Con la nueva Ley de Servicios Digitales (DSA) de la Unión Europea, empresas tecnológicas, como Facebook, Instagram, Twitter, Youtube y Google, deberán cumplir con los nuevos requisitos para censurar contenido no deseado por la nueva legislación y particularmente lo que llaman “desinformación” en sus plataformas, luego de que funcionarios del Parlamento Europeo, la presidencia francesa del Consejo de la UE y la Comisión acordaran el 23 de abril de 2022 el nuevo conjunto de reglas sobre cómo los grandes actores de Internet deberán moderar y administrar las publicaciones de los usuarios.
La nueva ley se presenta bajo un conjunto de buenas intenciones, como “salvaguardar la privacidad”, e impedir actos ilegales, como “terrorismo”, “explotación sexual infantil”, etc., todas cuestiones que siempre han estado, lógicamente, prohibidas por las distintas plataformas. Sin embargo, el objetivo político real de este tipo de legislación, como ya han expuesto desde ONGs como Amnesty a dirigentes políticos globales desde el otro lado del océano, como Barack Obama y Hillary Clinton, estará puesto en el control y la censura de lo que los Fact Checkers de ahora en más consideren como “desinformación”, o la amplia categoría de “discurso de odio”.
El portal europeo “Politico.eu” explicita: “En el futuro, los reguladores controlarán los esfuerzos de los gigantes tecnológicos para detener la propagación de falsedades, ya que las batallas de información han salido a la luz durante la pandemia de coronavirus y el conflicto de Ucrania. Se asegurarán de que las grandes empresas digitales controlen mejor los algoritmos que pueden promover contenido extremo e inseguro”.
Las empresas deberán publicar informes semestrales detallados de sus esfuerzos de moderación, incluida la cantidad de personal, la experiencia, los idiomas que se hablan y el uso de inteligencia artificial para eliminar el contenido no deseado. Se les pedirá que expongan la cantidad de cuentas que suspendieron y el contenido que eliminaron.
Las multas por incumplimiento de hasta el 6 por ciento de los ingresos globales afectarán a los gigantes de las redes sociales como Facebook e Instagram, los motores de búsqueda como Google, las plataformas de transmisión de podcasts como Spotify y los mercados en línea como Amazon. La amenaza final sería la prohibición de las empresas que incumplen las normas repetidamente.
“La Ley de Servicios Digitales es un hito importante”, dijo el Comisario de Mercado Interior, Thierry Breton. “Esta es la primera vez en 20 años que Europa aborda la regulación del espacio digital y de la información”.
“Me preocupa hacia dónde va Europa. Lo que vivimos ahora no es nada comparado con lo que viene. Las redes sociales, impulsadas por los gobiernos, intervienen en informaciones que son legales y se amparan en que los contenidos pueden ser inadecuados o perjudiciales. Estamos entregados, no podemos ir más allá del principio de legalidad”, denuncia Borja Adsuara, doctor en Derecho y experto en asuntos públicos y comunicación digital.
La censura en Europa recrudeció con la operación militar de Rusia en Ucrania: “Prácticamente en todos los países de la Unión Europea han prohibido las emisiones en idioma ruso y todos somos testigos del quebrantamiento del derecho a la libertad de expresión”, expresó Tatiana Moskalkova, responsable de Rusia para los Derechos Humanos.
El DSA, que podría entrar en vigor antes de fin de año, fue reclamada más allá de Europa: El expresidente estadounidense Barack Obama pidió reglas en las redes sociales para “detener la creciente polarización política”. La exsecretaria de Estado de EE. UU., Hillary Clinton, instó el jueves a los funcionarios de la UE a llegar a un acuerdo sobre el DSA y “reforzar la democracia mundial antes de que sea demasiado tarde”, ya que, según ella, “Durante demasiado tiempo, las plataformas tecnológicas han amplificado la desinformación y el extremismo sin rendir cuentas. La UE está lista para hacer algo al respecto”. No resulta entonces muy difícil deducir qué sectores políticos están detrás y se beneficiarán con estas nuevas normativas de control de contenidos en Internet.
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