La operación político judicial montada por el gobierno, la Justicia y los medios de comunicación contra el movimiento piquetero, allanando 27 locales y casas de militantes y armando una causa por supuesta “extorsión”, da cuentas de la voluntad manifiesta de la burguesía de quebrar a las organizaciones que se han colocado a la vanguardia de la lucha contra el ajuste criminal del gobierno de Milei y antes contra el ajuste de los Fernández.
Es evidente que la tentativa oficial de desarticular al movimiento piquetero representa también un tiro por elevación contra el conjunto del movimiento obrero y popular, como ya se aprecia en la denuncia contra sindicatos que organizaron el paro del 9 de mayo. Todo esto en momentos donde cada vez más sectores caen en la cuenta del carácter antiobrero y antinacional de la Ley Bases, a punto de ser tratada en la cámara alta del Congreso. Con esta causa tapan otra contra Pettovello por abandono de personas, cuando cuadras y cuadras de gente con hambre no fueron atendidas.
Que el ataque contra el movimiento piquetero es una operación escandalosamente montada es harto evidente: la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, antes de que los allanamientos siquiera hayan concluido, ya había tuiteado una foto del dirigente del Polo Obrero, Eduardo Belliboni, y acusado a nuestro compañero Jeremías Cantero de “extorsión”. Con la velocidad de un rayo, los grandes medios de comunicación, transformados en la agencia de publicidad de la política criminal del gobierno, colaboraron en montar el show del mundo del revés: los dirigentes piqueteros, al frente de la organización barrial de los sectores más empobrecidos de la clase obrera, que denuncian que el gobierno no ha enviado ni un sólo kilo de arroz a ninguno de los comedores populares en lo que va de su mandato, fueron sentados en el banquillo de los acusados y sometidos al escarnio y el linchamiento mediático. Del otro lado, los responsables actuales del crecimiento exponencial de la pobreza y el hambre popular, partícipes directos de la corruptela bajo los gobiernos de Fernando De la Rúa y Mauricio Macri, elevados al rol de justicieros. Quienes amenazaron el 20 de diciembre “el que marcha no cobra”, acusan de extorsión.
Es claro que el operativo antipiquetero busca desviar el eje de la agenda política del país en un momento en el que se empieza a evidenciar la endeblez del esquema económico montado por el gobierno. En el Hotel Alvear, el “círculo rojo” de la burguesía volvió a escuchar de boca del presidente que no hay atraso cambiario y que, en consecuencia, no es necesario volver a devaluar el peso. Sin embargo, es incuestionable que la inflación acumulada en los últimos cinco meses -la más alta desde la hiper alfonsinista- ha neutralizado gran parte de la “competitividad” alcanzada por la clase capitalista luego de la megadevaluación ejecutada por el ministro Caputo en diciembre. El propio FMI, en su octava revisión del programa que mantiene con la Argentina, apenas le concedió al gobierno de Milei un próximo desembolso de 800 millones de dólares, contra los 15 mil millones que el gobierno reclamaba, y señaló que es ”necesario flexibilizar la política cambiaria” con el objetivo de preservar las reservas del BCRA. Pero para el gobierno una nueva devaluación equivale a reactivar la tendencia alcista del proceso inflacionario, poniendo en evidencia la completa inutilidad del ajuste draconiano ejecutado hasta el momento. Por este motivo Milei se ha enemistado hasta con Cavallo.
El otro pilar del relato oficial, como se sabe, es la eliminación del déficit fiscal. Pero esa “conquista” de Milei tiene pies de barro. Es que el gobierno mantiene una deuda de más de un billón de pesos con las empresas generadoras de electricidad y gas natural. Además, con la motosierra y la licuadora, el gobierno está paralizando la actividad económica, llevando a una caída del 13% de la recaudación fiscal de abril en comparación con el mismo mes del año pasado. La caída del consumo y la apertura de las importaciones están paralizando la industria, que disminuyó un 21% en marzo respecto del mismo mes del año anterior, y el parate de la obra pública derivó en una caída del 42% en el mismo período. Los despidos y suspensiones en masa que arrecian en la construcción y en la industria, junto con los que avanzan en el Estado y, en general, la pulverización de los salarios, no solo han instalado el escenario de la recesión, sino que también plantean la perspectiva de una depresión económica, muy lejos de la promesa del rebote en V.
El único “ladrón de pobres” es el gobierno de Milei
La crisis de la política fiscal del gobierno es uno de los elementos que impulsa a Milei a buscar la aprobación urgente de la Ley Bases. Es que, a través de ella, el gobierno pretende recaudar dos billones de pesos en impuestos. El 75% de esa recaudación provendría de la restitución del Impuesto a las Ganancias a los asalariados y del aumento de los impuestos a los monotributistas. El 25% restante vendría de un adelanto del Impuesto a los Bienes Personales, pero que tendría como contrapartida una reducción de la tasa impositiva y la exclusión del pago del impuesto de los nuevos bienes que adquieran en adelante los ricachones. El presidente “anarcoliberal” pretende revertir la crisis del fisco recrudeciendo el carácter regresivo del sistema impositivo argentino. Los gobernadores patagónicos reclaman un Mínimo No Imponible más alto del Impuesto a las Ganancias para los trabajadores patagónicos, aunque acompañan, de conjunto, el avance de un régimen impositivo confiscatorio de los trabajadores.
El Pacto de Mayo tambalea, aunque el 25 Milei vaya al Tedeum. Lo firmarían con algunos gobernadores aún sin que se haya aprobado todavía la Ley Bases y también podría quedar para junio o para el 9 de julio. Es que la ley, más específicamente el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI), ha planteado un choque entre un sector de la clase capitalista y el gobierno, del cual se han hecho eco sectores de la oposición dialoguista. La UIA ha puesto el grito en el cielo por no poder acceder, a través del RIGI, a los beneficios de los que gozarán las inversiones mayores a los 200 millones de dólares si se aprueba la ley. La burguesía nacional no está por el rechazo sino por la modificación, quiere por un lado bajar el piso de los 200 millones y por el otro que aparezca algo del tipo “compre local”.
En el Senado buscarán hacer estos cambios y aprobarlo también en Diputados. El peronismo, que votaría en contra en general, votaría algunos de sus diputados a favor en particular de varios artículos. En definitiva, los industriales reclaman ser, ellos también, parte del banquete. Se pelean por el negocio del tabaco. Los radicales, por su lado, negocian universidad por universidad algunos fondos, pero colgando a los docentes, a cambio de aprobar tamaña entrega nacional. Pero en lo que la clase capitalista se encuentra homogénea y cerrando filas detrás del gobierno es en su apoyo a la reforma laboral, que establece la eliminación de todo derecho laboral en empresas de menos de cinco empleados, habilita a que se terminen las indemnizaciones por despido, termina con la estabilidad de los trabajadores estatales, elimina las multas a los empleadores que contratan en negro, liberaliza la tercerización laboral y elimina la moratoria aumentando la edad jubilatoria de las mujeres, entre muchas otras cosas. En esta reforma, la clase patronal ve una conquista histórica que valora y defiende.
Cuatro motivos por los que marchar al Senado contra la Ley Bases
Desde el punto de vista de los trabajadores, la clave pasa por impulsar una fuerte movilización obrera y popular cuando se trate la ley en el Senado. El peronismo, que se ausentó durante el tratamiento de la ley en Diputados, ya ha dicho que en esta oportunidad movilizará. Sin embargo la dirigencia burocrática de las centrales sindicales, admitiendo alguna movilización, se niega a convocar un paro general de 36 horas con movilización para el día del tratamiento de manera de voltear la ley.
El Encuentro de Trabajadores que se prepara para 25 de mayo será una instancia fundamental para mostrar que el movimiento piquetero no esta solo frente a los ataques y provocaciones del gobierno, para que los trabajadores del neumático, que ahora enfrentan 97 despidos en Fate, cuenten con el apoyo de todo el sindicalismo combativo, lo mismo que todos los que luchan contra los despidos o por sus paritarias. Será también una caja de resonancia para las universidades que van al paro total en todo el país el 23 de mayo contra los salarios docentes congelados.
Pero, más de conjunto, el Encuentro de Trabajadores será una instancia fundamental para reagrupar a los trabajadores y luchadores del sindicalismo combativo, el movimiento piquetero, las asambleas populares, con el apoyo de la izquierda, para proyectarse como un polo consecuente que prepare, a través de la agitación, la propaganda y la organización, la huelga general hasta derrotar al gobierno de Milei.
Fuente : prensaobrera.com
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