Como mucha gente, vi con mi familia la película Dont Look Up: Cosmic Denial /No mires arriba, con Jennifer Lawrence y Leonardo DiCaprio, transmitida el 24 de diciembre de 2021 en Netflix. Rápidamente escuché a mis hijas, estudiantes, decir: “¡Oye, mamá, es lo mismo que pasa con el cambio climático!”
El director Adam McKay mezcla “lo absurdo, lo cómico, con un dolor muy real”, para reflexionar sobre nuestra capacidad de actuar frente a una amenaza grave, y enfatizar la necesidad de “toma de conciencia, voluntad y acción”.
Me gustaría compartir aquí las reflexiones que esta película me inspiró, como científica del clima comprometida con el intercambio de conocimientos científicos, con respecto a mis experiencias personales en la interfaz entre la ciencia y la sociedad.
La sensación de vivir una tragedia griega
Esta sátira oscura juega con los resortes clásicos (transposición, exageración) para denunciar una mascarada social marcada por la negación, la vanidad, la codicia y la pérdida de un sentido del interés general.
El personaje de Kate Dibiasky, la joven estudiante de doctorado interpretada por Jennifer Lawrence que descubre el cometa y se da cuenta de que se dirige directamente a la Tierra, me conmovió particularmente.
Por sus dudas, por su cuestionamiento sobre la forma correcta de expresarse, por su capacidad para cuestionarse a sí misma. Pero también por su desesperación de no tener éxito en hacerlo mejor, el sentimiento de experimentar una tragedia griega anunciada, sin ver nunca llegar la reacción y el liderazgo necesarios.
La película muestra la brecha, que a menudo he sentido, entre la investigación científica, los medios de comunicación y el poder político. Por lo tanto, plantea la cuestión de capacitar a los científicos para que se expresen en los medios de comunicación, y la dificultad de los periodistas o responsables políticos para integrar el conocimiento científico.
¿Deberían los científicos mantenerse fríos, distantes, racionales? ¿Son menos creíbles cuando dejan que se transparenten sus emociones?
Este tema es aún más delicado para las mujeres (científicas) que, cuando expresan sus emociones, pueden verse tratadas rápidamente como histéricas. He vivido mal que me llamaran “pasionaria del clima”, un término que no tiene equivalente para un hombre - creo que en este caso hablaríamos de científico comprometido...
Tres minutos para presentar un informe del IPCC
La película también muestra la brecha entre la forma en que trabajan los científicos y los raros y breves momentos de intercambio con los responsables políticos, que a veces se basan más en una opinión individual que en una base sólida de conocimiento. ¡Así, a veces tenía tres minutos para presentar un informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, IPCC, a un Jefe de Estado!
Desafortunadamente, como he podido constatar, la gran mayoría de los tomadores de decisiones no leen los resúmenes para los tomadores de decisiones del IPCC. Espero que algunos de sus asesores los lean, pero me pregunto qué se les pasa...
La película también muestra cinismo y negación de responsabilidad, la falta de capacidad para analizar una situación sin precedentes y los riesgos asociados con las opciones de acción y su posible fracaso, la incapacidad de proyectarse y la cruel falta de liderazgo, ilustrando de pasada cómo los científicos pueden encontrarse instrumentalizados en un storytelling, narración, política.
Más de una vez, ojalá hubiera podido decir, tan crudamente como Kate Dibiaski: “¿Me estás tomando el pelo, joder?”, pero eso me habría demandado que saltarme la cortesía y el respeto por las y los demás que me construyeron.
Falsas buenas soluciones tecnológicas
Particularmente gratificante, el personaje de Peter Isherwell (Mark Rylance), un multimillonario tecnológico, convence a la presidenta de los Estados Unidos (interpretado por Meryl Streep) de retrasar una acción inmediatamente factible para desviar el cometa. Por lo tanto, impone una solución a partir de tecnologías no probadas que le permitan explotar los minerales raros contenidos en el cometa.
Este personaje defiende un tipo recurrente de discurso sobre las llamadas tecnologías futuras, con viabilidad no demostrada y efectos indeseables no evaluados. Estos discursos de inacción toman muchas formas. Entre ellas se encuentra una forma de optimismo tecnológico, en detrimento de la delicada construcción de estrategias a partir de las palancas de acción disponibles hoy en día, teniendo en cuenta sus efectos indeseables y las necesarias medidas redistributivas.
He observado repetidamente este tipo de actitud que combina cinismo, codicia y falta de empatía, en discusiones informales antes o después de mesas redondas con contenido muy educado relacionado con las finanzas, la tecnología, la innovación, las grandes empresas.
También es muy sorprendente observar los planes de acción de los sectores de actividad que emiten muchos gases de efecto invernadero, como los combustibles fósiles y el transporte aéreo, que hacen un uso masivo de tecnologías que supuestamente permiten eliminar el CO2 de la atmósfera en lugar de descarbonizar rápidamente sus actividades, y su rechazo de las limitaciones necesarias para reducir la demanda.
Desinformación como un reguero de pólvora
La película ilustra bien las deficiencias de la sociedad del espectáculo y del consumismo, la forma en que funcionan ciertos medios, la desinformación que se propaga más rápido que el conocimiento sólidamente establecido.
Yo también he sufrido esta disonancia: ¿cómo puedo abordar los graves problemas relacionados con el cambio climático en una esfera de los medios poblada por personalidades que a menudo se miran el ombligo, y que favorece la distracción, la controversia y el simplismo, entre dos anuncios publicitarios que presionan a consumir y emitir cada vez más?
Por ejemplo, el último informe del IPCC se publicó el día en que se anunció la transferencia de Lionel Messi al PSG. En vuestra opinión, entre el destino de un jugador de fútbol y el del planeta, ¿qué fue lo más destacado en los medios?
Los límites de la analogía con el calentamiento global
Dicho esto, la analogía entre la amenaza de un cometa y la del cambio climático está lejos de ser perfecta. Este artificio escénico sugiere que todos nos enfrentamos al mismo peligro, con una respuesta binaria: todos ganamos o lo perdemos todo.
En cuanto al clima, la realidad es mucho más compleja, con importantes problemas relacionados con la naturaleza desigual de las responsabilidades, de las vulnerabilidades, de los impactos y capacidades de acción, tanto entre individuos como entre países.
La ausencia de estos aspectos de la justicia climática ha llevado a reaccionar a investigadores de ciencias sociales, como Stefan Aykut, especialista en negociaciones climáticas internacionales.
Estas cuestiones serán objeto de los grupos 2 (vulnerabilidades, impactos, riesgos, opciones de acción de adaptación) y 3 (emisiones de gases de efecto invernadero, opciones de acción de mitigación) del IPCC, previstos para el 28 de febrero y el 4 de abril de 2022.
En este contexto, No mires arriba pone el acento en los individuos y el poder (la cumbre estatal, la televisión, los multimillonarios tecnológicos), en detrimento de todo lo que hace la sociedad, incluidas las organizaciones colectivas y los mecanismos de solidaridad.
Salir de la negación, ¿por dónde?
Esto plantea, implícitamente, la cuestión de saber de dónde podría venir una reacción colectiva para salir de la negación.
Por ejemplo, cuando las encuestas de opinión muestran que el cambio climático es una preocupación importante, ¿por qué no es objeto de serias preguntas a las y los candidatos en cualquier elección?
¿Cuáles son las propuestas para prepararnos para las consecuencias inevitables de un clima que está cambiando, cuáles son las propuestas para hacer nuestra contribución a la disminución indispensable y rápida de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero? ¿Qué futuro queremos construir, en lugar de mirarnos el ombligo?
La realidad, por desgracia, a veces es peor que la ficción: la película solo muestra parcialmente el cinismo de quienes se aprovechan del statu quo, o el papel de los comerciantes de la duda que construyeron desinformación y greenwashing/lavado verde para sembrar confusión y salvaguardar sus ganancias.
El ejemplo del informe especial del IPCC de 2018
Por ejemplo, en la COP21 (2015) y en virtud del Acuerdo Climático de París, todos los países habían pedido al IPCC que publicara un informe especial sobre un calentamiento de 1,5 °C.
Esta evaluación del estado del conocimiento, que requirió un trabajo colosal en poco tiempo, se finalizó en 2018 y fue aprobada por todos los países (¡fue un poco rockn roll!). Lo resumo diciendo que cada medio grado cuenta, cada año cuenta y cada decisión cuenta; el informe 2021 agrega que todas las regiones están concernidas, y cada tonelada de CO2 cuenta... Todo está aquí, en el sitio web del IPCC y en mis hilos de Twitter.
En definitiva, cuando se presentó este informe especial a la COP24 en 2018, 4 países (incluidos, en ese momento, los Estados Unidos, Rusia y Arabia Saudita) hicieron todo lo posible para garantizar que sus conclusiones no se incorporaran a las decisiones de la Convención de las Naciones Unidas.
Esto también ilustra los desafíos planteados por las relaciones entre el estado del conocimiento científico y cómo éste puede ser instrumentalizado o, si molesta, ignorado.
Las cosas han mejorado un poco desde entonces, ya que la decisión de la COP26 de noviembre de 2021 comienza con "ciencia y urgencia", destacando la urgencia de acelerar la acción por el clima.
Un éxito a seguir
Concluyo enfatizando que la sátira y la risa son grandes palancas para estimular la reflexión y el pensamiento crítico y la curiosidad.
En este sentido, será interesante seguir el número de visualizaciones de una película como No mires arriba en comparación con las de documentales como Before the Flood de Leonardo DiCaprio en 2016.
¿Permitirá esta película llegar a un público más amplio, o es una distracción que centra el debate en la película y no en los problemas fundamentales? En cualquier caso, observo que mis comentarios sobre esta película, publicados en Twitter, han generado más reacciones en un solo día que mi resumen del informe del IPCC de este verano ¡en casi cinco meses!.
06/01/2022
https://theconversation.com/dont-look-up-la-satire-peut-elle-conduire-a-un-sursaut-174475
Valérie Masson-Delmotte, investigadora en ciencias del clima, copresidenta del Grupo de Trabajo I del IPCC, directora de investigación del CEA (Comisión de Energía Atómica), Université Paris-Saclay.
Fuente :
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