uando las encuestas lo mostraban en caída o estancamiento de cara a las próximas elecciones, el candidato presidencial Javier Milei decidió forzar su dolarización, "aconsejando" no renovar los plazos fijos en pesos para incitar una huida al dólar, destruyendo en el proceso la capacidad adquisitiva de la población.
Tras haber sido el candidato más votado en las PASO, el efecto electoral y mediático proyectaba en sondeos un crecimiento notable del candidato de La Libertad Avanza de cara a los comicios generales. Algunas encuestas lo proyectaban con posibilidades de incluso ganar en primera vuelta.
Pero con el correr de las semanas su imagen se estancó y comenzó una progresiva caída en intención de voto. Al mismo tiempo, el candidato del oficialismo, Sergio Massa, registró un importante repunte a base de gestión y consolidación de una sólida campaña.
Por caso, el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (CELAG), realizó un promedio de diversas encuestas que posicionaban a Milei en primer lugar con un promedio del 35,1%. En segundo lugar, Massa con el 32,3% y creciendo, en parte por las medidas económicas. Y en un lejano tercer lugar, Bullrich con el 26,5% y estancada desde hace bastante tiempo. Con estos números hay un empate técnico entre La Libertad Avanza y Unión por la Patria, entrando ambos a un balotaje.
Paralelamente, en las últimas horas, el periodista de El Destape Sin Fin, Roberto Navarro comentó que le habían llegado números de una encuestadora que lo posicionaba a Massa primero sobre Milei por unas décimas.
Mucho más allá fue un sondeo nacional publicado a fines de septiembre por la consultora Atlas Intel, que en aquel entonces auguraba que la mayoría de los encuestados indicó que votaría a Massa (30,7%). En segundo lugar se ubicó Javier Milei, con 27,9% de intención de voto, ligeramente por encima de Bullrich, que obtuvo el 27,7% de los votos de la muestra.
Más allá de las discrepancias numéricas, el promedio daba un resultado claro: Massa se acercó, igualó o incluso podría haber superado a Milei en intención de voto, y se habría allanado el camino para una segunda vuelta en noviembre.
De allí, que el candidato libertario en las últimas horas decidió desestabilizar la economía para autocumplir su profecía dolarizadora, dinamitando el bolsillo de los argentinos en el proceso.
Ahora Milei planteó que la gente saque sus pesos de los bancos para comprar dólares. Y desaconsejó la renovación de los plazos fijos en pesos, una "advertencia" que alimenta las versiones que indican que uno de los mecanismos que más probablemente utilice Milei para "dolarizar sin dólares" sea aplicar un "Plan Bonex". Cabe recordar que tal plan ejecutado durante el primer gobierno de Carlos Menem -reivindicado por Milei como "el mejor de la historia argentina"- fue el canje forzoso de plazos fijos -es decir, la apropiación de los ahorros de los argentinos- por bonos a pagar en dólares a 10 años.
Lo cierto es que los comentarios de Milei fogonearon aún más la inestabilidad cambiaria, y como consecuencia se produjo una corrida que llevó al blue a 945 pesos, y este martes ya trepa a los $1.050.
El candidato por UP salió duro a responderle al libertario: “Por un voto más está timbeando los ahorros de la gente”. Aun así, recalcó que los ahorros “están seguros” y el Banco Central sacó un comunicado para sumar tranquilidad.
En concreto, lo que busca Milei es posicionarse como ganador de las elecciones del 22 de octubre, y en ese contexto "aconseja" a los argentinos dolarizarse ahora -y a un menor precio- que esperar a que efectivamente sea presidente electo y la dolarización sin dólares sea un hecho inevitable.
Todo esto va en sintonía con lo expresado por el propio Milei hace una semana, cuando tras almorzar con empresarios se sinceró: . "Cuanto más alto esté (el dólar), es más fácil dolarizar".
Lo que quizás Milei no percibe -o no le interese- es que, a medida que se dispara el dólar financiero y blue, se licúan los pasivos del Banco Central, las Leliq, caen los depósitos en pesos, cae la demanda de dinero, vuelan los precios inflacionados y se retroalimenta el movimiento devaluatorio. En pocas palabras, toda la población es un poco más pobre cada día. El plan dolarizador de Milei es a costa del bolsillo de sus propios votantes.
Lo cierto es que con sus comentarios irresponsables en materia cambiaria, Milei se acerca a lo que en Economía se conoce como "profecía autocumplida". Se trata en sí una predicción que, una vez hecha, es en sí misma la causa de que se haga realidad. Resumiendo: Si Milei asegura que será el ganador de las elecciones, y como principal medida promete la dolarización, entonces es de esperarse que los actores económicos busquen dolarizarse lo antes posible, a menor precio que si lo hicieran más adelante, una vez implementada en los hechos.
El problema de esto es que la enorme mayoría de la población no puede acceder a ese mercado, ya que su único capital es su fuerza de trabajo y sólo recibe una remuneración a cambio. Es decir, para un asalariado, la dolarización sería la licuación de su bolsillo.
Además, el proyecto dolarizador de Milei podría provocar una hiperinflación "por 45 a 60 días", según reconoce Bull Market Brokers, la empresa familiar de Ramiro Marra, el candidato libertario a Jefe de Gobierno porteño.
Según Clarín, ya hay indicios de demoras en ciertas cadenas de abastecimiento, nuevas remarcaciones y "algunos faltantes de productos en supermercados, almacenes y kioscos". Todo esto podría producir que la inflación de octubre, que el INDEC debería dar a conocer justo antes de un eventual ballotage, llegue a sobrepasar los dos dígitos cortos de agosto y septiembre.
Y con números económicos en rojo, Milei podría aprovecharlos para achacárselos a su principal adversario electoral: el actual ministro de Economía y candidato de Unión por la Patria, Sergio Massa.
Sin embargo, una pregunta queda latente: ¿Milei no será también señalado como -al menos- corresponsable de la crisis económica que tan abiertamente fogonea? Y de ser así, ¿no tendrá una consecuencia electoral? El libertario considera que esta irresponsabilidad es su catapulta a la Casa Rosada y la sepultura del peronismo. Sólo el tiempo y la voluntad de los votantes ratificarán o desmentirán tal creencia.
Fuente : elagora.digital
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