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Veo, veo El ambiente, en clave lúdica


06-07-2023 13:50:38
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Una gran ronda con nenas y nenes de los primeros grados, con sus maestras, en el patio de una escuela primaria de Stroeder (bien al sur de la provincia de Buenos Aires, en el partido de Patagones). “Juguemos en el bosque mientras el lobo no está ¿Lobo está?”, se escucha preguntar entre risas. Detrás de un árbol, una maestra oficia de lobo. Y cuando la llaman, contesta: “Me estoy cepillando los dientes”. Y así en cada vuelta y pregunta de la ronda infantil. Contrariando a lo esperado, el lobo responde cosas insólitas como “Estoy compostando unos residuos orgánicos” o “Me estoy cocinando un budín de zanahorias”. Hasta que en un momento sale de su escondite y les pide que corran a salvar el bosque porque unos hombres lo están talando. Entre risas y apurones, chicas y chicos terminan abrazando los árboles de su escuela. 

La escena anterior fue recreada el año pasado por las niñas y niños de esta escuela que leyeron la idea en el libro Mundo Zombie y otros cuentos (aborda las problemáticas ambientales) y decidieron llevarla a la práctica. De allí salió la recreación del conocido Juguemos en el bosque, y de ese juego un libro nuevo.

 

 
 

“En esa escuela surgió esta idea de hacer un libro sobre lo lúdico, atravesado por las problemáticas ambientales. Es una herramienta super interesante, no solamente en el nivel inicial sino en toda la primaria, incluso en el secundario”, dice el profesor de historia, artista plástico y ambientalista Martín Crespi, al referirse a su último libro La vida es un juego ¡Posta!. Una publicación ilustrada por Diana Chereau.

Martín Crespi es el creador de Pachamamita Libros, la editorial que le abre la puerta a propuestas para chicas y chicos (y grandes también) como las de Mundo Zombie, La huerta agroecológica, La increíble historia de las perdices que comieron felices o el publicado este año La vida es un juego ¡Posta!

“Buscaba salir de la bajada de línea directa con lo ambiental, ir por otro lado. Y el juego es atractivo porque desde lo lúdico se aprende un montón”, dice Crespi sobre cómo pensó esta nueva presentación editorial; y resalta que se trata de “aprovechar el juego como una forma de llegar al contenido, de problematizar a través de las experiencias lúdicas”. 

La vida es un juego ¡Posta! invita a meterse de lleno en las problemáticas ambientales desde propuestas lúdicas. El guión lo van armando dos personajes principales: Santi y su abuelo Tito. En ese intercambio generacional aparecen juegos clásicos y tradicionales como el Veo veo, la Payana, el Desconfío, Conversar con la boca cerrada o Al don Pirulero. 

En el relato se mezclan también recetas saludables fáciles para desordenar la cocina, una invitación a encontrar las diferencias entre “comer bien” y “comer mal” o proyectar un programa radial donde hablar de cómo cuidar la naturaleza y pensar una mejor calidad de vida. Un deseo que tenía bien guardado el abuelo Tito y que su nieto Santi le ayudará a concretar. 

Juegos de antes, juegos de hoy

Ni mejores ni peores. En esa meta se para Martín Crespi al hablar de los juegos elegidos para su nuevo libro: “La idea es no idealizar los juegos clásicos ni tampoco desvalorizar cómo juegan las infancias hoy. Sino que, en esa conjunción de las dos partes, surja un enriquecimiento de las dos generaciones. Tanto para que el abuelo se abra a las perspectivas del chiquito como al revés: que el chiquito tome esos juegos clásicos y los ponga en práctica”.

El escritor dice que las propuestas están pensadas para todas las chicas y los chicos, con un especial significado para los más urbanizados: “Es muy difícil sacarlos de las pantallas cuando no tienen un parque cerca o no van a un club, cuando no está la alternativa de jugar en la vereda, como era antes”. 

La sugerencia es poner al alcance de las niñas y niños los juegos clásicos y tradicionales, acercarlos y, ya que estamos, también ponerlos en cuestión sobre si eran mejores o no a los de ahora.

“La idea es no idealizar los juegos clásicos ni desvalorizar los juegos de hoy», dice Crespi. Foto: Pachamamita Libros

¿Hay edad para jugar? “No, para nada. No hay edad”, dice Martín Crespi. La primera idea editorial era llamar al libro La vida es puro juego, después la declinaron por la conocida. De una u otra manera, la intención es remarcar que “siempre se está jugando y aprendiendo” y “lo lúdico como forma de aprendizaje”. 

“En este maravilloso viaje que es la vida, no podemos darnos el lujo de no disfrutar. No. No podemos llegar a grandes y terminar siendo unos viejos caracúlicos. No. ¡Eso nunca! Por favor, eso nunca. No lo permitan. No lleguen a viejos con cara de traste, enojados y ofuscados. No lleguen a transformarse en viejas amargadas, de ceños fruncidos, como esas señoras que nunca sonríen y parecen estar llenas de bronca”, escribe el educador en la presentación del libro.

La publicación está disponible en la página de Pachamamita Libros. Se baja gratis. Pero la recomendación es disfrutar del libro impreso, de sus textos e ilustraciones. Incluye propuestas para docentes que quieran explayarse en las problemáticas ambientales desde el juego, compartir experiencias, además de vínculos a los audios del programa radial, dedicado a temas como la defensa de los humedales o la agroecología que consiguieron producir el abuelo Tito y su nieto Santi. 

Martín Crespi participó del VII Congreso de Salud Socioambiental y del IV Encuentro Intercontinental Madre Tierra una Sola Salud, realizado en Rosario del 12 al 14 de junio pasado. “Fue una sorpresa cómo circuló el material de Pachamamita”, celebra sobre la buena respuesta que recibió sobre sus libros. En el congreso también compartió láminas de su muestra plástica que denuncia el extractivismo, la comida chatarra, las fumigaciones, entre otros temas de preocupación.

La vida es un juego ¡Posta! se presentó en la Feria Internacional del Libro en Buenos Aires (del 27 de abril al 15 de mayo).
 

En Rosario, los libros de Pachamamita se consiguen en la Librería CG de Callao 253 y en la Tienda on line Veo Leo. 

Martín Crespi, autor de «La vida es un juego ¡Posta!». Foto: Pachamamita Libros

Para pasarla bien

“Para jugar se necesitan muchas cosas. Y generalmente no tienen que ver con gastar plata. No importa tener el mejor juguete o comprar el último juego que te venden con la publicidad”, se lee en La vida es un juego. 

El instructivo sobre qué se necesita lo ofrece el personaje de Santi, el nene protagonista de este libro, que además recomienda: “Para jugar en serio se necesita imaginación, mucha imaginación. Para disfrutar del juego se necesitan ganas de pasarla bien, y eso no se compra en ningún lado. También se necesitan ganas de compartir, ganas de aprender y ganas de sentir que esos momentos sean maravillosos. Hay que curiosear, experimentar, animarse a más. Mi abuelo dice que si disfrutás del juego, creás recuerdos para toda la vida. Y eso que él tiene poquita memoria”.

 “Desafío de jugar sin juguetes”, se lee entre otros títulos puestos para llamar la atención de las lectoras y lectores, y donde también habla el personaje del nene: “Una caja con imaginación es una nave espacial. Un tarrito puede ser una regadera mágica. Un tacho dado vuelta puede ser el mejor tambor. Mis dedos pueden ser el corredor más rápido del mundo, que va saltando por toda la casa y encima hace cosquillas. Con imaginación podemos volver a jugar como cuando éramos chicos, dice mi abuelo. No hacen falta juguetes caros para pasarla bien. Con unos repasadores olorosos podemos jugar a la puntería, dice mi papá. Me parece que lo importante es pasarla bien”.

Fuente : redaccionrosario.com

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