“El programa Conectar Igualdad debe alcanzar a todo el sistema educativo. Es inentendible que se discrimine a las escuelas de gestión privada, especialmente aquellas que trabajan en contextos de vulnerabilidad y pobreza”, expresa un comunicado del Sadop Rosario difundido en las redes sociales.
“La educación es siempre pública más allá del tipo de gestión. Hay que pensar en los niños y niñas que más necesitan”, dice ese mismo mensaje replicado en las redes sociales.
Este miércoles 12 de enero, el Ministerio de Educación de la Nación anunció el regreso del Conectar Igualdad y, de acuerdo con el decreto 11/2022, la entrega de netbooks está orientada a las y los estudiantes de escuelas secundarias y especiales estatales de todo el país, también a sus docentes.
A través de las redes sociales, el secretario general del Sadop Rosario, Martín Lucero remarcó la idea de que el programa alcance a todo el sistema educativo. “Caso contrario…. ¿de qué igualdad hablamos?”, cuestionó.
Lucero recordó que el reclamo no es nuevo y se remitió a declaraciones realizadas en 2014, donde destacaban que “era injusto dejar afuera a los alumnos y las de las escuelas privadas especialmente en los sectores más postergados. Hoy seguimos sosteniendo lo mismo”.
Citó entonces un artículo publicado en el diario La Capital (Cuestionan que la entrega de netbooks sea por escuela y no por alumno, del 25 de junio de 2014), donde desde el sindicato docente se reclamaba “una política de igualdad en la distribución” de las computadoras.
“Es un acto de injusticia muy grande que lo que determine la entrega o no de una netbook sea la gestión de la escuela y no la necesidad del chico”, declaraba y se preguntaba “por qué el mismo Estado reconoce la Asignación Universal por Hijo (AUH) pero no la entrega de estas herramientas”.
Para graficar esa idea, Lucero decía que “la distribución de las netbooks debería contemplar una mirada universal sobre los más necesitados”. Y ponía como ejemplo de esa afirmación, “que escuelas tan pobres como las del padre Montaldo, ubicada en Ludueña, o Nuestra Señora de Itatí, en Las Flores, no ingresan en esta distribución, es decir a sus alumnos no les llegan las computadoras”.
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