Entrevista a Jorge Pérez, miembro de la Agrupación Docente Verde de Almirante Brown en el Encuentro Colectivo Docente, quien repasa los orígenes políticos del actual Ministro de Educación, Nicolás Trotta: de Gustavo Béliz y Víctor Santa María hasta llegar a armador de los equipos técnicos de Alberto Fernández. «Trotta tiene un marcado tinte liberal que favorece lo privado pero negocia beneficiándose del Estado», afirma Pérez. Por Corresponsal Popular para ANRed.
El artículo “Alí Baba y los cuarenta ladornes” que antecede a la entrevista forma parte del libro “Textos pendencieros”, publicado en la Editorial Manuel Suárez, en mayo-junio de 2003. Escrito por Jorge Pérez, miembro de la Agrupación Docente Verde de Brown en el Encuentro Colectivo Docente. En dicho artículo, el autor se interroga si el joven Trotta cometió un error por ignorancia o fue un acto fallido que descubre su pretensión de eliminar preventivamente controles:
Alí Babá y los cuarenta ladrones (Mayo, junio 2003)
Alí Babá era honesto, trabajador, bueno, leñador y pobre.
Su hermano Kassim era deshonesto, haragán, malo, usurero y rico.
“Alí Babá y los cuarenta ladrones”, Las Mil y Una Noches.
I- Los jóvenes K
Ya tenemos nuevo presidente y, como es natural, éste cuenta con la adhesión de sectores juveniles, jóvenes que en general son considerados como un saludable, brioso y no contaminado aporte, lógico contrapeso de señores y señoras de mayor edad, menos confiables.
Tras lo expuesto, no puedo menos que expresar la inquietud que se ha apoderado de mí al leer un artículo de Clarín del lunes 5 de mayo de 2003, página 9, ángulo superior derecho:
«Los jóvenes k: Lo importante no es cambiar a los 40 ladrones, sino terminar con Alí Babá, afirmó Nicolás Trotta, coordinador de los kichneristas Jóvenes k». Los cambios impulsados en el entorno menemista no confundirán a ningún argentino, todos tenemos demasiado fresco en la memoria a los Kohan, a los Alderete, a los Gostanián, a los Alsogaray, señaló Trotta. Los jóvenes k preparan nuevos afiches de apoyo a Néstor Kirchner en clave de humor.»
En el texto, como podemos apreciar, aparece claramente la intención de terminar con Alí Babá. Debo confesar que me estremecí, habida cuenta que Alí Babá era, según la narración de «Las Mil y Una Noches», un humilde leñador que contribuyó a desbaratar la tarea de los cuarenta ladrones. La lectura del artículo de marras me recordó además, las tribulaciones de la bella joven Scherezade que, para evitar la muerte, entretenía con maravillosas narraciones al déspota Shastriar, e hice la comparación con el ex presidente Menem que echó a los posibles Alí Babá, liquidando todo tipo de controles y regulaciones.
Entonces, este joven K que quiere terminar con Alí Babá es como Menem que cita libros inexistentes (dijo que leyó a Sócrates) o que ataca a quien pudiera descubrir delitos.
El dirigente de los jóvenes K, ¿es sólo alguien que dice cualquier cosa o es una persona que tiene un acto fallido y quiere preventivamente eliminar controles? ¿O es ambas cosas a la vez? La historia lo dirá.
-Pasados dieciochos años, ¿cuál es su conclusión?
-Jorge Pérez: Que fue un acto fallido, porque de alguna manera hay una necesidad de evadir controles. Por otro lado su conducta delata su intencionalidad
-Hace dieciocho años, usted sentenció que la historia dirá si los dichos de Trotta eran producto de un error o simplemente un acto fallido que encubría reales intenciones. ¿Cuál fue su análisis en ese momento?
-Jorge Pérez: Considero que el escenario político, luego de la dictadura militar, se concentra en torno a dos opciones que constituyen dos bandos: los populistas y los neoliberales. Dos opciones siempre presentes a lo largo de varias décadas. Lamentablemente, los bandos tienden a convertirse en bandas y Trotta nunca fue la excepción a la regla.
-De igual modo, los inicios políticos de Trotta delatan su direccionalidad en el tiempo: ¿cómo marcan esos inicios sus formas de hacer política?
-Jorge Pérez: Trotta tiene un marcado tinte liberal que favorece lo privado pero negocia beneficiándose del Estado. Sus primeros pasos, de muy joven, fueron de la mano de Gustavo Béliz, ex ministro de Menem. Para el año 1997 Trotta irá de candidato a legislador en la boleta de Beliz-Cavallo en la lista “Nueva dirigencia”. Luego, en el 2000, Trotta será el Jefe de Asesores de Nueva Dirigencia, el partido de Beliz en la Legislatura porteña. En la lista de Cavallo-Beliz del año 2000 aparecen el actual padrino de Trotta, Víctor Santa María; Diego Santilli (hoy con Larreta), Lorenzo Borocotó que pasaría del PRO al Kirchnerismo. También la actriz Elena Cruz, que en 2001 reivindicó al genocida Videla. El candidato Víctor Santa María tuvo que renunciar a su banca de legislador porteño en 2001 por su procesamiento en la causa del vaciamiento del Banco Patricios, luego se hizo cargo del sindicato Suterh y convirtió a Trotta en administrador de consorcios y desde allí a manejar la Asociación de Administradores.
Trotta fue uno de los armadores de los equipos técnicos de Alberto Fernández y por eso muchos funcionarios del nuevo gobierno pasaron por la UMET, fundada por el sindicalista Víctor Santa María, y cuyos sueldos de sus investigadores los abona el Estado. En sus aulas se diagramaron muchos de los lineamientos de la gestión.
-¿Hay alguna denuncia contra Trotta?
-Jorge Pérez: Existe una denuncia que indica que Trotta tiene una empresa offshore en Miami junto a su socio Rafael Prieto. Ellos constituyeron esa offshore en 2014 como Consultoría sobre Análisis de Medios y otros servicios, según lo denuncia Verbitzky. Y al decir de Alberto Fernández: “nadie constituye una empresa offshore si no tiene el fin de ocultar algo. Ser director de una offshore es una mancha… porque quiere lavar dinero o quiere eludir impuestos en la Argentina”.
-¿Cuál es el pasado oscuro de la familia del ministro?
-Jorge Pérez: Nicolás Trotta es el hijo del represor Teniente Primero Alfredo Trotta, quien luego de egresar de la escuela militar fue enviado a la Escuela de las Américas, cuna del Plan Cóndor y de la Doctrina de la Seguridad Nacional. Actúa descaradamente durante la dictadura militar. A principios de 1978, fue gravemente herido por el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) en el Operativo Independencia, quedando inmovilizado por lo que fue considerado “héroe de la lucha contra la subversión” por un decreto del propio Videla, y enviado por el Gobierno militar a un hospital de rehabilitación de veteranos de guerra en los Estados Unidos, con gastos cubiertos por el estado durante dos años.
También su otro familiar represor, el célebre genocida comisario Ángel “El Ganga” Trotta, es uno de los acusados por Julio López. En sus declaraciones, López habló varias veces de un hombre “gangoso” como el ejecutor de tres secuestros: Patricia DellOrto, Ambrosio De Marco y Norberto Rodas. “A la chica vino una patota y la mataron de un tiro. La mató un señor que hablaba gangoso”, dijo en el Juicio por la Verdad. Seis años después, cuando declaró por los crímenes de la comisaría Quinta, lo mencionó como “el Ganga Trotta”.
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