Mientras las jugadoras de baloncesto, balonmano, waterpolo y hockey brillaban en todas las competiciones mundiales, las futbolistas de España odiaban el deporte que practicaban. Por Daniel Héctor Saban
“No las llames chicas, llámalas futbolistas”, cuenta las problemáticas que debieron sobrellevar en la época en que Ángel María Villar ejerció cómo presidente de Real Federación Española de Fútbol (RFEF) y su selección femenina era dirigida por Ignacio Quereda
A las mujeres les costó mucho tiempo poder demostrar que les atrae el fútbol, lo entienden y lo pueden jugar. Las futbolistas sufrieron en España la marginación de la dictadura y el machismo de la sociedad. Se debe pasar del maltrato al fútbol practicado por mujeres a la dignificación del oficio.
El fútbol femenino vive una época de expansión en España, pero aún mantiene una realidad muy distinta cuando lo practica un hombre a cuando lo hace una mujer. “La generación de jugadoras que encabezan Jennifer Hermoso, Alexia Putellas o Irene Paredes ya son las referentes de muchas niñas que no quieren solo jugar al fútbol, sino que desean vivir de él”, sostiene la presentadora a través de sus páginas.
Hoy sus selecciones están en la élite, con mujeres profesionales que se dedican solo a empujar una pelota, pero el trayecto ha sido largo y pedregoso. A principios de la década del setenta, las españolas no podían efectuar la apertura de una cuenta bancaria sin el permiso de su marido, que una adolescente pateara una pelota era mirado casi cómo un acto de subversión.
En febrero de 1971, pudieron celebrar al fin, el encuentro inaugural de la selección femenina española en el estadio de la Condomina, en Murcia, ante unas 3.000 personas en el cual empataron con el seleccionado de Portugal.
Ignacio Quereda, ha quedado al descubierto en el libro en el que se muestra tal como si fuera una radiografía, el fútbol femenino en España, durante el periodo en el cual fue su entrenador. Transcurría en el año 2015, cuando las jugadoras internacionales solicitaron la dimisión de su seleccionador.
El entrenador de fútbol femenino, estuvo en su cargo desde el año 1988 hasta el 2015, y pudo lograr que jugadoras con un talento descomunal llegaran a odiar el balón. Esto es lo que relatan ellas mismas en el libro No las llames chicas, llamalas futbolistas. Durante ese lapso, España coleccionó todo tipo de medallas con sus jugadoras de baloncesto, balonmano y otros deportes. Brillaron en los mundiales europeos y en los Juegos Olímpicos, en todos los deportes en los cuales compitieron salvo en el balompié.
El primer éxito de la selección no llegó hasta la Eurocopa de 1997, con Quereda en el banquillo, que no conocía el fútbol femenino cuando fue nombrado. En esa Euro, disputada en Suecia y Noruega se logró una medalla de bronce, aunque de los cuatro partidos solo se ganó uno. Recuerda el entrenador que “habíamos incorporado a jugadoras que estaban fuera de España”.
Ya en 1996, la plantilla había publicado un comunicado en el que acusaban a Quereda de menospreciar al fútbol femenino, de tratar mal a las deportistas y de abusar de su autoridad. El presidente de la federación Ángel María Villar lo guardó en la papelera del olvido.
De la mano de Jorge Vilda, la selección española ha subido peldaño a tras peldaño y se ubica en el top ten del ranking FIFA. El cuerpo técnico se ha profesionalizado, con especialistas en nutrición, fisioterapia, psicología, etc.
Con el fútbol femenino nadie contaba. Quereda su entrenador y Villar el Presidente de la RFEF, ignoraban a las futbolistas. El machismo y la homofobia estaban presentes en el día a día de las representantes femeninas.
Después de 27 años, el seleccionador de fútbol femenino, fue destituido de su puesto, debido a la rebelión de sus propias dirigidas, al concluir el mundial de Canadá. En este evento, las futbolistas españolas fueron eliminadas en la primera fase del campeonato sin lograr ganar ningún partido.
Sus jugadoras, sostenían que “no sabe entrenar, nos coacciona y hasta los utileros le tienen miedo”. Las futbolistas, afirmaban que no sabía cómo preparar los partidos, y eran ellas quienes se debieron abocar a conseguir los videos de sus rivales para poder estudiar las técnicas de los equipos a los cuales debían enfrentar.
A partir de ese momento de rebelión, empezó una nueva etapa en la selección femenina de fútbol, logrando sin ir mucho más lejos, las seleccionadas de la sub-17 el título de campeonas de Europa en su categoría. Ese trofeo fue obtenido bajo la conducción de la primera mujer seleccionadora de fútbol en España.
Maria Antonia “Toña” Is Piñera, logró dirigiendo el equipo español femenino de fútbol, aparte de la copa mundial sub 17, un oro y dos platas en la Eurocopa, además de un bronce mundial. Sin embargo Toña deja la RFEF sin que en el comunicado oficial se especifique el motivo de su adiós. La veterana seleccionadora fue destituida de un día para otro, no para impulsar el fútbol femenino, sino para no obstaculizar el poder concedido a Jorge Vilda, quien fue designado como seleccionador femenino del equipo de fútbol de España tras el retiro de Quereda en 2015.
Toña fue incluida entre las diez candidaturas al premio “The Best” a la mejor entrenador/a de la temporada 2018-19 junto a la seleccionadora femenina italiana Milena Bertolini, Jill Ellis seleccionadora estadounidense, Joe Montemurro entrenadora del Arsenal y Sarina Wiegman seleccionadora de Holanda. A pesar de sus méritos fue desplazada de su cargo.
Por ese motivo, se le anunció, a Jorge Vilda su nuevo cargo por teléfono comunicando al nuevo seleccionador que “mañana hablamos de todo, pero quiero que sepas que se va a hacer público que eres el nuevo entrenador del equipo absoluto”
“No las llames chicas, llamalas futbolistas”
El libro fue escrito por la periodista Danae Boronat, y en el mismo destapa una época con asombrosa falta de visibilidad de las jugadoras, frente a situaciones que se consideraban normales en aquellos tiempos. En su texto, ha sacado a la luz las permanentes vejaciones a que fueron sometidas las españolas durante casi tres décadas.
Las actitudes machistas y homófobas que recopila el texto son mucho más elocuentes que las opiniones que se habían vertido sobre el director técnico hace seis años, cuando las deportistas españolas habían solicitado por carta su desvinculación.
Hoy ha cambiado la mirada social, y ya no tienen temor a represalias y a experimentar vergüenza. En la actualidad existen muchos Queredas en el fútbol, no constituyendo un caso aislado en el deporte.
Vicky Losada, capitana del Barcelona, en el libro relata cómo había querido erradicar el “lesbianismo y los malos hábitos” del mundo del fútbol. Es así como se recuerda expresiones machistas del entrenador cómo cuando sostenía que “a ti lo que te falta es un buen macho”, según el recuerdo que aporta Veronica Boquete o cómo cuando le levantaba la camiseta a Marta Corredera para ver si tenía el piercing en el ombligo, que la obligaba a sacárselo por propia iniciativa al llegar a la concentración para poder decirle”, Ya no lo llevo, ya no me la levantes más”.
Roser Serra, arquera de la Roja en la Eurocopa 1997, sostuvo en aquel momento expresaron que el seleccionador las maltrataba psicológicamente, pero la denuncia pasó desapercibida por las autoridades. Losada, años más tarde declaraba al medio deportivo español Marca:”nos trata como niñas, no cómo profesionales, qué es lo que somos. Ya no se trata de fútbol, sino de educación y respeto”.
Parece ser que a la Federación le iba bien, tener alguien con esas características a pesar de los magros resultados deportivos obtenidos, para que las jugadoras no tuvieran exigencias desmedidas.
El terreno, que han ido ganando las futbolistas en busca de una igualdad tanto profesional como en derechos adquiridos por la mujer a través de todos los años transcurridos, permiten una exposición de la problemática existente tiempo atrás.
Son las mismas jugadoras que han manifestado las duras experiencias que han debido sobrellevar para poder ser parte de un seleccionado femenino de fútbol.
En el libro se encuentran exposiciones de grandes jugadoras españolas cómo Jenni Hermoso, Irene Paredes, Alexia Putellas, Vero Boquete, Aitana Bonmati y Nahikari García.
La pandemia piensa, la autora, ha favorecido para crear el clima necesario de relajación y de intimidad preciso para que las profesionales pudieran relatar situaciones que les habían ocasionado un daño inmenso.
Sostiene Danae que “con la profesionalización del Atlético y del Barcelona, con los primeros éxitos de la selección… ellas se empiezan a sentir un poco más respetadas, más escuchadas”.
Danae Boronat, también se quejó de nuestro Leo Messi
Es una periodista y presentadora especializada en deportes, de la televisión española. Fue la primera mujer en narrar en TV un partido de la primera división. En su libro reclama a sus pares masculinos el compromiso por la igualdad de género.
La periodista remarcó que lo que más le impactó de los testimonios brindados por las futbolistas, fue: “la violencia verbal, humillaciones, falta de respeto, aludiendo al físico de las jugadoras o de su capacidad futbolística”. Recordó el día que Alicia Fuentes, que ya está retirada y encontrándose en un ascensor a solas con el entrenador, le pellizca el culo y le dice “¿Tú sabes cómo fecundan los gallos a las gallinas?”.
Boronat, ha dicho en un reportaje que: “no entiendo, como por ejemplo, Leo Messi, formando parte de un club cómo el Barcelona, no haya acudido a un partido a ver a las jugadoras. No me parece de buen compañero, no me parece solidario, tú tienes que apoyar a las jugadoras que son tus compañeras y hacen lo mismo que tú. El Barcelona femenino, desde que se profesionalizó, ha conseguido cosas importantísimas y ya es un referente en Europa”
Es necesario el espaldarazo de un jugador de la talla de Leo Messi, remarcando que otros cómo Iker Casillas, Andrés Iniesta, Antoine Griezmann y Borja Iglesias ya se lo han brindado.
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