La ampliación del grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) significa un primer paso hacia la reconfiguración de la estructura geopolítica, económica, energética y financiera mundial.
La ampliación del grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) significa un enorme desafío a la hegemonía del imperio estadounidense, y podría llegar a reconfigurar la geopolítica mundial. Es una fuerte apuesta por un mundo multipolar que limite la prepotencia de los Estados Unidos. Significa asimismo un paso en favor de la cooperación Sur-Sur y refuerza la idea de un “Sur global” capaz de enfrentar los embates imperiales.
La incorporación se produjo en el marco de la XV Cumbre de los BRICS, que tuvo lugar del 22 al 23 de agosto en el Centro de Convenciones Sandton, en Johannesburgo, Sudáfrica. Participaron del encuentro los presidentes de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva; China, Xi Jinping; y Sudáfrica, Cyril Ramaphosa; y el primer ministro indio Narendra Modi. El presidente de Rusia, Vladímir Putin, intervino por videoconferencia por la orden de arresto emitida por la Corte Penal Internacional por presuntos crímenes de guerra en Ucrania. En su lugar, lo sustituyó el ministro de Exteriores de ese país, Serguéi Lavrov.
El nuevo BRICS fortalece la influencia en América Latina del principal rival del imperio: China. La región es un terreno en disputa entre las potencias, fundamentalmente por los recursos naturales como el litio, los minerales y el petróleo. Además, sale beneficiado el otro gran rival de Estados Unidos, Rusia, en materia energética y geopolítica. Y también se legitima el papel de Irán, el otro gran enemigo sujeto a sanciones. En resumen: los tres principales “demonios” juntos.
Si bien es apenas el primer paso de un largo camino, y es muy pronto para prever los resultados concretos, en política los gestos y las declaraciones de principios e intenciones cuentan. Y más cuando se fundamentan en una visión del mundo y de las relaciones internacionales que resulta disruptiva con relación al actual statu quo.
Es un gran cachetazo para Estados Unidos. Porque otros países, unidos, se atreven a posar sus patas en lo que el imperio considera “territorio propio”. No sólo se abre el camino para incrementar el comercio y las inversiones chinas en “el patio trasero” del imperio. También se incorporan países que pertenecen a uno de los teatros de operaciones y de extracción de recursos indispensables para la estrategia de dominación imperial: Medio Oriente. Y se avanza, asimismo, en África, con la incorporación de Etiopía y Egipto, este último, un incondicional aliado de Estados Unidos. Pero quizás la incorporación más dolorosa para el imperio es la de Arabia Saudita, país amigo, aliado y fuente irremplazable de petróleo y dólares.
El grupo ampliado incluye a tres de los mayores productores mundiales de petróleo: Arabia Saudita, Emiratos Árabes e Irán.
Desde el 1° de enero de 2024, Argentina, Arabia Saudita, Irán, Emiratos Árabes, Egipto, y Etiopía se convertirán en miembros de pleno derecho de este grupo, nacido en 2006 con el acuerdo entre Brasil, Rusia, India y China, al que se sumó Sudáfrica en 2011.
La potenciación de la alianza tiene implicancias geopolíticas (multipolaridad versus unipolaridad), comerciales (reconfiguración del esquema mundial de exportaciones e importaciones), energéticas (recursos naturales), y financieras (reemplazo del dólar por el yuan y las monedas nacionales). La idea del grupo es crear alternativas al sistema financiero mundial, profundizar el proceso de desdolarización ya en marcha, y competir con el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial a partir de una nueva concepción de los créditos y los préstamos, para que dejen de ser una herramienta de injerencia imperial.
“Lo que pasa con el FMI es similar a lo que pasa con su dueño principal, Estados Unidos. No tiene capacidad de construcción positiva en nuestra región, pero tiene una importante influencia en materia de daño”, escribió Ricardo Aronskind en El Cohete a la Luna.
Según informó el sitio de noticias argentino El Destape, cuatro de los seis países incorporados están en graves dificultades económicas. Argentina está asfixiada por el Fondo Monetario Internacional (FMI) para sobrellevar la masiva deuda tomada por el anterior gobierno de Mauricio Macri. Egipto es el segundo deudor más importante del Fondo (después de Argentina) y también está en una puja con ese organismo de crédito en medio de un contexto de inflación. Irán no logra recuperarse de la crisis de inflación, devaluación y achicamiento de la economía que profundizó el derrumbe del acuerdo nuclear cuando el gobierno de Donald Trump lo abandonó unilateralmente y reinstaló las sanciones comerciales y financieras a la República Islámica, limitando nuevamente su comercio exterior. Y Etiopía, el segundo país más poblado de África, sede de la Unión Africana, y una de las economías que más crece de ese continente, negocia actualmente con el FMI un préstamo de 2.000 millones de dólares para hacer frente a su creciente deuda externa.
Estos cuatro países endeudados tienen otro elemento en común: en los últimos años aumentaron su vínculo comercial con China. Argentina, Irán y Etiopía ya tienen a China como principal socio comercial.
En cuanto a la desdolarización del comercio internacional, Argentina, Irán y Rusia ya utilizaron yuanes de China para pagar importaciones. Irán se sumó al llamado de Rusia para comerciar en rublos y así evitar las sanciones impuestas por las potencias occidentales por la invasión a Ucrania. Por su parte, Egipto anunció en junio que están planeando pagar las importaciones indias, chinas y rusas con monedas locales. “Nada se implementó aún, pero hay discusiones para que podamos comerciar con monedas locales de estos países”, explicó el ministro de Abastecimiento y Comercio Exterior de Egipto, Ali Moselhy, en declaraciones a la agencia Reuters reproducidas por El Destape.
Putin no concurrió a la cumbre, pero en un mensaje pregrabado saludó el Nuevo Banco de Desarrollo de los BRICS, como alternativa a las instituciones financieras occidentales, y predijo el declive del dólar estadounidense, informó el sitio de noticias de la Unión Europea Euronews.
El Nuevo Banco de Desarrollo del BRICS (NBD BRICS), antes conocido como el Banco de Desarrollo del BRICS, es una entidad fundada por las naciones integrantes del grupo, con sede central en Shanghái, China. Su actual presidenta es la ex mandataria brasileña Dilma Rousseff.
Los líderes de los BRICS acordaron la creación de un banco de desarrollo durante la V Cumbre BRICS celebrada en marzo de 2013, como una alternativa al Banco Mundial o al Fondo Monetario Internacional. Buscaban un fondo común que financiase inversiones recíprocas y una alternativa a los organismos financieros internacionales tradicionales (que controlan la política y la economía mundial) dominados por Estados Unidos y la Unión Europea.
“El proceso objetivo e irreversible de la desdolarización de nuestros vínculos económicos está ganando impulso, se están haciendo esfuerzos para desarrollar mecanismos eficaces para las operaciones mutuas y el control monetario y financiero. Como resultado, la cuota del dólar en las operaciones de exportación e importación en el marco de los BRICS está disminuyendo”, dijo el mandatario ruso en su discurso en la cumbre.
Putin aseguró además que su país “está a favor de establecer una cooperación más estrecha en el marco de BRICS para el suministro fiable e ininterrumpido de recursos energéticos y alimentarios a los mercados mundiales”, y explicó que Rusia está incrementando los suministros de combustible, productos agrícolas y fertilizantes a los países del sur global. Destacó además que su país “contribuye en gran medida a reforzar la seguridad alimentaria y energética mundial, y combatir la pobreza y el hambre en los países más necesitados”. E insistió en que Rusia está capacitada para sustituir al grano ucraniano en el mundo, tanto a nivel comercial como gratuito en concepto de ayuda humanitaria.
El mandatario ruso explicó que los cinco países que integran los BRICS (antes de la ampliación) superan a los países del G7 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido) “en paridad de poder adquisitivo” y consideró un proceso “irreversible” la renuncia al dólar en los intercambios y transferencias entre Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. “Como resultado, el porcentaje del dólar en las operaciones de exportación e importación en el marco de BRICS disminuyó. El pasado año ascendió sólo al 28,7 por ciento”, destacó con referencia al grupo de países.
Por su parte, el mandatario chino puntualizó: “Forjaremos asociaciones estratégicas más fuertes. Expandiremos un modelo BRICS-plus, avanzaremos activamente en la expansión de la membresía, profundizaremos la solidaridad y la cooperación con otros mercados emergentes y países en desarrollo”.
Xi consideró que “no se trata de un ejercicio para pedir a otros países que tomen partido ni para crear bloques de confrontación, sino más bien un esfuerzo para ampliar la arquitectura de la paz y el desarrollo en el mundo. Cualquiera que sea la resistencia que surja, los BRICS son una fuerza positiva y estable para el mundo. Seguiremos creciendo”, indicó el líder chino, según reprodujo Página 12.
Lula afirmó que “los BRICS pasaron a ser una cosa más poderosa, más fuerte, más importante. Creo que el mundo no será el mismo después de la ampliación de los BRICS, en las discusiones económicas globales”, informó el sitio ruso RT.
“Ahora el BRICS es más fuerte que el G7. En 1995, los países del G7 tenían el 45 por ciento de participación en el PIB mundial por paridad de compra y el BRICS el 16 por ciento. Ahora el BRICS tiene el 32 por ciento y el G7 el 29 por ciento”, agregó.
“El continente africano es de mucha pobreza. Y el problema es que casi todos los países le deben mucho al FMI y la cantidad de intereses que pagan les impide invertir en cualquier otra cosa”, afirmó el mandatario en su transmisión semanal por redes sociales”, señaló Lula.
“Putin aprovecha cumbre del BRICS para justificar guerra de Rusia en Ucrania”, tituló el sitio de noticias estadounidense Voz de América. “El presidente Vladimir Putin aprovechó un discurso en una cumbre de líderes del BRICS este miércoles para defender la guerra de Rusia en Ucrania y elogiar al grupo como contrapeso al dominio global de Estados Unidos”, señala la nota.
Hablando por videoconferencia, Putin repitió la narrativa del Kremlin de que su invasión, condenada por Ucrania y Occidente como una apropiación imperialista de tierras, fue una respuesta forzada de Rusia a las acciones hostiles de Kiev y Washington.
“Quiero señalar que fue el deseo de mantener su hegemonía en el mundo, el deseo de algunos países de mantener esta hegemonía lo que condujo a la grave crisis en Ucrania”, dijo el mandatario ruso, según reprodujo el medio estadounidense.
La Voz de América (en inglés: Voice of America, VOA) es una emisora internacional financiada por el gobierno federal de Estados Unidos.
“La expansión de los BRICS es una gran victoria para China. Pero, ¿puede realmente funcionar como contrapeso a Occidente?” tituló el sitio de noticias de la cadena estadounidense CNN.
La nota firmada por Nectar Gan asegura que “para Beijing, así como para Moscú, la expansión es parte de su campaña para convertir la agrupación económica flexible en un contrapeso geopolítico para Occidente; y para instituciones occidentales como el G7”, y considera que esa misión se volvió aún más urgente durante el año pasado dada la creciente rivalidad de China con Estados Unidos.
“Como lo demuestra la expansión de los BRICS y la larga lista de espera para unirse, la oferta de Xi de un orden mundial alternativo está encontrando oídos receptivos en el Sur Global, donde muchos países se sienten marginados en un sistema internacional que consideran dominado por Estados Unidos y sus aliados ricos”, indica la nota.
Los medios hegemónicos europeos tampoco tuvieron una mirada amable hacia la cumbre. Por ejemplo, el sitio de noticias francés France 24 tituló “El bloque de los BRICS se amplía a pesar de las divisiones internas y la tensión global”.
“Los países BRICS tienen economías muy diferentes y gobiernos con objetivos de política exterior a menudo divergentes, un factor que complica el modelo de toma de decisiones por consenso del bloque”, señala el medio francés.
“Aunque alberga alrededor del 40 por ciento de la población mundial y una cuarta parte del Producto Interno Bruto (PIB) global, las divisiones internas han obstaculizado durante mucho tiempo las ambiciones de los BRICS de convertirse en un actor importante en el escenario mundial”, asegura France 24, al tiempo que agrega que el deseo regularmente repetido por sus Estados miembros de abandonar el dólar, por ejemplo, nunca se ha materializado. “Y su logro más concreto, el Nuevo Banco de Desarrollo, ahora está luchando frente a las sanciones contra Rusia, su accionista fundador”.
Fuente : redaccionrosario.com
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