pasado, con una actividad económica en levantada pero a un ritmo menor, con salarios a la baja pese a las paritarias y los refuerzos y con distribución regresiva del ingreso, más las exigencias del Fondo Monetario, el Ejecutivo, a instancia de los entes reguladores, dispuso aumentos tarifarios para gas y luz eléctrica, como se señaló, del 20 por ciento promedio: un número que está por debajo de las recomposiciones salariales y del nivel general de precios pero sin dejar de echar leña al fuego inflacionario. Cabe mencionar que desde agosto de 2021 rige a nivel nacional la ley de Zona Fría, que otorga una reducción en las tarifas para usuarios residenciales de zonas del país donde se registran bajas temperaturas.
Entre los considerandos de la resolución de la Secretaría de Energía dice que “corresponde poner de relieve el incremento significativo y generalizado de los precios internacionales de los commodities energéticos, generado por el incremento de la demanda internacional y determinado por el crecimiento de la actividad económica post pandemia”.
“Sumado a ello -continúa dicha resolución-, el conflicto desatado entre Rusia y Ucrania determinó una nueva y más significativa suba de los precios internacionales de los referidos productos, especialmente del gas natural licuado (GNL) y del gasoil, commodities a los que debe acceder nuestro país anualmente en el invierno para complementar la producción nacional de gas natural y abastecer la demanda interna invernal tanto de gas por redes como de generación eléctrica por centrales térmicas”.
El Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPyPP) presentó un informe titulado “Tarifas y subsidios energéticos. Otra vez sopa… ¿y los costos? ¿Y la mirada integral?”. El trabajo elaborado por el economista Claudio Lozano y el especialista en geopolítica de la energía Gustavo Lahoud invitó a “poner en escena el debate público permanente sobre el sistema energético, haciendo foco en su creciente disfuncionalidad y deterioro, en la ausencia de planificación estratégica y de la acentuación de un esquema basado en la dolarización y la fragmentación sectorial”.
En el citado documento se resaltó la prioridad de discutir más integralmente la problemática de los costos de producción, subsidios y de toda la operatoria del sector, proponiendo un debate sobre el modelo energético ligado al modelo productivo: “No existe posibilidad de discutir seriamente el panorama si no se establece un vínculo entre cambio del modelo productivo y pautas de producción y consumo de energía, que deben converger hacia escenarios que aseguren la reproducción económica y social de los tejidos territoriales y la internalización de dimensiones socioambientales en la generación de proyectos”.
Fuente :
Si te ha gustado, ¡compártelo con tus amigos!