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Un nuevo capítulo en las relaciones entre Estados Unidos y China bajo el presidente Joe Biden tuvo un comienzo accidentado el miércoles cuando su administración criticó las sanciones de Pekín a los ex funcionarios de Trump y los medios de comunicación estatales chinos emitieron una serie de advertencias sobre el "resultado final" del país.

Al discutir la relación futura entre Washington y Beijing el día de la inauguración, el Ministerio de Relaciones Exteriores de China pareció hacer grandes esfuerzos para separar la nueva administración estadounidense de la anterior, a la que los funcionarios chinos han culpado de llevar a Estados Unidos por un camino de hostilidad durante los últimos cuatro años.

Minutos después de que Biden tomara juramento como el 46 ° presidente de los Estados Unidos , China anunció una serie de sanciones contra 28 funcionarios que trabajaron bajo el ex presidente Donald Trump . El principal de la lista de "políticos anti-China" era el secretario Mike Pompeo , un crítico vocal del gobernante Partido Comunista de China, cuyos enfrentamientos más recientes con Beijing involucran a Hong Kong , Xinjiang y Taiwán .

Las sanciones, que prohíben a los funcionarios estadounidenses viajar y hacer negocios en China continental, Hong Kong y Macao, fueron un castigo por sus esfuerzos por "interferir en los asuntos internos de China" y "socavar las relaciones entre China y Estados Unidos", según un comunicado publicado. a cargo del Ministerio de Relaciones Exteriores.

Los analistas citados por los medios de comunicación estatales chinos dijeron que las últimas contramedidas estaban destinadas a establecer una "línea de fondo" en las relaciones bilaterales ya tensas. También servirían como una advertencia al gabinete de Biden para que no siga el camino trazado por Trump.

Sin embargo, la administración Biden respondió rápidamente el miércoles condenando las sanciones de Beijing. La portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, Emily Horne, dijo a Reuters que la medida era "improductiva y cínica".

"La imposición de estas sanciones el día de la inauguración es aparentemente un intento de jugar con las divisiones partidistas", dijo Horne.

"Los estadounidenses de ambos partidos deberían criticar esta medida cínica e improductiva. El presidente Biden espera trabajar con los líderes de ambos partidos para posicionar a Estados Unidos para que supere a China", agregó.

Oficialmente cauteloso

La declaración de Horne parecía hablar de una visión bipartidista ahora ampliamente reconocida sobre China y su caracterización entre los legisladores de partidos cruzados como la principal amenaza estratégica de Estados Unidos en el futuro.

Los principales nominados del gabinete del presidente Biden —Antony Blinken en el Departamento de Estado , Lloyd Austin en el Pentágono y Janet Yellen en el Tesoro— han expresado puntos de vista que describen a Beijing como un serio desafío para la seguridad y estabilidad económica de Estados Unidos y sus aliados.

Tomadas en su esencia, sus preocupaciones parecían estar alineadas con las de la administración anterior, pero China no ha reconocido, al menos no públicamente, que la administración demócrata de Biden, aunque probablemente busque un terreno común, encontrará muchas de las políticas del liderazgo chino irreconciliables. con los suyos.

Cuando se le preguntó el miércoles sobre la denuncia inequívoca del propio presidente Biden sobre el trato de Pekín a los musulmanes uigures en la región noroeste de Xinjiang , la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Hua Chunying, esquivó la pregunta y volvió a centrarse en la administración anterior y especialmente en el secretario de Estado Pompeo.

Hua, quien describió a Pompeo como un "payaso condenado", sugirió que el exjefe del Departamento de Estado y otros políticos "anticomunistas" en Washington habían engañado a Estados Unidos sobre Xinjiang, lo que llevó a "errores fundamentales en su percepción estratégica de China".

China espera que la administración Biden tome "decisiones racionales y precisas sobre Xinjiang y otros temas importantes", agregó.

Hua dio una respuesta similar cuando se le preguntó sobre el secretario de Estado designado Blinken, quien en su audiencia de confirmación el martes dijo que no tenía "ninguna duda" sobre el "mayor desafío" que China planteaba a los intereses estadounidenses. Blinken también expresó su acuerdo con la postura endurecida de la administración Trump sobre China , así como con su clasificación de violaciones de derechos humanos en Xinjiang como "genocidio".

Hua no respondió directamente a los comentarios de Blinken, solo dijo que esperaba que Estados Unidos "adoptara una perspectiva correcta" sobre China.

El Consejo de Asuntos de Taiwán de Beijing adoptó un enfoque igualmente cauteloso, visto entre los comentaristas chinos como la forma del gobierno de dejar espacio para que Biden enmiende las relaciones. El portavoz Zhu Fenglian apoyó las sanciones contra los exfuncionarios estadounidenses, entre ellos el asesor de seguridad nacional de Trump, Robert O'Brien, y su adjunto Matthew Pottinger.

Keith Krach y Alex Azar, dos funcionarios a nivel de gabinete que visitaron Taiwán el año pasado, también hicieron la lista, al igual que Kelly Craft, el ex embajador ante las Naciones Unidas cuya visita a Taipei este mes fue cancelada en el último minuto.

El público de Taiwán, que se había acostumbrado tanto al apoyo vocal de la administración Trump, encontró que su confianza en el presidente más moderado Biden se restableció repentinamente cuando se anunció que Hsiao Bi-khim, el embajador de facto de la nación isleña en los EE. UU. sido invitado a la inauguración el miércoles.

Cuando Estados Unidos cambió las relaciones diplomáticas para reconocer a Beijing en 1979, Washington y Taipei comenzaron a mantener una relación no oficial ese mismo año.

Fuente(Nota completa) : newsweek.com