Imagen ilustrativaChinese Academy of Aerospace Aerodynamics
El proyecto es dirigido por Le Jialing, profesor del Centro de Investigación y Desarrollo de la Aerodinámica de China, quien ha asesorado durante más de tres décadas al Ejército del país sobre la tecnología de las armas hipersónicas.
Investigadores chinos han logrado avances significativos en la construcción de un sistema de inteligencia artificial (IA) capaz de diseñar nuevas armas hipersónicas por sí mismo, según reveló el equipo responsable del proyecto, informa este jueves South China Morning Post.
La máquina de IA pudo identificar la mayoría de las ondas de choque que se produjeron en las pruebas del túnel de viento, aunque no se le indicó qué debía buscar. Además, sin intervención humana, el sistema construyó una base de conocimientos propia para ayudar al desarrollo de nuevos motores para misiles hipersónicos o aviones que pudieran recorrer mayores distancias a velocidades mucho más rápidas, detallaron los científicos en el estudio, publicado la semana pasada en la revista Journal of Propulsion Technology.
La investigación fue dirigida por Le Jialing, profesor del Centro de Investigación y Desarrollo de la Aerodinámica del gigante asiático, quien ha asesorado durante más de tres décadas al Ejército de China sobre la tecnología de las armas hipersónicas, de acuerdo con el medio.
Según señalaron los investigadores, el cerebro humano ya no puede seguir el rápido ritmo de desarrollo de la tecnología hipersónica. En China, a medida que el foco de la investigación en ese ámbito avanzaba en los últimos años hasta 8 Mach (un mach equivale a la velocidad del sonido) y más, la cantidad de datos experimentales que había que procesar y analizar aumentaba considerablemente, explicaron.
El equipo declaró que, aunque la inteligencia artificial es buena para manejar datos, su aplicación a la investigación hipersónica presenta un problema: la mayoría de los sistemas de IA necesitan ser entrenados por humanos.
Por su parte, Le y sus colegas desarrollaron una tecnología que etiquetaba lo que creía que era una onda de choque evaluando la ubicación, el brillo y el color de cada píxel. La técnica, conocida como segmentación no supervisada, se basa en una teoría matemática sobre gráficos que puede establecer una relación entre objetos aparentemente no relacionados. La IA utilizaría estos resultados iniciales como material de entrenamiento para mejorar continuamente su rendimiento en el reconocimiento de las ondas de choque hasta que pudiera detectar los patrones de las mismas.
En un experimento efectuado en un túnel de viento, las ondas de choque identificadas por la IA coincidían en un 85 % con las marcadas por los expertos humanos, según los investigadores. Su precisión global fue casi cuatro veces superior a la del software tradicional.
Los científicos explicaron que una imagen de una prueba en un túnel de viento hipersónico contiene una gran cantidad de turbulencias, y a los expertos humanos les puede llevar "una enorme cantidad de tiempo y energía etiquetar las estructuras críticas de las ondas de choque píxel a píxel". Agregaron que la IA, basada en una tarjeta gráfica de bajo coste y tres años de antigüedad, tardó unos 9 segundos en procesar una imagen. Este conocimiento permitiría a la inteligencia artificial predecir la aparición de ondas de choque e idear diseños de armas hipersónicas para controlar mejor el flujo de aire, subrayaron.
Actualmente, China planea extender la tecnología de los vuelos hipersónicos del sector militar al civil. Un objetivo oficial para el año 2035 es construir un avión hipersónico que pueda transportar pasajeros a cualquier parte del mundo en una o dos horas.
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