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El propósito personal


03-04-2023 12:13:34
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No parece que la IA esté dispuesta a esperar para combinarse con los resultados de las investigaciones sobre el comportamiento. De hecho, en su aceleración descontrolada está utilizando modelos y teorías ampliamente superadas.

Motivar no es darle a una persona lo que quiere, sino ofrecerle lo que necesita para conseguir lo que desea.
Pero lo cierto es que la motivación debe tirar de un hilo que a menudo es muy frágil. Me refiero al Propósito personal. Ese motor que requiere una recarga periódica para ir ajustándose al entorno sin caer en el aburrimiento.

En el mundo empresarial, cuando se habla de motivación, se suele acceder a la interpretación de varias teorías, ya que habitualmente su prioridad es la de alcanzar una mayor productividad de forma continuada y satisfactoria para todas las partes implicadas.

Entre dichas teorías, está la famosa Pirámide de Abraham Maslow que registra una escalonada diversidad de necesidades a satisfacer para que el individuo alcance la cima de la Autogestión.

Así mismo, la teoría de los 2 Factores de F. Herzberg también sirve de aliento para detectar que la satisfacción y la insatisfacción no se trazan sobre líneas opuestas sino paralelas, mientras que la teoría X e Y de McGregor mostró su utilidad en el modelo de trato entre diferentes espacios dentro del organigrama. David McClelland también canalizó dicha satisfacción a través del logro, del poder y de la afiliación como elementos clave en el desempeño de la actividad laboral.

Como puede apreciar, la psicología de orden social ha trabajado duramente en estos aspectos tan importantes influyendo en las organizaciones y corporaciones durante décadas.

Un buen ejemplo de este enfoque lo tenemos en un libro de reciente publicación. Se trata de “La Alquimia de la Motivación” de mi buena amiga María Luisa De Miguel Corrales. Un texto inspirador que nos ofrece una clara descripción de la motivación proponiendo, además, diversos trayectos para maximizarla.

La excepción la encontramos en el psiquiatra Eric Bernstein. Su concepto “Caricia” como método de reconocimiento personal ha ido evolucionando hasta la personalización del trato desde el sujeto y no desde la empresa. Digamos que por primera vez se analiza a la persona para entender qué le motivará. Aquí es donde entran factores neurobioquímicos, no solo para explicar, sino para desarrollar los nuevos métodos motivacionales de forma customizada y precisa.

EL ENFOQUE BIOLÓGICO

Paradójicamente, esta revolución se gestó mucho antes que la explosión psicológica de principios del siglo XX.
¿Se acuerda de Iván Pávlov? ¿El de los perritos? Lo más seguro es que no sepa que su formación académica era la de Fisiólogo y que en el año 1904 recibió el premio Nobel por sus trabajos sobre la fisiología de la digestión.

Prestó atención a las reacciones de las glándulas salivares y casi por casualidad se encontró con el “reflejo condicionado”.

Curiosamente en el año 2000, el psiquiatra Eric Kandel recibió también el mismo galardón (Nobel en Medicina), adaptando en cierta manera los estudios de Pávlov con perros al comportamiento de un molusco tipo babosa (Aplysia Californica). En esta ocasión se trabajó con instrumentación, tecnología y metodologías evidentemente más modernas y de mayor precisión que permitían la visión molecular de los aspectos motivacionales.

Así mismo, tiene que saber que Otto Lewi fue un importante precursor de la teoría química de la transmisión nerviosa. Allá por 1921 descubrió la existencia del neurotransmisor acetilcolina. Ya después, a lo largo del siglo XX se determinaron muchas otras moléculas neurotransmisoras como es el caso de la norepinefrina (1946), la serotonina (1948), dopamina (1952), etc…

Como puede apreciar, la psicología social siguió su camino sin tener en cuenta estos descubrimientos. Digamos que ya se encontraba “lanzada” con un vigor nunca visto, en el que un escenario de espera (stand by) para combinarse con el desarrollo molecular suponía un freno de difícil accionamiento.

Precisamente de la condición bioquímica proceden tanto el Propósito personal, como la Satisfacción, ya que trata de elementos producidos molecularmente y canalizados a través de nuestros circuitos neurales.

EL ENFOQUE MATEMÁTICO

La biología molecular es de difícil acceso para la mayoría de las personas. Sobre todo, por su complejidad y no tanto por su complicación. El caso es que una cosa es poseer un método reduccionista que luego se extrapolará y otra bien distinta, simplificar las conclusiones hasta traicionar las premisas investigadoras.

Llamo su atención sobre que la relación entre un neurotransmisor y un comportamiento no existe como tal. Fíjese que la molécula norepinefrina, anteriormente comentada, posee ramificaciones en la amígdala, circunvolución del cíngulo, hipocampo, hipotálamo, neocórtex, médula espinal, tálamo, etc… Así es como se pasa de una visión reduccionista a una falsa.

Para clarificar dicha complejidad disponemos de los modelos matemáticos o algoritmos. Actualmente se han descrito las fórmulas de los 9 principales neurotransmisores que rigen el comportamiento: De esta manera, la formulación del propósito, de la satisfacción, de las emociones, etc… ya son un hecho.

EL ENFOQUE IA

La consecuencia lógica del conocimiento molecular y de los sofisticados modelos matemáticos es que la mente humana no juzgue ni se proponga analizar dicho propósito. Básicamente se trataría de una aberración ya que una persona con su propio modelo de pensamiento estaría evaluando a otra persona con otro modelo de pensamiento. Esta práctica desemboca en prejuicios, sesgos y aproximaciones subjetivas alejadas de la objetividad científica.

La cuestión es que la IA ha iniciado un camino muy parecido a la explosión psicológica social de principios del siglo XX. Creo que estamos condenados a cometer el mismo error 100 años más tarde. No parece que la IA esté dispuesta a esperar para combinarse con los resultados de las investigaciones sobre el comportamiento. De hecho, en su aceleración descontrolada está utilizando modelos y teorías ampliamente superadas.

Como le decía sobre la psicología social, la IA se encuentra “lanzada” con un vigor nunca visto, en el que un escenario de espera (stand by) para combinarse con el desarrollo molecular y la algoritmia supone un freno de difícil accionamiento.

Fuente : mundiario.com

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